ECONOMISTAS MENTIROSOS O SINVERGÜENZAS

 

 

Alberto Sigales *

 

No todos los curas o sacerdotes son mentirosos o sinvergüenzas. No me parece. Es decir, no por ser sacerdotes los podemos considerar como hombres o ciudadanos mentirosos o sinvergüenzas. Claro ¿no?

 

Pero no es lo mismo si los vemos solamente como promotores y promulgadores de los dogmas de la Iglesia Católica. Ahí sí los podemos tildar de mentirosos, si es que no creemos ciegamente en esos mismos dogmas que ellos promueven. Digamos por ejemplo el dogma de la Divina Trinidad, donde 3=1. O el más conocido de la tierra como centro del Universo (e pour si muove, Galileo).

 

En ese aspecto esencial, es tan mentiroso un afeitado y recalcitrante fundamentalista católico del Opus Dei como un barbudo cura de la Teología de la Liberación. Ellos, por ser curas, coinciden en justamente aquello que nos permite llamarlos, por ejemplo, mentirosos. O sinvergüenzas…

 

Lo mismo pasa con los economistas. Si los vemos como ciudadanos, padres o vecinos no podemos tratarlos como mentirosos o sinvergüenzas, pero sí por lo que ellos tienen en común, por la economía.

 

Como no importa si el cura es del Opus Dei o de la Teología de la Liberación, tampoco importa si el economista es de la escuela neoclásica o de otra cualquiera. No importa, puesto que ninguno sabe vencer el hambre, la pobreza, la miseria, la desigualdad en la distribución de la riqueza, aunque bien aprenden a promoverlas. ¡Hay tantas pruebas empíricas!

 

¿Acaso no vieron las “soluciones” propuestas por el FMI a la llamada “crisis” en Europa y en EEUU? ¿No las reconocen como propias?

 

La economía (o los economistas con título o sin él) no aprenden a vencer la miseria. Sólo aprenden a administrarla a favor de algunos.

 

"Nosotros, la humanidad, con sólo pagar lo que consumimos, hacemos que se realice y genere la riqueza que nos sustenta."

 

 

* Centro Indev

Montevideo-Uruguay