¿De qué vamos a vivir?

  F. Pablo Deluca   (*)

  

[... España sigue manteniendo su colonia norteafricana de Canarias con todos los beneficios que ello comporta (ingresos por turismo, gestión de puertos y aeropuertos, sector bancario y Aseguradoras instaladas en el Archipiélago, etc..), mientras que a la hora de financiar y destinar recursos para nuestras Islas el grueso del montante lo pone Bruselas....]

   El proceso de debilitamiento político nacional de Canarias camina ajecho por las veredas que impone Madrid. Surgen las lógicas preguntas que cuestionan la nula carga ideológica del falso nacionalismo canario institucional. El pueblo canario, sobre todo el que siempre se abstuvo (el 40%), reclama un enérgico golpe de timón anticolonial que establezca de una vez el proceso de Descolonización e Independencia. Se está  produciendo un saludable debate interno que se está ampliando paulatinamente a todo el movimiento nacional canario, compuesto de distintas sensibilidades. Aunque la verdad es una y absoluta. Nacionalismo viene de nación y las naciones tienden, lógicamente, hacia la soberanía y la constitución de un Estado propio. Lo demás son florituras eufemísticas que a nada conducen y que son finamente captadas por una muy estimable  fracción del pueblo isleño que responde con intuición abstencionista cuando observa el vacío ideológico de las últimas décadas, Si a esto añadimos la escasa formación política nacionalista de la que adolece nuestra gente y cuya responsabilidad recae en las élites partidistas, el resultado es desalentador si no se toma las riendas de la situación. 

   La absoluta falta de respeto que siempre ha mostrado el stablishment colonial español por nuestro territorio insular es la prueba palpable de la tolerancia endémica respecto a Madrid que ha caracterizado a todos los gobiernos isleños nacidos al amparo de la llamada “autonomía de vía lenta” o del artículo 143. Y aquellos, callados como tusos sin rebelarse ante la desesperante lentitud de la “vía”, en franca oposición al rápido artículo 151 que sí supieron conseguir los territorios históricos europeos (Catalunya, Euskalherría..). Canarias, territorio colonizado, tiene el mayor derecho, legítimo, a su Descolonización e Independencia por estar situado en otro continente y conquistado a sus legítimos habitantes norteafricanos por la fuerza de las armas. Recordando los históricos resultados de la UPC-PCU en 1979, formación nacionalista calificada de “radical” por los poderes fácticos de la época, cabe pensar: ¿podría alcanzarse en la actualidad el “descaro” político suficiente frente a Madrid con el apoyo de una sociedad canaria de una vez concienciada? La pusilanimidad de los gobernantes de este país septenario, herederos de aquellos que llevaron a cabo la conquista militar de finales del siglo XV, cruenta, por mucho que se empeñen algunos en extender un manto de olvido, no es buena. Es indigna. ¿Porqué se les da todo a cambio de nada o casi nada? ¿Qué tiene que ocurrir para que las venas del cuello canario se hinchen?

   Y encarando ya abiertamente el tema de la soberanía como posible y viable solución, la pregunta con la que automáticamente se responde a este deseo de una buena parte de nuestro pueblo frente al sempiterno colonialismo español (excepción hecha de los convictos españolizados sin remedio a corto y medio plazo), la ya conocida ¿de qué vamos a vivir?, es la cómoda respuesta a una situación que exige de una vez por todas una enérgica determinación. ¿De qué vamos a vivir siendo dueños de nuestro propio destino? ¿No es esa la cuestión? Veamos.

Consideraciones socio-económicas

    Es -y siempre fue- característico el doble lenguaje empleado tradicionalmente por Madrid a la hora de negociar, por ejemplo, la ZEC, papel mojado durante años y aún hoy con retrasos y reticencias en la compatibilización con la Zona Franca de Tenerife. O una RIC, Reserva de Inversiones, que debidamente fiscalizada y agilizada habría supuesto la creación de puestos de trabajo en el sector industrial. O los sinsabores que ocasióno el REF, verdadera columna vertebral de la economía isleña. Se centró toda la actividad económica en el turismo y la construcción y ahora se están viendo las orejas al lobo. El hundimiento de la industria canaria estable (conservas, tabaco, etcétera) ha sido un seguro colonial para el gobierno de Madrid para hacernos cada vez más dependientes. Y ante esta circunstancia la resistencia isleña ha sido casi nula.

