En ocasiones uno se rasca los ojos para ver si está
teniendo una pesadilla, pero no, es real, real como la vida misma. No hay límites
para el mal, espero que tampoco para el bien.FASCISMO
DICTATORIAL CRECIENTE
En ocasiones uno se rasca los ojos para ver si está
teniendo una pesadilla, pero no, es real, real como la vida misma. No hay límites
para el mal, espero que tampoco para el bien.
Es
el caso de dos artículos, (cuyos enlaces adjuntamos al final de este comentario[1])
que reflejan, por un lado el fascismo dictatorial creciente de la clase política y
sus amos (multinacionales), haciendo leyes a la carta para taparnos a todos la
boca y, en contra del sentido y del bien común, engordar más y más a sus
"capos".
Por
el otro lado tenemos unas declaraciones absolutamente esperpénticas, más bien
una declaración de intenciones, en boca de Rodríguez Zaragoza (presidente de
la autoridad
portuaria) volviendo a saltar por encima del bien medioambiental, el
futuro sostenible de Canarias, quizá el único futuro posible que podamos
tener, en fin, saltándose TODO LO QUE ES IMPORTANTE para seguir dando el
control a todo lo que, aunque suponga la muerte a largo plazo, les de pasta a
corto plazo. (Ah, y contiene una amenaza final, sí, la guinda a tan vomitivo
pastel)
[1]
Ni
cabildos ni municipios podrán frenar las obras energéticas que el gobierno
considere claves
Rodríguez
Zaragoza quiere captar el negocio de las plataformas petrolíferas