El Emir de Libia y de Qatar
Qatar,
uno de los países más chicos del Islam, se agiganta al convertirse en el
principal inspirador árabe de los rebeldes libios.
Por Isaac Bigio *
Hamad (el principal gobernante mahometano
que ha financiado a los rebeldes libios) se da
la mano con Obama (el presidente de la principal potencia de la OTAN que ha
bombardeado Libia)
Esta es la
forma como se viene apodando al jeque Hamad bin Khalifa Al Thani, quien desde
hace más de 16 años tiene el poder absoluto en su natal Qatar y quien se ha
convertido en el líder mahometano más influyente sobre el nuevo gobierno
nacional transitorio de Libia.
Dentro del
mundo árabe Qatar es el tercer país más chico y Libia el tercero más grande.
Estas dos naciones quedan en distintos continentes y sobre distintos mares.
Libia está en el norte de África justo debajo de Italia y Qatar es una península
dentro de la península arábiga. La primera (con 11,586 kms2) tiene un
territorio más de 100 veces mayor que los y tiene 1,759,540 kms2 que conforman
la segunda. A pesar de que no tienen vecinos ni caminos comunes, hoy ambos ahora
se encuentran entrelazados.
Hamad, el séptimo
emir de Qatar, se ha jugado en Libia lo que puede ser la mayor apuesta que haya
tenido nunca antes su mini-país. En Marzo Qatar se convirtió en el primer país
árabe en reconocer al Consejo Nacional Transitorio de Bengazi y luego en
enviarle aviones. Llegaron a ser el único surtidor de petróleo cuando
estuvieron sin combustibles y casi fueron destrozados por una ofensiva de Trípoli.
Además de
haberles dado millones de dólares les han ofrecido la mayor red de propaganda
en árabe (ya sea desde su canal Al Yazeera, como de las emisoras que les han
colaborado para que creen uno). Hoy Qatar paga directamente sus sueldos a muchos
soldados rebeldes y a los suyos propios que han jugado un rol importante en
desplomar a Gadafi.
Obama mismo
ha reconocido el gran rol de Qatar en crear un puente entre la OTAN y el mundo
árabe. Mientras la Organización de Estados Africanos ha tendido a avalar a
Gadafi, la Liga Árabe ha buscado coordinar su salida (Su última reunión de
cancilleres, centradas en la crisis libia, se dio en Qatar).
Democracia made
in Qatar
Hamad no hace ello por
amor a la democracia, a la cual aplasta en su propia casa, o a Libia, país en
el que nunca él ha vivido.
Su familia, los Al
Thani, son los dueños absolutos de la pequeña península de Qatar desde 1824
habiendo aceptado ser vasallos de los otomanos y los británicos.
Allí, si bien hay un
edificio para un parlamento, nunca ha sido electo uno de éstos. Todo el poder
ejecutivo y los legisladores son designados por Hamad.
En el 2007 se dieron
las terceras elecciones municipales de su historia, en las que solo pudieron
estar habilitados para votar 28,000 de sus 174,000 ciudadanos, del casi 1,7 millón
de habitantes que tiene este país donde la gran mayoría de su población no
tiene si quiera la ciudadanía.
Hamad llegó a ser el
autócrata real tras deponer militarmente a su padre Khalifa en junio 1995,
quien, a su vez, llegó a ser el emir que más duró en su puesto tras haber
derrocado a su primo Ahmad en 1972.
Despotismo y golpismo son la forma en la cual se llega al poder en este país
cuyas únicas elecciones que permita son locales, y donde partidos y sindicatos
están vetados.
Banderas
de los rebeldes libios junto a las de Qatar, Francia y Europa
Geopolítica qatarí
Qatar se encuentra
sobre una reserva que tiene la séptima parte del gas del planeta, pero que debe
compartir con Irán, aunque el único país con quien tiene frontera terrestre
es con Arabia Saudita. Qatar busca mantener buenas relaciones con ambos
adversarios y tiene una base militar de EEUU que le protege.
Tratar de mantenerse bien con todos ellos no es fácil pues Arabia Saudita
propició el fundamentalismo sunnita pro-EEUU e Irán el renacimiento de los chiítas
(oprimidos por los sunnitas en la mayoría del Islam) y el choque con los EEUU.
