¿Dónde están los votos matarile, rile, rile...?

 

Según el ministerio del interior del régimen monárquico y colonial español[1], al frente del que ejerce Fernández Díaz, gravado en su despacho mientras conspiraba contra sus adversarios políticos, los dignísimos independentistas catalanes, utilizando las instituciones del régimen, el mal denominado Partido Popular (PP) habría pasado de siete millones dos cientos mil votos en diciembre de 2015 a siete millones novecientos mil en junio de 2016, casi setecientos mil votos más en apenas seis meses.

Unidos Podemos, según la misma chapucera aritmética, habría perdido casi tres millones de votos (929.880 de en Comú, 410.698 de en Marea, 673.549 de Compromís, 3.198.584 de Podemos y 926.783 de Unidad Popular, que suman 6.139.494) al obtener 3.201.170 en junio de 2016.

En la cuenta hay que considerar los tres cientos noventa mil restados a Ciudadanos y los ciento veinte mil al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Según la información publicada por el ministerio del interior en su web, sin contar el voto CERA (residentes en el extranjero), el número de votantes ascendió a 24.161.083 (entre los que están contabilizados tanto los votos nulos-de especial interés para el Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario que los solicitó y reivindica-, como los votos blancos), mientras que la abstención fue de 10.435.955, lo que hacen un total de 35.001.447, de un censo electoral para las citadas elecciones de 36.516.100 según el metropolitano Instituto Nacional de Estadística (INE).

Sin embargo el voto CERA asciende a 1.924.012, aún no contabilizado y que sumado al número de votantes y a la abstención da la nada despreciable cifra de 36.521.050, sobrepasando, contradictorialmente, dado que que deberían coincidir, el censo electoral publicado por el INE. La participación del voto de residentes en el extranjero descendió bruscamente en los comisios del 2011 desde el 31.88 al 4.95 %, a raíz de la modificación electoral que también trajo los antidemocráticos topes electorales, siendo presidente el siniestro Zapatero, el favorito del podemita Pablo Iglesias.

Esta aritmética no sorprende en absoluto al Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario, que viene denunciando los manejos del régimen desde la primera vez que concurrió a un proceso electoral, tanto ante los medios de comunicación masiva como ante la opinión pública, juntas electorales y jurisdicción española, que siempre encuentra alguna excusa formal para no entrar en el fondo del asunto, al no existir en el Estado español una democracia formal debido precisamente a que no existe separación de poderes al nombrar a los tribunales tanto el brazo político del borbonato como esta misma institución.

Canaryexit vr. Brexit

El 23 de junio, tres días antes de las elecciones españolas, otro reino, en este caso el Reino no tan Unido de la Gran Bretaña, decidió mediante referéndum, por un 51.9 % frente al 48.1%, en un día glorioso para los pueblos británicos,salir de la Unión Europea que pisotea los derechos humanos hasta el infinito y más allá si eso fuera posible, lo que reflejó mejor que nadie nuestro insigne poeta D. Francisco Tarajano: “La Europa que tu me ofreces/te puedes quedar con ella/ no es que yo la desprecia/es que no me sale quererla”.

Los canarios y canarias fuimos consultados también mediante otro glorioso Referéndum celebrado el 12 de marzo de 1986 en el que, inteligentemente, rechazamos integrarnos en la OTAN por una amplísima mayoría del 51.13 % frente al 44.09 %, siete (7) puntos porcentuales de diferencia, democrática decisión que, 30 años después, aún está pendiente de ejecutarse, debido a la escasa, por no decir nula, tradición democrática del caduco régimen monárquico y colonial que nos subyuga. Confiemos en que el Brexit no atraviese esa larga travesía, régimen que, torticeramente, está atribuyendo tanto sus resultados electorales como los de la oposición al Brexit y sin considerar, obviamente desde su óptica, sus ¨malas mañas” empleando una expresión de nuestra lucha canaria, un ejercicio de entrenamiento de guerrilleros y milicianos y no un deporte vernáculo como sostiene, interesadamente, el citado régimen monárquico y etc.

Con todo, a modo de conclusión, lo más sorprendente de la jornada electoral fue la comparecencia, uno tras otro, de los damnificados, cual coro de plañideras, asumiendo estoicamente su derrota sin cuestionar, mínimamente, al partido de las mil y una corruptelas o mejor dicho podredumbres.

[1] Ministerio del interior colonial español,

 

Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario

Movimiento UPC

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