Fábrica de borregos

 

Luis Bacallado.

 

[…¿El motivo de tal dislate? el sistema colonial, ni más ni menos. Estamos hablando de que el sistema de educación pública en Canarias representa otro pesebre caciquil para plácido acomodo de "clientes", amigos varios y adulones, una relación idílica y amorosa entre nuestros medianeros y los responsables de estos centros…]

 

Decía el artículo publicado en el  Blog Mencey Macro con título "La mentira del emprendimiento en Canarias" que el secreto de la riqueza y el éxito de un país no reside en sus líderes, ni en al geografía...Ni siquiera en los recursos naturales o la cultura. Sino más bien, en la capacidad para aprovechar y potenciar el talento de su capital humano.

 

Así las cosas, la educación representa para las naciones con vocación de exitosas, la herramienta principal para potenciar las capacidades de los jóvenes, al tiempo que estos desarrollan un satisfactorio proceso de adquisición de conocimientos. Para llegar a esta conclusión, no hay que ser ni mucho menos un erudito.

 

Pues bien, cualquiera que haya puesto un pie en cualquiera de los Institutos públicos de este Archipiélago, ya sea profesor salido de Oposición o personal administrativo, podrá dar cuenta de que más que encontrarse con centros dedicados en cuerpo y alma a la formación de ciudadanos competentes, la mayoría de ellos se han convertido en una auténtica fábrica de borregos. Salvo, claro está, sus honrosas y contadísimas excepciones.

 

¿El motivo de tal dislate? el sistema colonial, ni más ni menos. Estamos hablando de que el sistema de educación pública en Canarias representa otro pesebre caciquil para plácido acomodo de "clientes", amigos varios y adulones, una relación idílica y amorosa entre nuestros medianeros y los responsables de estos centros. Es por esta razón y no por otra, que a los directores y jefes de estudio de estas instituciones no les interesa otra cosa sino salvar su estatus quo y el chiringuito en el que se ha convertido su centro, sin importar la eficiencia de la actividad educativa ni el número de alumnos que el día de mañana estarán llamados a hacer grandes cosas. Justificar mi puestito público, no vaya a ser que su ineficiencia lo borre del mapa en un modelo meritocrático y serio.

 

La regla es básica... Emponderamiento de los alumnos, autocracia, desunión, actitud conspirativa y competición entre profesores, nula innovación... Aquí el "rey" es el alumno que es el que justifica la existencia de mi chiringuito y me importa un bledo si viene de un entorno familiar difícil o si tenemos que darle las bazas para salir del ostracismo social. Lo importante es mi centro y mi tafanario. Punto pelota.

 

Después nos escandalizamos si vemos profesores en situaciones de acoso, bajo número de universitarios, altas tasas de pobreza o marginación, escasez de mano de obra cualificada....Se les llena la boca a nuestros representantes hablando de la gran Educación y en el "back stage" no hacen otra cosa sino sostener con una suculenta partida presupuestaria estos auténticos despropósitos, una sobredimensionada red clientelar que en un sistema eficiente sería al menos la mitad, borrada de un plumazo.

 

Siempre he dicho que el ADN de una colonia no es la lejanía a la metrópoli ni el estatus político. Es la marginalidad y la mediocridad. Si queremos hacer una sociedad talentosa, con espíritu crítico e innovadora, la primera piedra es darles las herramientas del futuro a las nuevas generaciones. Estamos hablando de lugares en donde el profesor tenga poder para exigir a sus alumnos el esfuerzo necesario en pos de convertirse en ciudadanos con criterio, un personal dedicado a innovar y mejorar la calidad así como las condiciones de la enseñanza y unos directivos que se desvelen por crear más y mejores seres humanos...Y no todo lo contrario. Así pues la receta está clara.... ¿Es tan difícil?

 

Fuente: menceymacro.blogspot.com