Recientemente el Parlamento de Canarias ha
publicado la Ley de Renovación y Modernización Turística de Canarias, que incluye
contraprestaciones económicas significativas por parte del sector bancario y de
los empresarios hoteleros. Esta propuesta se ha encontrado directamente con un
recurso de inconstitucionalidad por parte del Estado. Se han generado así
numerosas lagunas en un sector clave en lo económico y laboral; además, los
protagonistas de la escena política van a enmarañar la vida en las Islas en un
largo y complejo proceso legal.
La Comunidad Autónoma ha tenido sobre todo
en cuenta en su propuesta las necesidades del sector hotelero, para mejorar sus
condiciones administrativas y financieras. No se han considerado, sin embargo,
las necesidades del sector primario, tan necesitado de mejoras legales que
faciliten su situación económica y administrativa. La actividad agraria es uno
de los sectores a los que podemos incorporar con menos esfuerzo un mayor
contingente laboral, dado el envejecimiento y la pérdida de efectivos que ha
tenido en los últimos años. No olvidemos que se ha perdido más de la mitad de
las tierras cultivadas, y que sufrimos un alto déficit en la producción de
alimentos para el autoabastecimiento; hay también poderosas razones lógicas y
estratégicas que indican que debemos producir para la exportación.
La agricultura y la ganadería son, sin
lugar a dudas, algo más que fríos datos en el PIB, que ignoran cultura, paisaje
y medio ambiente. Son un asunto estratégico para una menor dependencia de las
importaciones. El mundo rural canario puede reequilibrar demográfica y,
laboralmente, una población que hoy está parada en nuestros marcos urbanos sin
alternativa posible. La recuperación de nuestros pueblos también es parte de la
política de los tiempos que corren, con un alto número de parados.
El Parlamento de Canarias no ha tenido la
agilidad que se requiere para incorporar leyes que corrijan un marco teórico
escrito en la época alegre, pensado para un territorio sin agricultores ni
ganaderos. Antes de esta crisis, se soñaba con espacios ambientales protegidos,
sin pastores ni campesinos; levantar ahora una pared, construir un gallinero o
un estanque se han convertido en trámite imposible tanto en tiempo como en
papeles.
En el marco legal actual una paloma Rabil
está más protegida que un campesino; en las zonas donde es una plaga,
sacrificarlas significa una sanción equivalente a 18.000 kilos de papas, según
se han cobrado por los agricultores de Vilaflor en
estos días.
El Partido Popular plantea que la Reserva de Inversiones, que en principio
tenía la finalidad de capitalizar y potenciar la economía de las Islas, se
dedique a los países africanos vecinos. En un asunto tan estratégico como
disponer de recursos financieros, ante la descapitalización que tenemos en las
Islas, se propone un desvío de capitales y recursos sin contrapartidas para el
territorio que ha generado tal riqueza.
Es lamentable que a estas alturas de la
llamada crisis y con la problemática situación que tienen las Islas, no estemos
tratando asuntos de esta envergadura, más allá de las eventuales miserias de
los partidos políticos y sus miras electorales a corto plazo. No puede
continuar la actual situación de conflictos legales entre administraciones,
dada la situación en el sector turístico, con sus problemas de financiación y
la falta de inversiones públicas.
Está en nuestra mano cambiar las leyes que
son sólo cosecha de las Islas y del Gobierno central, pero cada vez hay más
producto de las propuestas burocráticas que vienen desde Bruselas. Así está
ocurriendo con la Ley del Bienestar Animal, o con las últimas propuestas sobre
la miel de palma o de abeja. Estamos en la obligación de buscar alternativas
posibles y viables para hacer un mejor uso de nuestros recursos naturales,
culturales, y también de generar estabilidad social a nuestra población.
Tenemos la obligación de hacer barbecho para
sembrar nuestros campos con semilla en tierra libre de malas hierbas. Menos
contenciosos y más trigo en la era y en el campo.
* DOCTOR EN GEOGRAFÍA POR LA
ULL