Esa tendencia de ser un
buen mediador ha hecho que Qatar haya contribuido a las negociaciones de paz en
Líbano, Sudán y Yemen.
No obstante, su apuesta
por los rebeldes de Bengazi les ha puesto como negociadores (ya no tanto entre
las fracciones en Libia) sino entre la OTAN y la Liga Árabe.
Si Qatar se sigue
transformando en el principal aliado árabe de la ‘nueva Libia’ Hamad espera
valerse de ello para conseguir buenas contratos y relaciones que le permitan
tener acciones petroleras en el Mediterráneo y acrecentar su voz dentro del
concierto árabe, donde ya son propietarios de su principal canal de noticias y
opinión: Al Yazeera.
Las banderas de los rebeldes libios y la de
Qatar en las concentraciones anti-Gadafi
Los
intereses de Qatar en Libia
El desplome de Gadafi
viene siendo presentado como la tercera victoria consecutiva de la ola de
revoluciones democratizadores que sacuden al mundo árabe. No obstante, llama la
atención el hecho de que en la guerra libia no hayan participado grandes
contingentes de Túnez y Egipto (los dos principales y muy poblados vecinos de
este país norafricano), quienes echaron a sus dictaduras con masivas protestas
populares.
Una de las características
de toda ola regional de revoluciones es que los movimientos que van triunfando
en un país apuntan a extenderse en su vecino. Esto es lo que ha pasado desde el
proceso de las independencias latinoamericanas a las revoluciones europeas.
En Libia las
principales fuerzas internacionales son las de la OTAN, cuyas más de 7,500
misiones de ataques aéreos han sido el motor de la derrota de Gadafi, mientras
que solo hay 3 pequeños países árabes que han enviado aviones (todos
ellos monarquías que nunca han tenido un solo jefe de estado que haya sido
electo, pues todos ellos heredan el poder): Jordania, Emiratos Árabes Unidos
(EAU) y Qatar.
Mientras el primero
permite un parlamento con poco poder, los otros dos son emiratos autoritarios
donde gran parte de la población que ha sido la mano de obra en el boom de la
construcción que tienen carece de derechos. Los EAU son una federación
de 7 emires, donde el de de Abu Dabi tiene la presidencia y el de Dubai el
premierato, ambos cargos vitalicios y hereditarios. Qatar es un emirato
independiente donde nunca ha habido elecciones generales y los partidos y
sindicatos están proscritos.
Qatar es el principal
país árabe y musulmán que integra la coalición contra Gadafi. Antes, cuando
los rebeldes se quedaron en Bengazi sin petróleo y muchos productos, Qatar les
llegó a proveer el 100% de sus combustibles además de mucho dinero y
abastecimiento.
La bandera qatarí se
ganó, por ello, el derecho a ser la del mundo mahometano que más ha flameado
en el bastión del Consejo Nacional Transitorio de Bengazi junto a las de la
monarquía libia (que hoy ésta enarbola como su estandarte) y a las de sus
aliados de la OTAN.
Mientras caía la
residencia de Gadafi (donde, según algunos informes, actuaron comandos qatarís)
en Qatar se reunieron los cancilleres árabes para apoyar a los rebeldes y pedir
que las potencias occidentales entreguen cuentas congeladas de Libia por valor
de $5,000 millones al nuevo gobierno transitorio.
Al Yazeera (el canal de
Qatar) ha asistido a los rebeldes con cobertura y asistiéndoles a tener su
propia estación de TV.
Paradójicamente, la
invasión a Libia se dio al mismo tiempo que las petro-monarquías de la península
árabe entraban a Bahréin (la isla conectada por un puente a Qatar) para
sofocar las protestas pro-democracia.
La intervención de Qatar, uno de las peores autocracias del mundo, en ambos
procesos muestra cuán limitada o controversial es la democracia que se pretende
imponer en la Libia post-Gadafi y en el nuevo Medio Oriente.
Un rebelde muestra en su cara las dos banderas
que le inspiran: la del rey de Qatar (morada con blanco y la del depuesto rey Idris de Libia (rojo-negra-verde)
libia-un-escenario-complicado/
* Isaac Bigio proviene de la London School of Economics y es articulista de varios diarios iberoamericanos.