Canarios, esclavos en nuestra tierra

 

«» Joel Pérez Noguera *

 

 

Desde tiempos anteriores a la conquista de nuestro país, las oligarquías españolas han tratado a los canarios como esclavos, como un mero producto, un objeto para la obtención de grandes sumas de dinero. Tanto a las personas como mano de obra gratis o muy barata (según la época), tanto como la tierra en que habitamos, explotándola en varias etapas y con varios monocultivos, hasta llegar al siglo XX, donde comenzó la fiebre del piche y cemento, el auge del turismo en los años 60, hasta hoy en el siglo XXI, donde Canarias es un cagadero, pero con un hermoso bidé, donde puedes disfrutar de unas hermosas vistas, pero en los grandes barrios hay familias pasándola verdaderamente mal.

 

Primero fue la esclavitud, hay muchos documentos sobre el mercado de esclavos canarios en Valencia y Sevilla.

 

Después de la conquista vino los repartos de tierras y agua, en las islas de señorío que eran La Gomera, El Hierro, Lanzarote y Fuerteventura, en estas islas las tierras pertenecían a un señor y se concedían en arriendo, en las islas realengas fue distinto, las mejores fueron otorgadas para la nobleza latifundista, que lógicamente fueron los que ayudaron en el proceso de rapiña a nuestros antepasados, y el clero, que siempre ha estado “civilizando a los salvajes” con su cruz.

 

Fue la caña de azúcar , introducida desde Madeira por Pedro de Vera (“gran persona”) el primer cultivo de los españoles, favorecido por la libertad comercial de la que disfrutaba del archipiélago, podían comerciar libremente con América, los terratenientes de las fincas amasaron grandes fortunas, en cambio en las islas de señorío la agricultura era de subsistencia, aunque la orchilla le seguían dando grandes beneficios a los caciques.

 

La caña de azúcar también se plantó en La Gomera a pesar de ser considerada isla de señorío.

También es de gran importancia conocer que Canarias fue objetivo militar estratégico, económico, desde antes de la Conquista, y una vez concluida, desde el siglo XVI, nuestro archipiélago, fue víctima de varios ataques piratas, tanto franceses (Le Clerc), tango ingleses (Francis Drake), tanto holandeses (Pieter Van der Does). Tanto intereses de la Alemania de Hitler como la Italia de Mussolini en la segunda guerra mundial.

A finales del siglo XVI, la competencia de azúcar americano y africano acabó con el comercio de los azúcares canarios, por lo tanto entre la transición de este cultivo, al siguiente que se instauró en las islas, la vid, hubieron grandes hambrunas por parte de los canarios.

 

A principios del S. XVII, como dije en el anterior párrafo, el cultivo de la vid sustituyó al de la caña de azúcar, el vino se exportaba a Europa, especialmente a Inglaterra, donde el vino, especialmente el malvasía tenía gran fama en la isla británica, también sabemos que William Shekespeare y varios escritores más, escribieron algún pasaje sobre la exquisitez de los caldos canarios.

 

Tanto fue así el éxito del vino canario, que los ingleses querían monopolizar el mercado insular, como respuesta se produjeron revueltas, como la de Garachico en 1666. El final del mercado vinícola se acercaba, pues en el siglo XVIII, los vinos portugueses sustituyeron a los canarios.

Lógicamente surgió una nueva crisis, en la que se plantaron cereales y productos de huerta para lidiar el hambre.

 

Pero en El primer tercio del siglo XVIII hubo una larga serie de calamidades naturales que se registran en las islas: malas cosechas, langosta, erupciones, aluviones, epidemias, hambrunas, etc.

 

Pero viejos productos de recolección como la barrilla y la orchilla, muy abundantes en Lanzarote y Fuerventura, reaparecieron como renglones comerciales y aliviaron la situación de muchas familias.

 

Las islas consideradas el granero de Tenerife, les salvaron el culo, hablando mal y claro.

 

En el siglo XIX la promulgación de la Ley de Puertos Francos y el ciclo de la cochinilla determinarían el rumbo de la economía isleña. Más tarde la construcción del Puerto de La Luz en Las Palmas y la introducción del cultivo del plátano y del tomate marcaron una nueva etapa de desarrollo.

 

En el siglo XX, en las zonas de regadío se cultivaban el plátano y los tomates.

 

Durante la guerra civil, (guerra que se inició en Canarias) y los años posteriores a la dictadura franquista, Canarias sufrió de nuevo una gran miseria.

 

Pero a principios de los años 60, se vivió el boom del turismo, y hasta hoy, auténticas salvajadas de ladrillos, cemento, piche y más piche, con edificaciones que hacían falta, como institutos, hospitales, etc, de acuerdo, pero muchas otras, la inmensa mayoría, son multinacionales que hacen caja fuera, y explotan a los canarios con sueldos míseros.

 

Luego la televisión y la publicidad barata manipulan los cerebros de jóvenes poco formados, o bien bajo el yugo de la drogas, donde varios miembros de las autoridades, están implicados directamente y luego multan a la gente por llevar encima tres canutos o por cualquier coñada.

 

La propaganda subliminal de la que hablo, esa aberración moral de la que si no llevas las marcas punteras del mercado, eres poco más que un marginado social y el objeto de burla en el colegio, en el instituto, o en la propia calle.

 

La desigualdad es un hecho, al igual que es un hecho, el mercado cautivo de Canarias, donde se puede decir sin tabú, que es un paraíso fiscal, donde se venden en Canarias, los excedentes de producción que eran destinados para comercializar en la Península Ibérica, a parte de que todos esos productos no se tributan en Canarias, sino que se tributan en Madrid.

 

Contradiciendo totalmente las recomendaciones de la FAO, que dice que hay que fomentar el sector primario y secundario, para alcanzar la soberanía alimentaria, al menos el 50%, cosa que en Canarias no llega ni al 10%.

 

En cambio se lleva a cabo la beneficiosa táctica del touroperador, que consiste en que una empresa española le ofrece al alemán, inglés,etc, un todo incluido, y el turista lo que deja aquí es un par de euros, pero claro, esa oferta de todo incluido, también se va para Madrid.

 

Luego están el RIC, el REF, el ZEC, el REA, etc, que subvencionan productos foráneos, y es una evasión más que clara de impuestos y que son los culpables de la extinción del sector primario en Canarias, y así vivimos en unas islas, donde el paro es superior al 30%, donde los barrios están llenos de casas vacías y gente en la calle, donde los campos que se pueden cultivar están vacíos, las colas del paro, de Caritas y la cruz roja llenas, y gente con gran preparación se está mandando a mudar, por la pena que dan estas islas paradisíacas.

 

En resumen, ¿España ha tratado bien a Canarias?

 

Yo afirmo con rotundidad que no.

 

He de aclarar que he sacado algunos datos de varias fuentes documentales, pero la redacción y el enlace de conceptos desde una época a otra, es de mi propia cosecha.

 

Fuente: elpaiscanario.com