EMERGENCIA CLIMÁTICA Y TEGUESTE

 

 

Estos días, los hechos han puesto de manifiesto que la naturaleza tiene unas leyes que debemos de respetar. Deben aprender, los que han creído que la tecnología y las máquinas son la alternativa, ignorando gran parte del saber empírico, de la experiencia y el conocimiento del territorio, pues la teoría globalizada genera grandes incógnitas.

California, Australia y el fuego, son dos ejemplos, dos referencias, para los que ahora asocian tecnología y manejo de la naturaleza. Cultura urbana asociada a las máquinas y la informática, ignorando a los agricultores, los usos tradicionales, marcando pautas urbanas en el medio rural, y, lo que es más importante, el medio rural está habitado por urbanitas, ignorantes del medio, que en consecuencia crean problemas de seguridad ante situaciones que la naturaleza presenta, ante un pueblo sin memoria. Fuego, inundaciones, mar, acantilados, laderas, zonas pobladas, poblaciones mal localizadas

Tenemos una mezcla de ignorancia y comodidad preocupante. Leamos lo ocurrido en un territorio con muchos recursos, con equipos de bomberos de los más preparados del planeta, California y Australia, en los dos casos el fuego lo apagó la lluvia después de un largo periodo, quemando viviendas y personas en el caso de Australia, con 4 habitantes por Km2, han tenido problemas, no sólo con el fuego, sino también con el aire que respiran.

De Pedro Álvarez a la presa de Manisero

Debemos saber, que en 7 u 8 kilómetros entre Pedro Álvarez y Tejina, viven más de 15.000 personas, es decir, algo más de 500 habitantes por Km2 , que la orientación de los valles del Socorro y Tegueste, y los muros de las antiguas paredes de la Mesa de Tejina y los Lázaros a Montaña del Púlpito, hacen que el viento del sureste se canalice por la ladera hacia el mar,-no olvidemos que el siroco nos visita en el verano con altas temperaturas-, circula por un territorio en el que las tierras labradas no alcanzan el 30%, del que casi han desaparecido los pastores y la retirada de hierba para el ganado, no digamos la expansión de zarzales y cañeros sobre las tierras antaño cultivadas, y qué decir de los barrancos cubiertos de matorrales, ya que el papel que jugaron los pastores hoy no existe. Hemos pasado de un territorio con varios miles de cabezas de ganado, y con más de 2.000 agricultores, que arañaban y barrían el territorio, al abandono. Como bien dice Vidal Suarez (alcalde de Tegueste durante 20 años), el mejor bombero en el campo es un agricultor”.

Hemos de hacer las cosas siguiendo la sabiduría de los agricultores. Cuando éramos pobres, no teníamos en las proximidades de las viviendas matorrales y plantas de combustión fácil, caso de pinos y eucaliptos. Más allá de la limpieza por necesidad,-leña, pinocha, utilidades de los cañeros, etc.-, teníamos lo que ahora llamamos prevención, los incendios se producían lejos de las zonas habitadas.

Ahora, por desidia e ignorancia tenemos un cañero sobre una presa abandonada (Manisero), junto a una población. Pensemos en el humo en caso de incendio, situación que se repite en toda la zona en unas horas, caso de fuego con viento del sureste.

Las leyes del cambio climático tienen que entrar en materia con otra gestión: promoviendo la limpieza de la maleza en los suelos agrarios y los barrancos, quemas controladas antes de este verano en zonas pobladas, apoyo y fomento de los ganaderos que limpien los cauces de los barrancos, facilidades y recursos económicos para fomentar la limpieza de los matorrales en las proximidades de las zonas forestales y entornos de núcleos de población y vías de comunicación, mejor con pastoreo, más que quemar, pero a corto plazo hemos de quemar como tema preventivo en las proximidades de zonas pobladas, estamos a tiempo.

Valga como referencia de lo que no debemos hacer: El Consejo Insular de Aguas de Tenerife, le prohibió a uno de los pocos ganaderos de Tegueste, la suelta de las vacas en el barranco de las Tapias. Retirando cañeros y otras plantas, ya que no podía poner unas maderas que hicieran de cancela en el cauce del barranco, pues los supuestos “cuidadores” del cauce entendían que podía frenar la circulación del agua y bla, bla….

Mientras, los barrancos los tenemos cerrados con maleza y los consejos insulares están en “Belén con los pastores”, nos tememos que la emergencia climática hará más mapas de colores, con más burocracia en territorio y menos sachos. Lamentable. Menos adjetivos y más hechos.

 

 * wladimirorodiguezbrito.blogspot.com.es 

Otros artículos de Wladimiro Rodríguez Brito publicados en El Canario.net y El Guanche.org