Espionaje en la red

El imperio entra en decadencia y se enroca

 

 

Los ciudadanos no deben ceder sus libertades ante lo que es el reflejo de un neo fascismo tecnológico.

 

Podría ser el elemento nuclear de una película de Hollywood. Sin embargo, es una realidad divulgada en los últimos meses en diversidad de medios internacionales. El imperio entra en decadencia y se enroca, intentando extender el control sobre los millones de voluntades ciudadanas, en todo el mundo. Es una expresión más de la decadencia, la fase final, del sistema capitalista y las criminales acciones de la élite de poder económico internacional que pretenden perpetuar sus inmorales privilegios.

La famosa revista especializada en tecnología Wired, ha publicado la construcción de un enorme centro de espionaje en torno a Internet, ubicado en el desierto de Utah, que sería gestionado por la NSA -agencia de seguridad nacional de EE UU-, con el fin de obtener cualquier información privada publicada en la red, desde comentarios y correos electrónicos -cuentas-, descodificación de información protegida, grabación de conversaciones telefónicas producidas en cualquier lugar del mundo, transacciones bancarias y el uso de tarjetas de crédito. Toda la comunicación incautada estaría recogida por una estructura de superordenadores almacenada y procesada en dicho centro quien recibiría apoyo por satélites.

Con esta iniciativa se vulnera, una vez más, el artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos "Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques".

Este nuevo acto ilegal estadounidense, bajo la excusa de "defensa nacional", supone la pérdida de toda privacidad, dentro y fuera de la red, de cualquier internauta del planeta, sobre el que pueden recaer sospechas de terrorismo, si así lo determinan los superordenadores de forma autónoma una vez cruzados los datos recabados en internet y con una configuración a la carta de los siniestros intereses norteamericanos.

Los ciudadanos no deben ceder sus libertades ante lo que es el reflejo de un neofascismo tecnológico. La propia red es un medio para la rebelión ante este atropello imperialista a los derechos humanos.

 

* Publicado en el periódico La Provincia, /2012/06/01

PILAR CÁCERES

LAPROVINCIA@EPI.ES