De rodillas
ante España, de rodillas ante Europa,
de rodillas
ante el mundo.
Isidro
Santana León
Así se postra el presidente del gobierno de la
colonia, Paulino Rivero, y sus séquitos de la regencia y del partido,
allá donde acuden a suplicar nuestros derechos… Aquí
sí es expedito, altanero y decisivo, para reventar con más y
más medidas restrictivas al pueblo canario, ejerciendo de portavoz de
las decisiones de la metrópoli, en vez de, por el contrario y como
requieren los intereses de Canarias, enfrentarse al gobierno del reino
reclamando nuestros derechos históricos y de pueblo. No venga otra vez
aquí, a la colonia, con el cuento de que Madrid no le da, no le deja o
que le quita, y mande usted a la mierda al reino y toda esa pila de
parásitos que se nutren en él, como le dije, yendo a las Naciones
Unidas. Se lo vuelvo a repetir: es, usted, un esbirro y un cobarde,
además de un privilegiado, que, para colmo, ejerce de virrey
representante de las RUP: de las naciones que los estados de Europa aún
tienen bajo dominio colonial.
¡Qué coño le importa, ni le ha
importado nunca a Europa sus residuos coloniales y su población, ahora
llamadas “Regiones Ultraperiféricas” si no es para
explotarlos como a putas!... Se cree, usted, un prohombre de asuntos mayores o
de estado y su talla política no pasa de la de bufón del borbonato. Ni en las épocas más
recalcitrantes del colonialismo español en nuestra nación, sus
gobernantes se mostraron tan complacientes con las iniquidades que se les
imponían a la república desde la metrópoli (obviando, o
desobedeciendo, los Corregidores y los Regentes de la Real Audiencia, las
imposiciones draconianas de la “Casa de Contratación de
Sevilla” o cualesquiera de aquellos decretos que lesionaran los derechos
de esta tierra y de sus moradores) y, siglos después, resulta que se
muestra, usted, más colaboracionista y más pendejo que aquellos
hombres y que en aquellos dificultosos tiempos. No le estoy regañando,
ni siquiera insultando –además de que eso a usted le importa un
cojón mientras mantenga sus privilegios y sus ambiciones
megalómanas.
Le insto, porque tiene la responsabilidad de un
gobierno, aunque colonial e ilegítimo fuera, pero con el que dirige a
los canarios hacia el abismo que le dictan desde Madrid, a que saque la gente a
la calle, de una jodida vez, y le dé la oportunidad de morir combatiendo
y no de que mueran asesinados, pasivamente y sin resistencia, a manos del
gobierno colonialista español. Ya se han sacado a miles de canarios a la
calle reivindicando una universidad (claro que, mientras sean enfrentamientos
entre islas y entre hermanos, la metrópoli es comprensiva para que los
cobardes encabecen y solivianten la animadversión contra sus fraternos,
pero no contra sus tiranos, además de que sabemos para qué han
servido las universidades en la colonia); miles de personas que se sacan a la
calle para que se emborrachen en carnavales; miles de personas, canarios y no,
que se llaman a la calle para venderles la estafa del “Día de
Canarias”; para que, en tantas fiestas, asuman el folclorismo
embobecedor de la brutalidad del campo, la
devoción y pleitesía a los santos…; miles de canarios que
se llaman a las carreras de coches, deteriorando hasta el medio; tantos
llamados a arropar actos intrusos como el esperpento peinetero del
“Rocío sevillano”; miles de canarios que colapsan y sierran
las calles sin autorización para celebrar triunfos deportivos etc., y
ahora, señor Paulino Rivero, que al pueblo lo matan de hambre,
¿no hace usted un llamamiento a salir a la calle? Si no tiene usted el
apoyo de los partidos sucursalistas españoles
aquí en la colonia, seguro que tiene la cobertura de un pueblo que,
tarde o temprano tendrá que saltar, porque le obliga la
situación. Diga de qué lado está, porque no se puede estar
cerca de Dios y del Diablo a la vez, y en el medio ni hay cielo ni hay
infierno. ¡No sé para qué coño ha servido el
congreso de su partido!: ni un giro hacia la decencia, más de lo mismo.
Ya me dijo uno de sus militantes que iba a mostrarme la ponencia
política, de la que me advertía que había un giro de
timón en la filosofía del partido pero, visto que siguen igual de
palanganeros que siempre, prefiero leerme la hoja parroquial de donde vivo, que
quizás contenga algún aspecto mas revolucionario que la
propuesta. Todo giro que no sea hacia la independencia sólo sirve para
alargar la agonía del pueblo canario. Sigan mamando de Canarias que poca
leche les queda, entonces, a ver a qué ubre se pegan.
3/07/12