Los Faros del paisaje

Julio Concepción

El silencio del paisaje Aronero nos habla. Un paisaje donde la ventolera de libertad y justicia es escuchada por mujeres y hombres que lo habitan. El Maestro Luis Diego Cuscoy decía: "sólo quienes aman el paisaje, son capaces de amar a su gente", para Cuscoy el paisaje, su protección y cuidado era un indicador de la calidad democrática de un pueblo. Este maestro fue purgado al destierro en época franquista por su ideología progresista a la Escuela Nacional Mixta de Cabo Blanco entre 1940-1942, será en esta Escuela donde escribiría uno de los libros más hermosos y únicos dedicados a la infancia jornalera  del Sur de Tenerife: "entre pastores y ángeles"[1], reflejando la vida infantil, sus anhelos, sus miedos, su fragilidad ante un mundo de responsabilidades dedicadas a las tareas agrarias y ganaderas que por su dureza marcarían para siempre sus almas.

 

La Escuela Mixta de Cabo Blanco todo un símbolo cultural y educativo de nuestro pueblo no pudo resistir las embestidas especulativas; (que se lo pregunten a la buena niña y concejal Eva Luz Cabrera de Coalición Canaria responsable de Patrimonio, cuya respuesta ante un escrito interpuesto por un vecino para la protección del bien inmueble y ser declarado BIC, fue la de mirar para otro lado, sin importarle lo más mínimo la derruición ante todo un símbolo de entrega y amor a las niñas y niños jornaleros del Sur).

 

Hoy miramos el paisaje Aronero y podemos testar su calidad democrática: un paisaje agrario abandonado, quebrado por la especulación urbanística. Nuestro patrimonio moral y nuestros símbolos de identidad arrojados a los pies de los especuladores: las primeras casas que fundaron nuestros pueblos, aljibes, eras, escuelas, etc. Un paisaje político desolador, al servicio exclusivamente de intereses económicos; una clase indolente y empequeñecida por su mirada ideológica, así como por sus luchas internas que sólo a ellos interesa, ¿sin valores comunes en el horizonte qué futuro nos espera? Ellos no han nacido para estos asuntos terrenales. Esta élite ha sido llamada para la obra cumbre de iluminar con sus nombres la historia política de Arona. Son los Faros que arrojan luz a un paisaje roto y sin gente. 

 

[1]Entre pastores y ángeles