Canarias:
¡Falta un partido!
«» Juan F. Ramírez *
[..., el PNC ha devenido, por razones diversas, a convertirse en un mero comparsa de la vida política en Canarias...]
Ha
transcurrido algo más de un siglo desde que fuera publicada, por primera
vez la frase que da título al presente artículo de opinión; frase
redactada allá por los albores del siglo XX (1902), en las páginas del
periódico “Vacaguaré”,
por el padre del que, de manera incuestionable, ha sido el artífice del
origen del movimiento nacionalista canario; nos referimos al gran don
Secundino Delgado Rodríguez (S/C de Tfe. 05 de octubre de 1867 – ibídem
04 de mayo de 1912); fundador del Partido Nacionalista Canario (PNC), en la
ciudad de La Habana (Cuba), un 30 de enero de 1924; siendo el primer
presidente del PNC canario don Juan Cabrera Díaz.
Posteriormente,
en Venezuela, Secundino fundaría el periódico de difusión de las ideas
nacionalistas bajo el nombre de “El Guanche” (El Obrero, Santa Cruz de
Tenerife 03-08-1901, año I, Núm. 43; recogiendo el artículo publicado en
el Ideal de 28 de julio de 1901; extractando la siguiente: "(...)
"¿Por qué—dice El Ideal—no se ha de formar de una vez por todas,
un verdadero partido de las gentes independientes, de las eternas víctimas
de los politicastros, el cual, luchando dentro del régimen vigente, pueda
acabar con la miñona de políticos maleantes? Muy bien: tiene razón el
colega; un partido nuevo, sano, virgen aún, pero potente, se ha
levantado en Canarias reclamando justicia. El; representa la honradez,
porque es el pueblo y los pueblos son honrados. El tiene todos los derechos,
porque es el pueblo y el pueblo es soberano”.
Dando
un salto en el tiempo, tras lo que se ha venido en denominar Transición
española (1975/1978), llegaría la democracia concedida por los
representantes del poder del momento en conjunción con sus, supuestamente,
opuestos; ello, daría origen a la aparición en la escena política de un
conjunto de partidos políticos de corte estatal; con ello se volvería a
implantar la participación política partidista; sin embargo, no se lograría
un vehículo político netamente canario; independientemente de los
autoproclamados nacionalistas; Canarias, a día de hoy, continua padeciendo
la falta de una fuerza política netamente canaria, capaz de aglutinar o
canalizar las aspiraciones, sentimientos, e intereses del conjunto de la
mayoría de los ciudadanos canarios; entendiendo por canarios, todos,
nacidos o no, que vivan en estas islas y las sientan como algo inmanente a
su ser.
Las
islas Canarias, a lo largo de su historia, han padecido la decidía de la
inmensa mayoría de muchos de sus hijos, incapaces de aglutinarse en torno a
siglas políticas propias, ajenas a cualquier tipo de sumisión o injerencia
externa; en el imaginario de gran parte a calado lo foráneo es mejor; hasta
el punto que lo venido de fuera, suele ser rápidamente aceptado; las
razones de tan extraño comportamiento de un pueblo tan alejado del
continente por distancia y sociológicamente son varias y diversas, pero la
primigenia, con rotundidad, la propia de cualesquiera pueblos colonizados.
Haciendo
referencia al título del presente artículo de opinión “Falta un
partido”; hemos de mencionar un hecho curioso, cual no es otro que el
constante triunfo de siglas y personajes ya sean recién creados y/o venidos
de fuera; a título ejemplificativo, por su cercanía en el tiempo, no por
únicos, mencionaremos los casos de Ciudadanos y Podemos; ambos han
obtenido, de la noche a la mañana, una notable y notoria aceptación entre
gran parte de la población canaria, incluso, mayor que la de un partido
local histórico, cual el caso del Partido Nacionalista Canario;
recordemos, su data inicial de fundación 1924, con independencia de sus
periodos de refundación; ello, no deja de resultar un hecho singular.
