El
derecho a la búsqueda de la felicidad
Jorge Ancor Dorta *
En
la declaración de independencia de Estados Unidos se recogen una serie de
derechos inherentes e inalienables de los individuos, entre ellos a la vida,
a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.
También
dice que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres
gobiernos cuyos poderes legítimos emanan del consentimiento de los
gobernados, que cuando una forma cualquiera de gobierno pone en peligro
esos fines, el pueblo tiene derecho a alterarla o abolirla y a instituir un
nuevo gobierno, fundamentándolo en los principios y organizando sus poderes en
la forma que, a su juicio, le ofrezcan más posibilidades de alcanzar su
seguridad y felicidad.
Thomas
Jefferson, uno de los padres fundadores de la independencia de Estados Unidos,
llamaba a los ingleses “los perturbadores de nuestra armonía”. Nosotros podemos
afirmar que los intereses españoles en Canarias son, no solo los perturbadores
de nuestra armonía, sino los causantes de nuestros graves desequilibrios
económicos, ecológicos y sociales, mutilando y arruinando nuestras
oportunidades de futuro y de desarrollo personal y profesional, es decir,
nuestro derecho a la búsqueda de la felicidad.
En mi primer artículo como columnista en
Lancelot decía que ni una España en
quiebra ni la UE van a venir a salvarnos. Los recientes acontecimientos no han
hecho más que reafirmar mi análisis. La tragedia del paro y del paro juvenil
no se va a resolver sin un proyecto país. Las últimas cifras record de ocupación
turística son la constatación palpable que el turismo no será la respuesta a
la creación de empleo.
Los canarios tenemos el derecho a buscar nuestra felicidad, tenemos el derecho
a buscar resolver nuestros desequilibrios sociales, económicos y ecológicos.
Cada uno de nosotros tenemos derecho a un futuro, cada uno de nosotros tenemos
derecho a desarrollarnos profesional y personalmente. Si una forma de
gobierno, si un estatus de pertenencia a un país, no es capaz de garantizar eso,
tenemos todo el derecho del mundo a cambiarlo por otro que nos ofrezca más
posibilidades para alcanzar nuestra seguridad, desarrollo y felicidad.
Fuente:
menceymacro.blogspot.com
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