VENEZUELA. Entre
la desinformación y la mentira
Francisco Javier González
[Venezuela
históricamente es algo tan nuestro como cualquier isla por lo que nos afecta
todo cuanto allí sucede. Se está desarrollando una revolución en unos momentos
difíciles y delicados y nosotros nos movemos entre la desinformación y la
mentira con medios de comunicación mediatizados por una derecha reaccionaria y
unos intereses económicos que trascienden las fronteras nacionales. En
Venezuela -y basta pensar en el ALBA, MERCOSUR, PETROCARIBE, el SUCRE- se
está decidiendo en estos momentos una buena parte del futuro de América Latina.]
Tenía pensado terminar con una segunda parte el
análisis “Venezuela: revolución vs. fascismo” por dos razones fundamentales,
una por el interés que para la izquierda anticolonial y revolucionaria tiene el
proceso bolivariano y otra porque nada de lo que pase en Venezuela es ajeno
para nosotros los canarios cuando, por ejemplo, solo en el Estado Vargas hay
más gomeros y herreños que acá, en las islas, pero
uno de mis amigos de Facebook –Felipe Sicilia- ha contestado en mi muro a un
post mío en el que inserté el “Comunicado
del Frente Patriótico de Izquierdas de Venezuela”, contestación que ha dado
origen a un debate en ese medio que considero de mayor prioridad. El compañero,
que se autoidentifica como un antiguo comunista
desencantado que ha cambiado un inicial apoyo a Chávez por la certeza, a mi
juicio irracional, de que la elección de Nicolás Maduro como Presidente de la
RBV es producto de un pucherazo, muestra su simpatía hacia el cambio en el
sistema que podría introducir la oposición caprilista, basando sus certidumbres en
diversas “informaciones” sobre el proceso revolucionario y cimentándose para
ello en el “Método Científico” para sacar sus conclusiones. Dado que mi punto
de vista es diametralmente opuesto y que, además, creo que lo que intenta
demostrar es lo que ronda por las mentes de muchos compañeros, quiero rebatirle
sus apreciaciones en base justamente a lo que publica para apoyarlas.
Lo del “Método Científico” lo tengo muy claro. Era la
primera monografía del temario de oposiciones a la docencia en Física y Química
que tuve que empaparme en su día. Como expone en su enlace a Wikipedia tiene
dos pilares fundamentales, la “reproducibilidad” y la “refutabilidad”. Ahora
bien, si pasamos de las ciencias denominadas “naturales” –que incluyen las
matemáticas- a las “sociales”, la cuestión no es tan simple. Los experimentos
sociales no son reproducibles por cualquiera y en cualquier lugar –base de la
“reproducibilidad” del Método Científico- aunque, desde luego, si son
refutables, que es justamente lo que estamos haciendo con este debate. Base
fundamental para el análisis social es, primero que nada, la búsqueda de datos
válidos y que estos sean fiables y/o verdaderos y aquí la clave es las fuentes
de estos datos, la documentación manejada, que hay siempre que contrastar
exhaustivamente dado que, por su mismo carácter, todo lo relacionado con una
determinada actuación social –y su correlato político- está, se quiera o no,
contaminado de entrada por la ideología del que construye la fuente a utilizar,
aparte de que la “observación” –necesaria en cualquier análisis- está también
condicionada por los prejuicios del observador que, siempre, es a su vez
participante. Todo ello viene a cuento por la infiabilidad
absoluta por falsarias de las fuentes que utiliza la mayoría de los que,
desde Canarias y desde la propia Venezuela, tratan de apoyar las tesis de la
oposición reaccionaria encarnada hoy en el caprilismo
cerril de “Primero Justicia” y que lo hacen desde un posición supuestamente
progresista y correcta metodológicamente.
Su primera fuente era un artículo de “6poder.com” en que se reproducía una supuesta
primera plana del Granma cubano de 1º de mayo en que aparecía Fidel Castro
diciendo que “Sin el petróleo
venezolano la revolución fracasará. Maduro es nuestro hombre en La Habana”.