El
caso del Partido Nacionalista Canario (PNC), heredero del nacionalismo por
razones históricas y derecho propio, haya resultado el gran olvidado,
absurda y lastimosamente, de sus legítimos destinatarios; llegando a
encuadrarse bajo el paraguas de otro partido, ex novo, nacionalista de
mucho menor trayectoria y relevancia histórica. Una realidad insoslayable,
el PNC ha devenido, por razones diversas, a convertirse en un mero comparsa
de la vida política en Canarias; contrario al papel debiese corresponderle
en legítima representación y defensa de los intereses del pueblo canario.
En
definitiva el centro neurálgico del PNC, actualmente, se encuentra
enclavado en la isla hermana de Tenerife, pues en la otra de mayor importancia
(Gran Canaria), prácticamente resulta inexistente; ello, tras haberse
producido de manera insólita e inexplicable, la ruptura interna con
resultado del cierre de la sede central del PNC en Gran Canaria, la
cual se encontraba ubicada junto a la emblemática playa de Las Canteras,
concretamente en la calle Sagasta, CP: 35008 - Las Palmas de G. C., con
la consecutiva expulsión de muchos militantes y simpatizantes
discrepantes.
En
Canarias, falta una fuerza política capaz de fortalecer la cooperación
necesaria entre todos los diferentes cuerpos sociales, a fin de lograr un
objetivo común en aras del interés de los ciudadanos isleños; fuerza política
que habrá de estar conformada por personas con la formación política
adecuada y mentalidad de estado, es decir, cualificados para afrontar los
retos sociales, económicos y políticos exigidos; por supuesto, sin supresión
de las libertades individuales; capaces de ofrecer respuestas acertadas
acordes con las necesidades colectivas, mediante políticas alejadas
de engañosas promesas y de vacuos programas electorales; expurgado de
oligarquías políticas, más interesadas en arribar y explotar el poder en
su propio beneficio.
Hoy,
desafortunadamente, sigue vigente el título que encabeza la presente
exposición. Los canarios continuamos necesitando, quizá, más que nunca,
un partido político dirigido por ciudadanos capaces de anteponer, con total
honestidad los intereses de Canarias por cabecera; habidos de aglutinar a
todos aquellos que sentimos Canarias como un todo; dicho sea con total
respeto, Canarias es algo más que una cuestión de es futbolísticos,
romerías, carnavales, o de un puñado de tierras con las que especular (ej.
Ley del Suelo); islas, de las cuales sacar réditos egoístas, sin
consideración del daño infligido a los futuros pobladores isleños ¡Grande
razón tenía el genial Cesar Manrique! (Documental TVE2: “Taro,
el eco de Manrique”)
Las islas Canarias en general, y la Gran Canaria en particular, requieren una fuerza política pro legítimos intereses de todos, reiteremos, los que habitamos y sentimos estas islas como un todo indivisible; de ahí aquel antiguo, no por ello menos vigente, eslogan: ¡Falta un partido! Partido que, por razones obvias, consideramos le correspondería a un PNC independiente y plenamente soberano, que, probablemente, no se encuentre en su justa posición a causa de una dirigencia, presuntamente, poco hábil a lo largo de su dilatada vida; partido que, por intensión u omisión, ha venido devaluado; cual mal gestor prodigase el patrimonio del que tan solo es depositario en perjuicio de sus legítimos propietarios, el pueblo canario.
* Un canario
*
Abogado, Investigador y Analista Político
Bibliografía
recomendada.
JEAMBAR,
D. / ROUCATE Y., Elogio de la traición, Editorial Gedisa, S. A.,
Barcelona, 3ª ed., octubre 2008
MICHELS,
Robert, Los partidos políticos – T. I y II, Amarorrortu /editores,
Buenos Aires – Madrid, sept. 2008
OSTROGORSKI,
Moisei, La democracia y los partidos políticos, MINIMA TROTTA, S.A.,
Madrid - 2008