LA DIVISIÓN PROVINCIAL DE
CANARIAS
Francisco
R. González Alonso
España para
el año 1833 era un estado centralizado dividido en 49 provincias, incluyendo la
única existente por Canarias, cuya capital era Santa Cruz de Tenerife. En 1927 acontece
la división de Canarias en dos provincias, cuando gobernaba el General Primo de
Rivera. La Provincia de Tenerife integrada por las cuatro islas occidentales
del Archipiélago Canario: Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro cuya
capital era Santa Cruz de Tenerife, y la Provincia de Las Palmas integrada por
las islas orientales de Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote, islotes de
Lobo, La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste,
cuya capital era Las Palmas de Gran Canaria.
La
separación insular del Archipiélago, hizo aumentar el número de provincias del
Estado Español, que desde 1927 es de 50 provincias.
La Iglesia
Católica apreció con anterioridad la división territorial del Archipiélago
Canario, adelantándose a los conflictos de la burguesía surgida y apoyada por
el Poder Central Español, tanto en Tenerife como en Las Palmas, cuando se ve en
la necesidad de fundar la “Diócesis Nivariense” o de
“San Cristóbal de La Laguna, cuya Patrona Espiritual es la Virgen de la
Candelaria, y la “Diócesis Canariensis cuya Patrona
Espiritual es la Virgen del Pino. Esto ha originado una ridícula y flagrante
división política insular que nunca debió haberse generado, para que dichas
advocaciones sean testigos de la separación de pueblos hermanos. El cinismo ha
llegado al extremo de que hoy día, el pique del patronazgo espiritual, persiste
entre las advocaciones marianas “Virgen de la Candelaria” y Virgen del Pino”,
como acicate separatista entre las dos provincias creadas con tal fin.
Las
rivalidades entre las oligarquías generadas en Canarias, a la sombra protectora
del Poder Central Español, que persiste insistentemente influyendo en dicha
división, para que nuestras comunidades insulares se manifiesten cada día más
antagónicas, utilizando nimiedades pueriles que sólo una sociedad inmadura y
sin la debida formación socio-cultural es capaz de mantener con sus dimes y
diretes para ridiculizarse mutuamente, en perjuicio de la unión que debe
existir entre pueblos hermanos cuyos ideales de libertad están menoscabados por
las injurias callejeras que ciertos medios de difusión no insulares, aunque
estén legalmente domiciliados en nuestras islas y aparenten estar identificadas
hipócritamente con Canarias, atizan con sus comentarios “sin ton ni son”, con tal
de impedir la afinidad socio-política que debe imperar entre todos los canarios
que se sientan como tal, para defender la canariedad
y los mismos ideales de libertad. Todo esto, lamentablemente, se debe
precisamente a que nuestros pueblos humildes insulares, carentes de la debida
formación ciudadana por no dictarse en nuestras aulas, pues en pleno Siglo XXI
es inconcebible tanta necedad pueril en nuestros pueblos insulares adormecidos,
que nos califica como verdaderos tontos útiles aletargados por la verborrea de
nuestros indecorosos políticos (salvo excepciones), vende patrias enquistados
en las corruptelas demagógicas y putrefactas, de quienes han utilizado mal su
gestión política, en detrimento del pueblo canario, que lo han manipulado por
carecer de los debidos conocimientos ciudadanos.
Para las
próximas elecciones en el Archipiélago Canario, los políticos que defienden la “CANARIEDAD”,
el verdadero nacionalismo, su principal labor es la de realizar una cruzada
cívica que llegue a ese pueblo humilde analfabeto y lo instruya socialmente. Ya
está bien de engaños de nuestros falsos nacionalistas, recordemos una de las
célebres frases del Presidente Abraham Lincoln: Puedes engañar a todo el mundo
algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a
todo el mundo todo el tiempo.
Los Políticos de la España Invertebrada, no
pueden continuar insistiendo en que Canarias es España. Somos diferentes y por
sentirnos herederos del pasado histórico de nuestros valientes aborígenes
guanches, a los que les fue arrebatado a sangre y fuego su patria, nuestra
patria hoy, hemos comprendido que ha llegado el momento de reclamar nuestra
soberanía e independencia.
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