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de febrero o “
Padre Báez
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Posiblemente,
a nadie le interese mi particular experiencia del
Que similar a las revueltas, ahora mismo en medio mundo, contra
regímenes corruptos, un servidor que se hallaba en Madrid, exactamente en la
Universidad de Comillas con la Licenciatura de Historia de la Iglesia, me tocó
de cerca el fallido golpe de estado del ex teniente coronel, Sr. Tejero.
Pero, lo cierto y verdadero, es que dos cosas pasaron por mi mente: la
preocupación de mi familia, al saberme en el lugar de los hechos, y si podría
viajar a las Palmas -Las Palmas sin más precisión, porque desde niño siempre
escuché, por ejemplo decir a mi padre: “¡voy a Las Palmas!”, sin más. Pues, que
uno, pensando la cosa iba a más, y aquello podría hasta obstaculizar los
estudios que hacía, pensaba en volver, pero la cosa no pasó de un susto, y
pronto se impuso la cordura y, poco a poco, las aguas cogieron su curso, y aquí
paz y en el cielo gloria.
Eso sí, el susto me lo llevé como el primero, pero cuando todos los
años, siempre los mismos, cuentan lo mismo, pues que a uno también, después de
callarlo durante tanto tiempo, hoy se me antoja decirlo: un servidor también
vivió bien de cerca el golpe de Tejero. Un adelantado a su tiempo, en eso de
derrocar regímenes corruptos, pues arde medio mundo, y hasta entre nosotros, en
estas islas, cercanas al África que se amotina, también nuestra mínima juventud
-piénsese que el aborto asesino nos ha convertido en el país geriátrico mayor
del mundo- que también, por contagio, van a salir hoy
Es demasiada la corrupción, y nos entretienen con un tren, que tendrá
estaciones en Agaete, en La Aldea, en Tejeda, y hasta
en Aríñez (darán trabajo a gente venida de fuera, que
se cargarán nuestras tierras, con raíles de hierros y cementos por todas
partes). Los hay aferrados al poder, como si fueran otros Gadafis,
que no lo largan, ¡ni a palos!, que solo han sembrado paro y miseria,
delincuencia y fútbol. Tenemos derecho a trabajar la tierra, y nos multan si
tocamos una retama; tenemos derecho a cuidar del ganado, y nos los ponen a un
kilómetro de casa habitada (los perros son los únicos que no apestan); y ya el
pueblo, tiene un ejemplo que imitar. La cosa ha comenzado ya (y esto no hay quien lo pare).
En Tenerife, la gente ha despertado ¡a ver si llega a Las Palmas!
(no faltarán los gilipollas que me digan se dice; “... de Gran Canaria -ahora Gran
Tabaibal-!). Piden libertad, verdadera democracia, trabajo, se acabe la
corrupción, que no sean siempre los mismos en el gobierno (que se retiren y no
repitan, que los hay que piensan morir gobernando), etc.
Por todo ello, prefiero hablar de este
* El Padre Báez,
que se alegra, que el pueblo hermano de Tenerife, tome la iniciativa en el
archipiélago –dicen que ahora, somos solo islas (sin archipiélago, mientras espakistania no nos suelte), y que pronto aquí, se haga
otro tanto, y siga la bola.