Demostré usando el más elemental método científico –ir al original- que ese
ejemplar del Granma se dedicaba a la fiesta de los trabajadores y a la
manifestación del 1º de Mayo. Acto seguido se alude a una supuesta frase de
Stalin " Basta con que el
pueblo sepa que hubo una elección, los que emiten los votos no deciden nada,
los que cuentan los votos lo deciden todo" que, al no citar la fuente, tengo que
considerarla totalmente apócrifa y se apoya con una entrevista televisada a
Anthony Daquin en “Nuestra Tele Noticias 24” (NTN24)
en la que Mr. Daquin afirma que “Cuba
controla el sistema de cédulas venezolanas” Tuve
la santa paciencia de escuchar la entrevista en la que se afirma que la empresa “Albet Ingeniería y Sistemas S.A.” encargada
de gestionar las patentes de la Universidad de Ciencias Informáticas de La
Habana es, en realidad, un camuflaje del G2 cubano –nombre antiguo del servicio
de inteligencia cubano, hoy Departamento de Seguridad del Estado (DSE)- que,
según Mr. Daquin, gestiona y controla desde La Habana
todas las bases de datos del gobierno venezolano, incluyendo datos fiscales,
económicos, judiciales, seguridad social, notarías y registros de la propiedad
y hasta de filiación política, con control permanente e instantáneo de todas
las comunicaciones incluidas las de internet y los
correos-e ¡y todo esto desde el 2002! Siguiendo con las “informaciones veraces”
de este caballero, los miles de voluntarios del Frente
Francisco de Miranda encargados del desarrollo de la llamada “Misión
Identidad” para dotar de cédula de identidad laminada a toda la población de
Venezuela, eran en realidad peligrosos agentes cubanos, apoyando así las tesis
que ya esgrimía el ex general de brigada de la Guardia Nacional Marcos
Ferreira: “Se trata de
una serie de venezolanos que desprecian la identidad venezolana, desprecian lo
que deberían ser su sentido patriótico y se han convertido en agentes más
radicales que los cubanos. Son gentes del Frente Francisco de Miranda. Los
llevaron para que se formaran como milicianos y luego les dan la función de
comisarios políticos y los regaron por todas las instituciones del Estado”. Según este caballero “Es poco probable que las leyes
venezolanas hayan sido cumplidas a cabalidad durante la emisión de los
documentos en una operación de serias implicaciones electorales. La pregunta
que debe realizarse todo venezolano es: ¿Está usted seguro de que la persona
que tiene al lado es el ciudadano que dice ser? ¿Quién asegura que es así? Las
bases de datos en Venezuela tienen una discrepancia muy grande”.
El auténtico delirium tremens de Mr. Daquin era que el chavismo en la Misión Identidad –que
entre otras cosas sirvió para dar a los indígenas venezolanos y a millones de
campesinos por primera vez una carta de identidad- había repartido más de cinco
millones de tarjetas falsas de identidad entre extranjeros sin condiciones
legales pero que se comprometían a votar por Chávez, y entre sus partidarios jalamecates, cada uno de los cuales podría tener varias
tarjetas para votar con distintos nombres, olvidándose eso sí, del pequeño
detalle de las huellas de identidad que salva diciendo que el sistema de
identificación por huellas en Venezuela no está desarrollado. El tal Mr. Daquin –utilizo el “Mr.” porque este caballero ya se ha
agringado totalmente- se inventó luego una truculenta historia, que comienza
diciendo que en China conoció con los cubanos los métodos de identificación y
control mediante chips, que como buen demócrata se negó a aplicarlo en
Venezuela por lo que fue secuestrado a punta de sendas
Otra de las fuentes de consulta y opinión utilizada es
“El País” de España. Lamento decir que soy suscriptor de El
País desde hace años pero que no renovaré nunca más esa suscripción. El
comportamiento de “El País” como de todo el Grupo PRISA en España y en América
es terriblemente tendencioso. De hecho lo es desde la intentona golpista de
2002, apoyada abiertamente por el gobierno Aznar como en la actualidad la
desestabilización de la RBV. El fracaso de la Revolución Bolivariana es también
uno de los objetivos de la cancillería y el gobierno de España y, por ende del
Grupo PRISA. A comentaristas como el Sr. Vargas Llosa o el Sr. Moisés Naïm no me queda más remedio que
negarles cualquier credibilidad cuando de enjuiciar un proceso político de la
izquierda se trate. Valga como ejemplo su referencia al artículo “Capriles impugna la victoria
electoral de Maduro” del
pasado 2 de mayo que lleva como subtítulo “El
presidente de Venezuela lanza amenazas en una visita al Estado de Miranda, que
gobierna su rival” sustanciándose luego en el texto que dichas amenazas
fueron, cito textualmente: “La revolución
viene a Miranda a proteger al pueblo, porque está abandonado, lamentablemente,
pero por ahora, eso no será para siempre” ¿Desde cuándo “proteger al pueblo” es una amenaza”?
