Asimismo, le cabe el honor de haber compartido la lucha con personajes históricos de renombre. 

Es por ello que sus artículos, muchos de los cuales han sido publicados en este periódico [El Guanche.info], son apreciados por su veracidad y solvencia.

Usted fue cofundador de las Juventudes Comunistas. ¿en qué circunstancias, dónde y quiénes participaron en su fundación?

- Las fundamos en la Laguna en 1934, octubre, en el garaje de Villa Loreto, nuestra casa en el camino de Lucas de Vega. Antonio Padrón, abnegado y compañero ejemplar, panadero, fue el Delegado del partido. Participaron, además, mi hermano Layo, que sería el Secretario Político; Luis González, Información; Sánchez, hijo del teniente de la Guardia Civil muerto por los fascistas; los hermanos Rivero y yo que fui el Secretario de Organización. No recuerdo si había alguien más.

- Esencialmente mi hermano Hostilio y, desde luego, la biblioteca de mi padre, Luis Rodríguez de la Sierra y Figueroa (en guanche Bentaguaire). Profundamente influido por los clásicos desde Platón, Sócrates y Aristóteles, pasando por Heraclito, Anaxagoras, lo que fue la escuela de los Jonios etc. También teníamos una gran admiración por los clásicos franceses, Corneille, Racine, Moliere y todos los demás precursores de la Revolución Francesa. Leímos a los clásicos ingleses y sus poetas Shelley, Byron. Mi padre nos la transmitió, admiraba a los clásicos alemanes, en particular Goethe. Conocimos y leímos a los rusos Toltoi León, Chejow, Turgenieff, Puskine y muchos otros. También leímos a los españoles. En mi formación ideológica contribuyó, de manera muy especial, los conceptos de justicia social y de respeto objetivo que mi padre trató de inculcarnos en su formación abierta de demócrata burgués. Nosotros dimos un salto cualitativo y el nos abrió estas posibilidades. Teníamos acceso a los filósofos alemanes, anarquistas comunistas, e incluso a los fascistas. Mi padre era realmente un hombre universal y para quien la cultura no tenía fronteras, y los prejuicios aún menos. De ahí que fuera tan temido y respetado por los de su propia clase social, muy en particular y mayoritariamente gente de estrechos conceptos, encorcetados en la estrecha mente de los españoles, en particular de los coloniales.

Mi toma de conciencia INDEPENDENTISTA se forja definitivamente a mi regreso, después de treinta años de exilio, 1936-1966 (indulto Franquista). Milité en el Partido Comunista, pero la traición ya se había consumado por parte del vil Santiago Carrillo y sus secuaces en las islas. Rompí con ellos en el Tercer Congreso (Las Palmas), creo que fue en el 77. Adherí en la formación de células, quienes me marginaron calificándome de querer -lo que era cierto-, organizar un Partido Comunista Independentista. Los que esto afirmaban, por ahí andan en su estéril y ambigua actividad; se dicen muy canarios, pero no dejan de apoyar a quienes nos someten al colonialismo. En esta toma de conciencia tiene parte muy importante, por su honradez y canariedad, mi actual esposa, de quien siempre recibí un apoyo y una crítica constructiva. Lo definitivo es que no hay que tener dignidad ni amor a su tierra para soportar tanta humillación de quienes sólo nos dan prueba de incultura y prepotencia. Y quienes intentan, una vez más, el genocidio por los medios que les permite el actual estado de cosas en esta "Democracia" de pacotilla del Nuevo Imperio, del cual los españoles hacen indignamente el papel de esbirros del Sr. Bush.

- Mi hermano Hostilio, Fiscal del Ejército Republicano; Guillermo Ascanio y Moreno, Jefe de la Octava División, fusilado por Franco; Mariano R. Vázquez, Secretario General de la CNT; Federica Montseny; García Oliver; el general Walter; el coronel Chopic, Jefe de la 13 y 15 Bgda. (después agente de la Gestapo y ajusticiado en Tarbes (Francia). Y muchos otros, unos para bien y otros no, pero aún vivos o de actualidad, y que sería prematuro hablar de ellos por razones obvias.

- El debate esta fuera de lugar. No podemos hablar de separación, sería un error táctico. Sin la Independencia (lo primordial) no podemos tener ni la verdadera dimensión del problema socio-economico, ni las lógicas libertades que conllevaría el no estar sometido a la doble explotación del colonialismo y de sus secuaces (por las razones que fuera). Es evidente, y básicamente importante, que en la lucha por la liberación Nacional la clase trabajadora, los primeros explotados, no debe dejar que le sea arrebatado su papel en la dirección de la lucha por sus reivindicaciones de clase. Ahora bien, lo que está claro es que esta clase trabajadora actualmente se encuentra, y lo acepta, sometida a la doble tiranía de los colonialistas. Sus sindicatos mayoritarios son instrumentos del colonialismo español; los dirigentes son españoles, y su apoyo a las estructuras españolas es evidente. Lo primero, pues, será liquidar esta conciencia de sometidos y, una vez conseguido esto, podremos hablar objetivamente de dar pasos conjuntos en la liberación patria y la justicia social. Pero, por lógica, es evidente que la liberación nacional, la Independencia, es lo prioritario. Hablar de la revolución social ahora es prolongar, al anteponerla, la liberación social; es poco objetivo. Creo que, con la mejor de las voluntades, adolece de madurez política.

- En Guatemala, en Junio del 1954, el Che (único) se había exiliado en la Embajada Argentina. Ejercía como médico. Yo fui Cte. Del Batallón Mar y Tierra, compuesto por personal del Parlamento y algunos voluntarios cubanos, nicaragüenses y mejicanos; mi segundo fue Julio Castello Dumas. Luchamos hasta entrar a exiliarnos en la Embajada de Méjico, fui responsable de su seguridad conjuntamente con Torriella, el Gral. Díaz y la esposa de Arbenz (María Cristina Vilanova de Arbenz. Después nos vimos en la Embajada de Cuba en Argel, y la última vez en París, antes de ir a su heroica lucha en Bolivia. Yo regresé a mi patria Canaria con mi hermano Layo, acogiéndonos al indulto del franquismo.

Adenda:

Elio y su hermano Hostilio Rodríguez de la Sierra Melo fueron amigos personales de Antonio Cubillo con el cual compartían ideario y experiencia en la lucha por la descolonización e independencia de Canarias.

Con la firma de Elio Rodríguez-Figueroa