   Nuestras especificidades fiscales y nuestros fueros histórico-económicos que arrancan desde 1852 con la Ley de Puertos Francos, escasamente han importado a los españoles y demás socios del norte. Una degradación de estos Fueros la constituyó la mal llamada Ley del REF de 1972 impuesta por el régimen dictatorial de la época. A partir de ahí, nuestro septenario país arrastra un gradual deterioro socio-económico acentuado desde 1986 con la entrada en la CEE y agravado en 1991 con la plena integración, definitiva destructora del puerto-franquismo como verdadero motor de la economía isleña. La incorporación forzosa a la UE en 1986 y al área del euro en 2001 sin referéndum popular necesario en tan importante cuestión, fue siempre avalada por el Parlamento canario vendido a la Metrópoli. El auge de las grandes superficies en detrimento del pequeño y mediano comercio canario (en la actualidad literalmente asfixiado). No se supo crear un fuerte sector empresarial isleño y patriótico que estuviera cimentado en la necesaria unión para hacer frente a la competencia extranjera. Esto supuso un cambio brusco en la economía isleña. Como consecuencia del consumismo exacerbado el índice de ahorro de las familias canarias se ha venido reduciendo y constituye actualmente un dramático indicador del caos económico. Se ha maquillado, con el gasto irracional, el rostro deforme de la economía canaria para la gran masa de nuestro pueblo absolutamente dependiente de las empresas privadas foráneas y con un grado de desinformación social y cultural muy preocupante como así indican, por ejemplo, los índices de lectura.

   La política de puertas abiertas a la inmigración masiva, europea y no europea, impuesta por la UE y con el beneplácito del gobierno español desde hace casi tres décadas, ha supuesto un brutal incremento de la población canaria en un territorio “fijo” de 7. 447 Km2 . La evolución de la población del Archipiélago desde 1950 hasta 2007, por ejemplo, por períodos censales la podemos apreciar en la siguiente tabla.

 

Año

  Población (habitantes)

  Densidad (hab/Km2)

1950

  807.773

 108,46

1960

  966.177

 129,74

1970

  1.125.442 

 151,12

1981

  1.367.646

 183,65

1991

  1.493.784

  200,58

2001

  1.694.477

  227,53

2004

  1.915.540

  257,22

2005

  1.968.280

  264,30

2006

  1.995.833

  268,00

2007

  2.025.951

  272,04

(Fuente: INE)

   Se observa especialmente el importante incremento de población entre 2001 y 2004, cifrado en términos absolutos en 221.063 habitantes, un 13,04% (4,34% anual) de incremento relativo. Si lo comparamos con los datos de la década anterior a la plena integración en la UE (entre 1981 y 1991, el ∆P absoluto = 126.138 habitantes, un 9,22 % de aumento, es decir un 0,92 % anual), la relación entre los incrementos anuales de ambos períodos 4,34 / 0,92 = 4,71. Es decir, en tres años la población ha cuatriplicado el crecimiento de la década 1981-1991. En realidad, la tendencia incremental positiva comenzó a afianzarse a partir de 1991: los datos entre 1991 y 2001 ya supusieron un aumento absoluto de 200.693 habitantes, un 13,43 %, aunque repartido en un ya respetable 1,34 % anual. La plena integración, pura y dura, de Canarias en la UE, sin especificidades ni singularidades que hubieran atenuado o controlado el aumento de población, primero europea y más tarde universal, propiciada esta última por el gobierno español y pensada para un territorio continental, ha supuesto un fuerte impacto demográfico en las islas. El Archipiélago no está diseñado, de forma natural, para esta avalancha humana con todo lo que conlleva de servicios, infraestructuras, etcétera. No se tuvieron en cuenta, en nuestro caso, las medidas restrictivas de población residente vigentes en territorios europeos como Groenlandia, las islas Feroe o las islas del Canal, igualmente pertenecientes a la UE. Canarias fue marginada y sus respectivos gobiernos ninguneados por la Metrópoli. Desde 2008 hasta 2016, la situación de paro (el 30%) pobreza, marginación social, déficit sanitario, fracaso escolar, etc, ha ido en aumento acompañado por la crisis mundial desde el principio de aquel año 2008. 