Sobre todo en un Estado como Miranda que ostenta el triste record de ser el de
mayor número de muertes violentas en la estadística ya elevada de Venezuela, y
con una policía dependiente de la gobernación que no sobresale por su honradez
ni por su eficacia. Capriles trata de contrarrestar las palabras de Maduro
aclarando “que nadie se
confunda, el único protector de Miranda es Dios” Difícil me lo pone el Gobernador que continúa su argumento diciéndonos que “el único requisito en
Miranda para recibir una ayuda es tener su cédula de identidad y tener una
necesidad, no hay otro” y ello
sin cambiarle a Miranda el nombre por el de Jauja, la tierra mítica de arroyos
de leche y miel. Continúa el artículo “políticamente imparcial” de PRISA
relatando que la oposición va a seguir todos los pasos jurídicos posibles en su
impugnación, a pesar de que –según el “imparcial” periódico- “el oficialismo controla todos los
poderes del Estado, incluido el judicial”. El panfleto se remata con el análisis
siguiente: “Jaua, que acompañó a Maduro en su recorrido por barrios
populares de Los Teques, ha sido el encargado en los últimos días de desechar
las distintas ofertas de mediación o llamadas al diálogo entre las partes
surgidos desde la secretaría general de la Organización de Estados Americanos
(OEA), el ministerio de Exteriores español, o de la Conferencia Episcopal, esta
última, haciéndose eco de la preocupación explícita del papa Francisco en torno
a la situación venezolana.”Pues, la verdad, como decimos en Canarias, ya el
conejo me riscó la perra. El papa Francisco, que mantuvo la boca bien cerrada
con los crímenes de Videla&Cía; la Conferencia
episcopal y el cardenalato caraqueño, que fueron los primeros y más entusiastas
firmantes y apoyos firmes del golpe militar de Carmona en 2002 -que contó
también con la actuación estelar en el asalto a la embajada cubana del
democrático candidato Capriles-; españoles y gringos, que añoran su etapa de
extracción de las riquezas de Venezuela y que también se apresuraron a bendecir
aquel golpe y la secretaría general de la OEA, que estamos todavía esperando
que condene los golpes de estado en Honduras o el de guante blanco de Paraguay,
no parecen los más indicados para esas consejas. Me pregunto además ¿dónde
puedo encontrar referencias a las enérgicas condenas de todos estos demócratas
a los ataques perpetrados por la también democrática oposición contra los CDI y
los médicos cubanos que los atendían, los incendios de las sedes del PSUV y los
asesinatos de los 8 venezolanos –hombres, mujeres y niños- del 15 de abril?
