Au, Ag y la deuda de EEUU

 

José Antonio Infante *

 

Los dos primeros son los símbolos en la tabla periódica del oro y la plata; la otra abreviación es técnicamente una concursal. Si ya lo digo yo, el dinero está asustado perdido y no sabe ni dónde meterse, corriendo de aquí para allá, aterrorizado: ¡qué susto Portugal!, ¡qué susto una constructora!, ¡qué susto una caja de ahorros!, ¡qué susto cualquier aventura!

La búsqueda de refugio en esta situación de zozobra sigue en auge, y en medio de las alertas que azotan a los mercados los futuros del oro han alcanzado por primera vez en la historia los mil quinientos dólares la onza (31,1035 gramos) de veinticuatro quilates. La cotización del metal precioso por excelencia en Londres y Nueva York ha dado el último estirón que le faltaba para alcanzar otro nivel simbólico. En lo que va de abril, el precio del metal dorado ha experimentado otra fuerte tendencia alcista frente a la bajada de marzo, impulsada por la inestabilidad de los mercados a raíz del conflicto de Libia y del terremoto-tsunami de Japón.

El oro, símbolo de vanidad, llegó a revalorizarse en los mercados (materias primas) un cuarenta por ciento en 2009, desde una cotización de 869,75 dólares/onza al cierre de 2008, hasta alcanzar los 1.213,03 dólares el 2 de diciembre en Londres. En agosto de 1999, la onza valía cuatro veces menos que en 2010, y alcanzaba su nivel más bajo en veinte años, 251,70 dólares. Desde entonces, la subida en el valor ha sido continuada y le ha permitido elevarse hasta encadenar récord tras récord. Así, el 2 de diciembre de 2005 superó el nivel de los quinientos dólares/onza por vez primera en dieciocho años; en mayo de 2006 llegó a los setecientos y el 2 de enero de 2008 alcanzaba en Londres los 859,20 dólares. Si se toman por referencia las últimas cinco décadas, la subida del oro comenzó desde que EEUU abandonó el patrón oro en 1971, cuando una onza se vendía a treinta y cinco dólares, en plena crisis mundial por el aumento de los precios del petróleo y la inflación.

Por esa razón han crecido como las setas los establecimientos que comercian con oro. Pero más rentable incluso puede resultar la plata, un metal precioso que tiene un valor intrínseco mayor que el oro. Son tantas sus aplicaciones industriales (en pantallas planas para televisión, teléfonos móviles, radiografías, paneles solares, etc.) que solo son superadas por el petróleo. La vida moderna no sería igual sin la plata. Es el mejor conductor del calor, mejor reflector, antibactericida, gran conductor de la electricidad, etc. Precisamente por su enorme utilidad, la mayoría de los aproximadamente 46.000 millones de onzas producidas a lo largo de la historia de la civilización sencillamente se han consumido, se han ido para siempre. Cerca del noventa por ciento de la plata producida en la última década ha sido consumida por la industria (a diferencia del oro que la gran mayoría de las cerca de 4.500 millones de onzas producidas se han atesorado y se conservan).

Considerando que por cada onza de oro se producen cerca de diez de plata, el ratio de producción es de uno a diez, las existencias "sobre el suelo" se van acercando a un ratio de uno a uno. La plata para inversión se está volviendo casi tan escasa como el oro, y sin embargo cotiza en un ratio cercano uno a cuarenta; es decir, con los mismos dólares con que podemos adquirir una onza de oro podemos comprar unas cuarenta de plata.

Para que se hagan una idea comparada de la deuda de Estados Unidos, señalar que alcanza casi el cien por cien de su PIB anual, contabilizando más de catorce millones de millones de dólares. Con todo, el oro y plata producidas a lo largo de la historia (y mucha de esa plata como he explicado ya no existe) solo alcanzaría para pagar la mitad de esa colosal deuda, ya prácticamente impagable y, sin embargo, creciendo con un déficit fiscal de casi cuatro mil millones de dólares diarios. Ese es el problema. Juntando todo el oro y la plata que se producen anualmente en el planeta apenas se paga un mes del déficit yanqui. Por eso, el presidente de China (Hu Jintao) declaró recientemente que "la preeminencia del dólar es cosa del pasado", y lleva razón; parece evidente que el dólar seguirá devaluándose frente al Au y Ag.

¡Qué susto EEUU!

infburg@yahoo.es

* Publicado en el periódico El Día, 25-04-2011