   Por otra parte, la evolución de la población extranjera, por ejemplo, entre 2004 y 2007, es decir, sin contar a los canarios ni a los residentes españoles, es la siguiente: 

 Año

Población (hab)

  %

2004

 125.543

6,55

2005

 161.470

8,20

2006

 172.644

8,65

2007   

 206.364

10,18

(Fuente: Wilkipedia)

   Se observa una tendencia general creciente, acentuada entre 2004 y 2005, y entre 2006 y 2007, con un aumento porcentual entre los extremos del período 2004-2007 del 3,63%.  Es posible que la acentuación de la crisis económica (iniciada a finales de 2007) en el turismo y la construcción con la que se inició el año 2008, contribuyera a una desaceleración de la afluencia extranjera. Así, se aprecia un incremento porcentual del 1,65% entre 2004 y 2005 y un menor aumento, el 1,53 %, entre 2006 y 2007, lo que parece confirmar dicha desaceleración [1] y [2]. 

   Naturalmente, y desde la óptica colonial sobre todo, se quiere obviar el carácter de colonia ultraperiférica de Canarias, situada en un espacio geográfico diferente al europeo -al igual que los territorios DOM (domaine outre-mer) Reunión, Martinica y Guadalupe- contribuyendo con la superpoblación a la desaparición de la identidad nacional del pueblo canario como pueblo diferenciado. Los intereses económicos de la Metrópoli son demasiado fuertes para perder las prebendas y beneficios que producen, por ejemplo, la gestión de puertos y aeropuertos, vieja aspiración del movimiento nacional canario retomada en la actualidad por el gobierno canario como uno de los principales contenidos del llamado “Estatuto de Autonomía”, paticorto y pleno de carencias e indefiniciones que impiden llegar a la verdadera soberanía. En línea alternativa y de cara al futuro de nuestro país, A. Cubillo (qepd)  presidente del CNC, publicó en su dia y publicado en EL DIA durante varias semanas un Proyecto de Constitución de la República Federal Canaria sujeto a debate público.    

   Consecuentemente, y desde el punto de vista económico, el grueso del dinero que tendría que dar Madrid (infraestructuras, ayudas, etcétera) lo da ahora Bruselas desde la incorporación forzosa en la UE. De ahí el gran interés de España en introducirnos en el seno de la Organización europea y de ahí la afirmación de que una buena parte de los recursos que llegan a Canarias proceden de más allá de los Pirineos, de la UE. Es decir, España sigue manteniendo su colonia norteafricana con todos los beneficios que ello comporta (ingresos por turismo, gestión de puertos y aeropuertos, sector bancario y Aseguradoras instaladas en el Archipiélago, etc..), mientras que a la hora de financiar y destinar recursos para las Islas el grueso del montante lo pone Bruselas. Inteligencia y habilidad típicas de la mentalidad castellana, por otra parte ya demostradas con Canarias a lo largo de los sucesivos reinados españoles desde principios del siglo XVI (ya anexionado desde esas fechas el Archipiélago a la Corona) y, por supuesto, salvando las circunstancias históricas, políticas y económicas de aquella época. Y nada ha cambiado. Sigue la misma estructura colonial y, además, agravada con el paso de los años de pertenencia a la UE, la segunda gran metrópoli que nos oprime económicamente con limosnas en forma de subvenciones, aprovechadas en un entorno de corrupción política en contra de los intereses de nuestro Pueblo Canario.

   La llamada política de subvenciones, debilitando los distintos sectores productivos tradicionales (tabaco, agricultura, manufacturas, pesca..) y dejando el turismo de sol, playa como casi la única fuente de ingresos ha sido un error que pagaremos con el tiempo, máxime cuando la competencia de los países del entorno, mediterráneos y centroamericanos se revela cada vez mayor. La política turística que llevan a cabo esos países está basada principalmente en sus respectivas identidades nacionales: tipismo, gastronomía, folklore y costumbres propias sabiamente explotadas que atraen al turista europeo, aparte del sol y playa. Nuestro modelo actual es ser una especie de prolongación de Europa, sin potenciar nuestra idiosincrasia como Pueblo..

   Siguiendo con el preocupante tema económico, la alta tasa de paro que padecemos (casi 300.000 parados), demuestra el carácter colonial de nuestra sociedad, sin industrias estables de manufactura, perfectamente viables, sin suficiente agricultura de exportación, sin un sector ganadero fuerte o sin la explotación de nuestra riqueza pesquera. Por otro lado, el intercambio comercial con el continente africano (import-export) ha mermado considerablemente en los últimos años debido a la rígida política de trabas aduaneras ejercida desde Madrid.