Otra muletilla a desterrar por un análisis serio y
riguroso es que los medios de comunicación masivos -los mass
media, prensa, radio y Tv- están en manos del chavismo y no dejan espacio a la oposición. En Venezuela,
en Tv en señal abierta -la codificada es toda
privada- existen, aparte de las Tv comunales muy
heterogéneas, 35 canales privados de alcance tanto nacional como local con un rating promedio, según la agencia de medición AGB, 11 veces
mayor que el de los 9 canales públicos. Prácticamente la totalidad de los
medios privados jugaron con un apoyo total al candidato Capriles y su MUD,
ignorando casi totalmente al oficialismo. Silenciaron luego los trágicos
sucesos del 15 de abril, pero magnificaron los lamentables sucesos del
Parlamento mostrando, no las imágenes ni los orígenes del mismo, sino las
heridas sufridas por Julio Borges y algún otro miembro de la oposición en el
choque entre bancadas. Uno de esos medios privados más influyentes es Globovisión, que acaba de ser vendido a un consorcio
porque, según su propietario mayoritario, Guillermo Zuloaga, “la situación de la compañía se
había vuelto inviable por el debilitamiento de la economía y su directa
consecuencia sobre el flujo de caja” además
de argüir la existencia de “acoso de las instituciones del estado”, lo
que no le impidió su actuación partidista en la campaña electoral. En la
dirección de la nueva empresa comunicativa del Grupo “Seguros La Vitalicia”
está “El Ciudadano”, Leopoldo Castillo que asegura que
va a continuar “sin negociar sus principios” lo que a juicio del vicepresidente nacional
ADECO, Edgar Zambrano, les permitirá al canal “mantener
su esencia en la medida de lo posible”. Me
pregunto donde ve “El País” de España o “El Mundo” de Venezuela la “dictadura
informativa del chavismo”.
Por cierto que las declaraciones textuales de
Capriles, que adjunté en su contestación al “Gobierno en la calle” en Los
Teques del presidente Maduro, las tomé del digital “TalCual” del Sr. Petkoff,
paradigma de ecuanimidad y mesura según el criterio expresado en Facebook por
Felipe Sicilia. Yo suelo abrirlo como punto de observación de la cara más negra
del lobo de la reacción venezolana disfrazada de tierna ovejita democrática.
Basta como ejemplo su análisis de los sangrientos sucesos del 15 de mayo (¿O no
se puede hablar de sangrientos sucesos si cursan con 9 asesinados y 78
heridos?). El editorial del Sr. Petkoff nos dice: “el gobierno de Maduro, o el de los
titiriteros que lo mueven y que le hacen decir "no" cuando horas
antes había dicho "sí", al recuento de los votos por ejemplo,
convirtió una muy razonable y pacífica protesta de millones de venezolanos que
solicitaban probidad electoral en un golpe de Estado (sic), con militares
presos, represión generalizada, prohibición del derecho inalienable a hacer una
marcha que, según los nuevos jerarcas, no tendría otro objetivo que asesinar
manifestantes para generar el caos y, no exageramos, la invasión imperial. A
esto se agregan acusaciones sobre muertos y heridos que, sin investigación
alguna, motivó hasta a nuestra "imparcial" Fiscal a acusar a la
oposición de violentista y desestabilizadora, delincuente, pasible de
innombrables castigos judiciales” Aunque
el cinismo de esa declaración nos retrotrae a los tiempos de Göebbels y sus mentiras repetidas hasta que se admitan como
verdades, Teodoro Petkoff es un antiguo militante
comunista, un ñángara, que participó en la guerrilla
de Douglas Bravo y que con su compañero de partido, de prisión y de fuga,
Pompeyo Márquez fundaron, al separarse del PCV el socialdemócrata
“Movimiento al Socialismo” MAS. Tras intentos frustrados de optar a la
Presidencia de Venezuela, Petkoff y Márquez al frente
del MAS deciden apoyar la candidatura del Copeyano Rafael Caldera –el fundador del puntofijismo- en las elecciones de 1993. Elegido Caldera
como presidente incorporó a su gabinete en
Evidentemente que la Revolución Bolivariana dista
mucho de ser perfecta. El propio Chávez realizó la autocrítica del
burocratismo, nepotismo clientelismo e ineficiencia que en algunos sectores
padece y Nicolás Maduro y su gobierno intentan seguir
esa senda de corrección de errores. Toda persona de izquierdas -de la izquierda
real transformadora- debe prestar apoyo crítico a ese proceso renovador. No
hacerlo es posibilitar que la minoría fascista y represora de las élites
burguesas venezolanas, lacayas tradicionales del imperio gringo, hagan regresar
a las clases trabajadoras -incluyendo la pequeña burguesía- a la etapa que
propició el caracazo y a la intentona golpista de
Carmona y sus fedecámaras. Es repetir la más negra
historia reciente de Venezuela.
Gomera.
Canarias, a 6 de mayo de 2013
Otros artículos de Fco. Javier Gzález. publicados en El Canario y anteriormente en El
Guanche