Hay pruebas suficientes. Lamento decirle que la caída del Ibex hasta sus mínimos de 2016 no es la única prueba de que la economía española esté a punto de cambiar de tendencia y entrar en un periodo de recesión.

Esta misma semana hemos conocido los datos turísticos del primer semestre, uno de los sectores claves de la economía española. Si es un fiel lector de nuestro newsletter, sabrá que incluso este sector ha visto ralentizado su crecimiento.

Pero no solo eso… También ha caído el consumo privado por el aumento de los precios frente a la inexistente mejora de los salarios. Es más, por primera vez en cuatro años, durante el primer trimestre la demanda de gran consumo se ha visto reducida.

Sin embargo, el indicador más claro en este aspecto es el dato del paro registrado en el mes de agosto. Y es que en España se destruyeron más de 200.000 puestos de trabajo, la peor cifra desde agosto de 2008 para este mes que marca el fin del verano.

Que no le pille por sorpresa.

Aunque es ahora cuando los grandes medios de comunicación se dan cuenta del problema y comienzan a reconocer lo que podría ocurrir en el futuro cercano, nosotros ya le habíamos avisado.

En los últimos meses no hemos dejado de conocer datos sobre algunos de los indicadores más importantes de la economía, que ya nos permitían anticipar el periodo de desaceleración…

Y, como ya le advertimos en su momento, hay que estar muy pendiente de la actuación del Banco Central Europeo ante el problema…

Le digo esto porque el organismo es el responsable de “enfriar” o “calentar” una economía a través de los tipos de interés. Así, si el organismo decide subir los tipos de interés para “enfriar” la economía rápidamente, las consecuencias serán fatales.

Y es que al contrario que en 2008, el BCE no tiene margen de maniobra para bajar los tipos de interés por lo que si una crisis estallara ahora, las consecuencias podrían ser incluso peores que hace una década.

 

* Asesor financiero

 

Reenviado por Vicente Rodriguez Morales, facebook