   Por todo lo expuesto, sólo la soberanía plena que como Pueblo y Nación nos corresponde, sustentada en el plano económico por los Fueros históricos de libertad comercial  pondría las cosas en su justo término, con un Estatuto específico de íntima colaboración comercial y económica con la UE como tercer país, similar a los del entorno del Mediterráneo. Se trata de la creación de puestos de trabajo estables para los canarios que podrían venir de una agricultura de exportación moderna y organizada, de un turismo selecto y diversificado, de un control efectivo de la inmigración extranjera y, sobre todo, de un impulso a la industria manufacturera, como una posible solución a la creación de puestos de trabajo estables con vistas a la exportación. Pero claro, esto sólo es posible con la emancipación política y económica.

   Es hora ya de reflexiones, serias, constructivas y exentas de crispaciones internas que lleven a todos los sectores de la sociedad canaria actual a considerar que la prioridad absoluta es Canarias, su futuro y por tanto el de nuestros hijos y nietos. Ellos no tienen porqué emigrar a Europa. Somos territorio distinto que exige soluciones y estrategias distintas. Debe prevalecer la proverbial dignidad del espíritu canario de antaño, heredado de los antepasados. Debe prevalecer, sin lugar a dudas, una Organización Supranacional Canaria que aglutine a las diversas siglas ideológicas conservando su propia identidad que lleve al objetivo de la Descolonización e Independencia.

   Hoy, el nacionalismo canario está brutalmente ninguneado por el Estado español aunque, de todas formas, tarde o temprano las inevitables contradicciones coloniales se impondrán torrontudas ante nuestro Pueblo que, al fin, podría reaccionar. Tratarán, España y la UE, de resolver la crisis estructural con subvenciones millonarias para callar al personal, practicando el consabido “pan para hoy y hambre para mañana”. Pero, ¿qué pasará cuando no exista un solo m2 donde construir o cuando el turista considere que el destino canario es caro y poco atractivo?   

   Tenemos territorio, nación, una cultura amazigh propia, avalada y apoyada por nuestros hermanos de la Tamazgha continental. Sólo falta, que no es poco, que nuestro pueblo reaccione, democrática y pacíficamente a esta situación insostenible de paulatino deterioro social, cultural y económico. El reto está ahí. La lucha por el bienestar y la calidad de vida siempre ha sido-y será-una constante histórica en el devenir de los pueblos conquistados y colonizados. Gobernarse a sí mismo es la mejor salida. ¿Porqué deben gobernarnos otros? ¿Es que no somos capaces?

Las propuestas de solución  en el plano económico. ¿De qué vamos a vivir?.

   Desde siempre, el problema de la industrialización de Canarias ha sido una constante preocupación de los expertos y economistas progresistas del Archipiélago. Es evidente que en los años 60 y 70 se alcanzó un cierto grado de industrialización en los sectores tabaquero, conservas de pescado y naval, aparte de la Refinería de petróleo de Tenerife. Esta circunstancia generó unas condiciones que no convenían a la Metrópoli española. Por otra parte, el sector agroindustrial, la incipiente industria turística y el paulatino desarrollo de la construcción, supusieron en cierto modo la “industrialización” isleña por su rápido crecimiento real en comparación con España, que generó un cierto bienestar económico ayudado por las bondades del puerto-franquismo. Pero, al margen de la capacidad potencial de estos sectores laborales, el problema siempre ha radicado en la imposibilidad de crear ente 10.000 a 15.000 puestos de trabajo anuales para, en esa época, absorber la alta demografía existente en las islas. Con el “boom” de las construcciones turísticas del Sur de Tenerife y Gran Canaria, unido a la mejora de las comunicaciones con la construcción de la autopista de sur en nuestra isla, se alcanzó un buen nivel de empleo en el período 1968-1972, previo a la crisis internacional del petróleo de 1973.

   Hasta tal punto existía esa preocupación que la Compañía para el Desarrollo de Canarias (CODECA) elaboró, a principios de los 70,  un primer estudio e informe sobre la industrialización, en el que se analizaban una serie de variables socioeconómicas, medioambientales, climáticas, etcétera, que hicieran posibles tales aspiraciones. Más tarde, el Cabildo de Gran Canaria, a través de CODECA, encargó un segundo informe a la Compañía japonesa MITSUI Consultant Company que, bajo el título “La industrialización de las Islas Canarias”, fue al fin presentado en 1973 a la OCDE.  Dicho estudio, a partir de la localización industrial, se sustentaba en la pregunta: “Cómo crear puestos de trabajo en Canarias” teniendo en cuenta, según MITSUI, tres principios básicos en relación al Archipiélago: 

a) Alejado de los mercados consumidores

b) Inexistencia de materias primas en las islas

c) Falta de una base industrial preexistente.

