Las
eurogallinas
Wladimiro
Rodríguez Brito *
La Unión Europea ha promulgado una serie
de leyes de protección ambiental dirigidas principalmente hacia la fauna y la
flora con las que ha discriminado a las personas, quedando aún peor la
situación para terrenos insulares pequeños y frágiles como el caso de Canarias.
Esto crea numerosas contradicciones,
tanto en el plano ambiental como en el social, ya que hay que tener en cuenta
diferentes variables. En Canarias vivimos en la actualidad más de dos millones
de personas y en 100 años la población se ha multiplicado por cuatro: hemos
pasado de unas 453.000 personas en
Es en este plano en el que citamos el
título de este artículo, las eurogallinas. Hasta hace
poco, teníamos en las Islas 64 granjas de gallinas con unos dos millones de
aves que nos daban unos 40 millones de docenas de huevos para el
autoabastecimiento.
Sin embargo, la Ley de Bienestar Animal de la UE hace que nuestras granjas
tengan que reducir en más del 20% el número de aves, al pedir una mayor
superficie en las instalaciones para las gallinas, planteando que éstas tienen
derecho a un espacio más holgado e incluso a un ponedero en la intimidad.
Es más, en Alemania se está aplicando
una ley que pide dos metros cuadrados para cada gallina, o lo que es lo mismo,
los dos millones que teníamos en Canarias necesitarían ocho millones de metros
cuadrados, es decir, más de
Así, teniendo en cuenta que en Canarias
más de la mitad del territorio está protegido, que las granjas han de estar
alejadas unas de otras, el marco de protección de suelo rústico y una población
dispersa, hace que nuestros granjeros lo tengan muy difícil para conseguir
dónde poner las granjas. De hecho, la protección ha llegado al punto de que se
han sacrificado gallos -dejando a las gallinas viudas- para mantener el silencio
de las madrugadas canarias.
Por ello, querido lector, lo que
planteamos es que las leyes han de hacerse de acuerdo con las necesidades y
posibilidades de los pueblos en las que se aplica.
Si no producimos huevos en la Comunidad
Autónoma de Canarias, habrá que importarlos y, en consecuencia, no nos
alimentaremos con huevos frescos y lo haremos a un precio más caro puesto que
hay que pagar los costes de transporte, embalaje y demás.
En ese sentido, hay que señalar que el
precio de los huevos ha aumentado el 34% en el último año, dato que debe
llevarnos a la reflexión, por no hablar de los puestos de trabajo -tan escasos
en la actualidad- vinculados no sólo de los huevos, sino al resto de productos
que da nuestra tierra y que servirían para el autoabastecimiento.
Estas líneas no sólo son de apoyo a los
granjeros, que tienen que poner como mínimo 15 euros de inversión por cada
gallina en las granjas sin haber cobrado el Posei de
2010 y con el señor Rajoy diciendo que no hay dinero para 2011, sino que también
queremos preguntarle al Gobierno de Canarias el significado del
autoabastecimiento y qué previsión tiene para apoyar y potenciar que en estas
Islas no dependamos en más del 90% de lo que nos alimentamos de las bodegas de
los barcos y aviones que llegan de fuera.
Las leyes tienen que adaptarse al
territorio al que se va aplicar y no es lo mismo Alemania que Canarias, aunque
a efectos de la Unión Europea seamos territorios similares a la hora de que las
eurogallinas pongan huevos.
*Profesor de Geografía en la Universidad
de La Laguna