“Si hay petróleo en Canarias debe extraerse

por el interés general”

 Isidro Santana León            

Éste es el titular de una entrevista hecha el día 7 de abril del 2013 por el periódico colonial La Provincia al presidente del Cabildo de Gomera, Casimiro Curbelo, en la que, además de su aprobación a las prospecciones petrolíferas, aporta algunos asuntos difíciles de digerir por tantos estómagos de por sí no sólo vacíos, sino también muy revueltos.

Como la mayoría de los miembros de las estirpes que nos vienen gobernando desde hace siglos en esta colonia –antes caciquilmente feudal y ahora democráticamente caciquil–, no se corta el entrevistado cuando responde a la periodista que, si de su mano estuviera, seguiría en el poder, da igual con quien tenga que pactar. No obstante, se jacta él de socialista y de la sensibilidad ideológica que ello supone para ayudar a los sectores más débiles de la sociedad, refiriéndose a la póliza funeraria que la institución insular destina gratuitamente a los gomeros residentes y a los que no viven en la Isla. Claro que la entrevistadora, acertada, le pregunta que si eso no se puede considerar una política clientelista pues, hasta ahora esa novedosa iniciativa no la ha seguido nadie, pero Casimiro hace guiños a que otros la practiquen, por el sentido popular y social que entraña. Aunque él lo niegue –tiene todo el derecho del mundo a defender su integridad y su honorabilidad– yo no puedo sino pensar –igual que el común de los mortales, y nunca mejor dicho– que está favoreciendo a la empresa funeraria o aseguradora del óbito, pues, apuntan por ahí y está imputado por ello, que su abultado patrimonio obedece al enriquecimiento ilícito acumulado en sus tantos años de servicio al pueblo, como de contraprestaciones recibidas por la empresa privada. Si verdaderamente quiere hacer algo por los desfavorecidos, ¿por qué no destina esos abonos directamente a los gomeros, por ejemplo, para que paguen la luz, el agua o compren el saquito de papas?... Creo que sería lo más sensato, como alivio para sus penúridas vidas de siervos colonizados, esto es, convertidos en feudo electoral de una casta que se ha perpetuado en el poder, forrándose a costa de la inocencia, el miedo y la “Telaraña” que le ha puesto en los ojos a este desgraciado pueblo y que lo ciega en el más oscuro entendimiento.

Este altruista personaje, que en Gomera y en Canarias se ufana de digno y de honesto, es el mismo que detuvieron por pendenciero, borracho y putañero, en una mancebía de Madrid, y al que sus amos le obligaron a entregar su acta de senador, por el escarnio y la deshonra que aquello supuso para el PSOE y por la crítica oportunista de la oposición. En consecuencia, se porta muy sumisito, el entonces senador gomero, acatando, sin rechistar, la decisión de sus jefes en España, pues comprendía que enturbiaba el panorama político de la metrópoli y tenía que hacerse el harakiri por su amada patria hispana y como ejemplo para esta democracia capitalista. Sin embargo, no hizo lo mismo con su cargo insular, porque Canarias es una casa de tapadillo donde toda pornografía cabe, constatándose que lo que es grave, ignominioso y despreciable para la opinión del pleberío español es soportable para la chusma de la colonia, acostumbrada ésta a los escándalos, a normalizar y a aceptar los atracos de sus representantes políticos. ¿Si el pendenciero no es persona grata para estar codeándose con los eminentes senadores de la metrópoli, por qué en la colonia se le aplaude, se le tapa y se le permite, no sólo continuar en el Cabildo de Gomera, sino presentarse a todos los festejos electorales para que viva de parásito hasta que la empresa amiga le lleve el “cajón de las tachas”? Al pueblo canario se nos ningunea, se nos desprecia y nos trata como seres inferiores por culpa del maldito colonialismo español, desde el primer paria hasta el último políticastro colonial. Encima, como el horno está pa´ bollos, se expresa el defenestrado de la política metropolitana –a raudales, derrochando por la boca autoridad moral– a favor de las prospecciones petrolíferas; insensible con el potencial peligro que éstas suponen para el medio ambiente –contrariamente a lo que dice ser la esencia de su ideología– desentona con el rechazo y el malestar que el pueblo canario demuestra con las intenciones expoliadoras de la empresa REPSOL, del gobierno de España y de los políticos corruptos canarios, quienes anteponen los intereses de la empresa privada y extranjera a los de nuestra Patria. Si a un gomero no le duele Fuerteventura o Lanzarote, en absoluto le importa Canarias. Me consta que el pueblo gomero se posiciona en contra de los deseos de este putañero, depredador al que, si no le conmueve que el piche empiece por La Graciosa, le da igual que los bosques y palmerales de Gomera se talen para vender carbón, interesándole de nuestra nación únicamente las migajas que los expoliadores le tiran como a un perro, por allanarle y defenderle el camino hacia sus rapiñas.

Todos los que gobiernan Canarias están podridos, aunque de presuntos, honestos y demócratas los vistan los medios colaboracionistas de difusión. Piensan ellos que el vendaval se puede amainar todos los días con una nueva mentira, pero el viento, con más virulencia que sus patrañas, nos destapa un nuevo escándalo; ni siquiera saben si tienen el control o no, por más que tengan la fuerza. Desconfían si están robando y abusando demasiado sin que la parroquia se dé cuenta, motivo por el que fanfarronean con exhibiciones militares aéreas, queriéndonos amedrentar del ataque de un supuesto e inexistente enemigo, conocedores de que son ellos los antagonistas del pueblo. Como habla la canción “quién dice que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”, con poquito de empeño que se ponga todo saltará por los aires porque, en el fondo del canario más necio y alienado subyace un reprimido descontento, intuitivo de que lo que está ocurriendo no es normal ni humano y que en algún momento le impulsará a arremeter para defender su vida, porque, cuando un asesino mata a tu pariente más débil, lógicamente, cuando lo vea oportuno, viene a por ti. Para sacar a esta casta de políticos y familias caciquiles que han gobernado Canarias durante siglos, hay que lograr la Independencia, la vida nos va en ello. Nuestro cambio no es en España, nuestro cambio es en Canarias. 

14/04/13

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