¡Estibadores! ¡Ni un paso atrás!
[... La estiba, un agotador y durísimo trabajo. Para determinar la justeza o no de nuestras democráticas reclamaciones hay que levantarse a las cinco de la madrugada y empezar a descargar cajas o piñas de plátanos, por ejemplo, de los camiones y cargarlas en los barcos, durante jornadas interminables, sin tiempo ni siquiera para descansar, beber agua o comer un desdichado bocadillo para que no se interrumpa la cadena laboral ni se estropee la fruta y que los mercados y, a través de ellos, los consumidores, tengan abastecidas sus despensas...]
La Unión Europea, otrora denominada el Mercado Común que, como su propio nombre indica, se trata de una comunidad de mercaderes, emitió el 11 de diciembre de 2014, mediante su mal denominado Tribunal Superior de Justicia, una resolución obligando a liberalizar la estiba, especificando la sentencia que el Estado español tiene que modificar la legislación portuaria para que las empresas estibadoras puedan contratar libremente a los estibadores o, dicho en román paladín, para acabar con los derechos sociales y laborales que con sangre, sudor y lágrimas hemos conseguido.
El pasado 12 de mayo de 2017 el gobierno corrupto del Partido Popular (PP), presidido por Mariano Rajoy, popularmente conocido como “Marianito El Corto”, aprobó el Real Decreto de la Estiba con el apoyo de Ciudadanos (C´s) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), así como la vergonzosa abstención del Partido Demócrata Catalán (PdCAT).
La respuesta al autoritario decreto no se ha hecho esperar, ha sido contundente y los estibadores hemos convocado ocho jornadas de huelga en reclamación de nuestros justos y democráticos derechos, convocatoria que ha sido seguida unitaria y masivamente por absolutamente todos los estibadores convocados, en dignísimo ejemplo no sólo del sector portuario sino del resto de asalariados y asalariadas que a lo largo de estos años han sido masacrados, vilipendiados y humillados por unos gobernantes que, mientras han duplicado el número de ricos y saqueado las arcas públicas rescatando, obscenamente, bancos despilfarradores con más que millonarias indemnizaciones a sus directivos, han empobrecido a la población hasta los niveles de pobreza generalizada llegando incluso a la hambruna.
En Canarias por ejemplo, mientras los turistas han pasado de doce a dieciséis millones durante la agudización de la crisis crónica que padecemos desde que se inició la colonización por parte del régimen monárquico y colonial español y el Producto Interior Bruto (PIB) no para de aumentar, rozando los 43 mil millones de euros, cifras superiores al inicio de esta agudización de la crisis, el paro se ha disparado hasta el 34 por ciento de la población activa, siendo la única explicación la brutal explotación de los trabajadores con jornadas interminables y sueldos de miseria, con la connivencia y complicidad de los gobiernos de turno.
La estiba, un agotador y durísimo trabajo. Para determinar la justeza o no de nuestras democráticas reclamaciones hay que levantarse a las cinco de la madrugada y empezar a descargar cajas o piñas de plátanos, por ejemplo, de los camiones y cargarlas en los barcos, durante jornadas interminables, sin tiempo ni siquiera para descansar, beber agua o comer un desdichado bocadillo para que no se interrumpa la cadena laboral ni se estropee la fruta y que los mercados y, a través de ellos, los consumidores, tengan abastecidas sus despensas.
Si no fuera por la huelga estaríamos todavía trabajando en la mina doce horas a destajo. La primera dignificante huelga de la historia documentada se convocó en el Egipto de los faraones en reclamación del alimento necesario para seguir levantando pirámides. Descritas de formas somera, estas son las razones que nos han obligado a convocar esta huelga, razones que queremos hacer llegar, humildemente, a los consumidores en particular y a la sociedad en general, a los que estamos dispuestos a ampliar cualquier información adicional que necesiten o crean conveniente, agradeciéndoles su comprensión y solidaridad.
¡Estibadores! ¡Ni un paso atrás! Tanto al gobierno de España como al gobierno títere de Canarias, así como a Bruselas, les debe quedar claro que, en fraternal unidad, no cejaremos en nuestra firme determinación en defensa de nuestros justos y democráticos derechos, convocando masivamente las jornadas de huelga que fueran o fuesen necesarias.