   A pesar de los diversos aspectos interesantes contenidos en el estudio de los japoneses este, en opinión de algunos expertos, partía de premisas dudosas, ya que no es del todo cierto que Canarias esté alejada de los mercados consumidores, cuando se puede suplir la “lejanía” con el transporte aéreo. Tampoco la inexistencia de materias primas constituía un handicap, ya que en muchos países existieron-y existen- las mismas carencias y esto no debe suponer un problema para importar dichas materias primas necesarias para producir manufacturados, y más estando cerca del continente africano. Y en relación al tercer principio no era tampoco del todo cierta la falta de base industrial de Canarias, que  por otra parte no era en esa época un país subdesarrollado ni en vías de desarrollo, ni con sueldos muy bajos, ya que el obrero canario estaba preparado para la gestión industrial: mecánica, refinería, aire acondicionado, abastecimiento a los barcos, etc.. Es posible que el ávido imperialismo económico, desde la óptica japonesa, tuviera algo que ver con estas falsas apreciaciones. No obstante, partiendo de la localización geográfica y al margen de estos errores de apreciación, el estudio ofrecía un considerable grado de fiabilidad, ya que se estudiaron concienzudamente durante un tiempo suficiente todas las variables y parámetros que podrían incidir en el establecimiento de una economía estable en las Islas. Así por ejemplo, el Informe MITSUI preveía que entre las diez industrias susceptibles de potenciar en las islas, la primera era la pesquera y cinco actividades más relacionada con ella. La flota pesquera canaria era potente y operaba en Lanzarote y Gran Canaria. Una flota artesanal que podía modernizarse y que operaba entre esas islas y además en Fuerteventura y Tenerife. En nuestra isla la flota atunera se mantenía, además de una flota de litoral y bajura que surtía de “pescado de playa” a la demanda popular. Aparte, las industrias conserveras y transformadoras de pescado en Tenerife, Gran Canaria y La Gomera, entre otras, hacía prometer un futuro esperanzador. Los años posteriores, con la cuestión del Sahara y la ampliación unilateral de las aguas jurisdiccionales marroquíes hasta las 200 millas en febrero de 1973 (con la consciente pasividad de Madrid), el Acuerdo Tripartito de noviembre de 1975, en el cual España hizo absoluta dejación de su responsabilidad en relación a su antigua colonia en  los caladeros canario-saharianos. y, en fin, los acuerdos pesqueros, dieron al traste con uno de los subsectores más potentes de un incipiente sector pequeño-industrial isleño.

   Desde un objetivo análisis de la realidad todas estas circunstancias supusieron en el fondo un alivio político para un receloso gobierno español, que vio el cielo abierto para acabar con el auge que estaba registrando la industria pesquera como actividad propia, autosuficiente y exportadora de Canarias, aparte de otras potenciales ramas industriales  manufactureras. Se explican así algunas claves políticas de una época favorable en lo económico para el futuro industrial de Canarias, a pequeña escala, al margen del sector turístico que comenzaba a despuntar.  Fue, a nuestro juicio, una época esperanzadora   oscurecida, en el plano exterior diplomático, por el colonialismo para neutralizar la actividad industrial de un futuro-y posible- Estado canario reconocido por la ONU el cual, desde principios de 1976, constituía ya una verdadera preocupación para el gobierno colonial español.

   Los acontecimientos posteriores, de sobra conocidos por nuestro Pueblo, que desembocaron en el criminal atentado de Estado a Cubillo en abril de 1978 (cuando se disponía a acudir a la Sede de la ONU en Nueva York a fin de tratar la descolonización ante el Comité de los 24), no cabe duda que supusieron un punto de inflexión en el devenir histórico de Canarias. A pesar de todo el pueblo canario, como postrer acto de dignidad política, votó en 1979 a favor de la opción independentista de la UPC-PCU, histórica coalición que a través de sus siglas marcó una época esperanzadora.

   Retomando el tema que nos ocupa y hechas estas consideraciones políticas, justas y necesarias para entender el contexto general del artículo, el histórico informe Mitsui estableció una serie de criterios de selección a fin de elaborar un listado de actividades industriales manufactureras, en orden decreciente de prioridad y viabilidad. Estos criterios atendían a :

a) mayor capacidad de empleo                                    e) menor necesidad de agua   

b) mayor valor añadido                                               f) menor polución atmosférica

c) menor inversión por puesto de trabajo                      g) utilización de materias primas con menor coste de fletes

d) menor capitalización                                                 

 

El informe MITSUI propuso en su estudio 37 industrias viables, además de los siguientes nueve subsectores con futuro:

A)  Sector PESCA:

     1.- Conservas.;     2.- Congelación ;   3.- Frío para barcos ;   4.- Redes de pesca ; 

     5.- Reparación  naval.

B)  Sector ALIMENTARIO :

      6.- Conservas vegetales ;    7.- conservas cárnicas

C)  Sector TABACO :    8.- Manufacturas de cigarrillos y puros habanos

D)  Sector PAPEL:   9.- Cartonaje y papel reciclado

 

   Las 37 industrias viables por prioridad y viabilidad, en orden decreciente y en las que se aprecian algunas de las ya citadas, fueron las siguientes:  

1.- Aguardientes y licores;   2.- Conservas vegetales;   3.- Conservas de pescados y  mariscos ;  4.- Manufacturas plásticas ;  5.- Productos de papel ;  6.- Reparación  naval ;  7.- Colchones, somiers;   8.- Labores de tabaco;  9.- Reciclaje de chatarra;  10.- Redes de pesca ;  11.- Artes gráficas;  12.- Pernos, tornillo y tuercas; 13..- Pescado congelado;  14.- Aparatos de radio y TV;  15.- Recauchutado de neumáticos; 16.- Calzado de cuero;  17.- Aparatos electrodomésticos;  18.- Hielo; 19.- Cajas de embalaje; 20.- Ropa de deporte, sanidad y trabajo; 21.- Artículos de viaje;  22.- Envases de vidrio; 23.- Productos de metal estampado; 24.- Pilas secas y acumuladores; 25.- Dulcería y productos panaderos, gofio; 26.- Pinturas; 27.- Cemento; 28.- Hojalata para botes; 29.- Prendas de punto; 30.- Transformados metálicos.- 31.- Jabones y detergentes sintéticos.- 32.- Productos cárnicos; 33.- Fósforos; 34.- Forrajes y piensos; 35.- Calzado de goma; 36.- Instrumentos de pesca y medición; 37.- Insecticidas y plaguicidas.

   Muchas de estas actividades han quedado desfasadas u obsoletas por el tiempo transcurrido, por la introducción de nuevas tecnologías o por otros factores que las puedan hacer inviables y poco rentables en la actualidad. De todas formas las hemos enumerado desde el punto de vista histórico-económico a fin de hacer ver las posibilidades de futuro de algunas de ellas, como la pesca, el sector alimentario, el sector electrónico o algunas otras que sí pueden aplicarse en el presente.   

   Ya en la segunda década del siglo XXI  y con vistas al futuro conviene obviar los sectores de la medicina, la informática,  la industria farmacéutica y la investigación bioquímica y/o genética (dado el alto nivel tecno-científico de nuestra juventud) dirigida desde las dos Universidades que podrían tener aplicación directa en el desarrollo y cooperación técnica con nuestro continente africano, aparte del abastecimiento puramente comercial y empresarial, dada su cercanía geográfica en relación a Europa.

   El sector agroalimentario, artesanal en serie y perfumes (derivados de las flores), destinados a un turismo de calidad, constituirían asimismo grandes posibilidades a estudiar en el futuro, junto a la incorporación al mercado de la tecnologia punta: equipos informáticos, montaje, repuestos, consumibles, etcétera, de cara al pujante auge consumista de algunos países desarrollados o en vías de desarrollo de la costa occidental africana próxima. Y, en fin, el impulso de las energías renovables (placas solares, hélices eólicas, etcétera,) con vistas a la exportación a nuestro entorno próximo, nos permiten responder de forma bastante satisfactoria a la pregunta en cuestión. 

    (*) Vpte. del  Centro de Estudios Imazighen de Canarias (CEIC 

INFORMACIÓN RELACIONADA:

[1] residentecanario.com

[2] En algunos municipios turísticos, la población extranjera llega a la mitad del censo

 

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