Depredadores de la libertad

Luis Febles *

Los lobos son los encargados de dictar la información que se debe consumir.

Los depredadores de la libertad señalan y apuntan en su lista quién debe caer. Tienen nombre y apellido, negocios con las potencias mundiales a costa de millones de personas que confirman que el terror es atemporal y orquestado con un fin concreto.

El ejercicio del periodismo en zonas de conflicto sigue siendo el suculento plato a degustar por los depredadores de la libertad de prensa, mientras los países cínicamente desarrollados dejan de lado a los verdaderos patriotas: los periodistas y fotoperiodistas que sortean su ciclo vital para mostrar la realidad de una parte el mundo.

En lo que va de 2016, 74 periodistas han perdido la vida en el ejercicio de su profesión; la mayoría de ellos fueron asesinados de forma deliberada, por la herejía de informar y darle forma al terror. Según un informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Siria, Irak, Libia, Yemen, Afganistán, Bangladesh y Burundi se han convertido en agujeros negros de la información, en los que reina la impunidad. Son ya 178 periodistas encarcelados, 157 internautas entre rejas y 12 colaboradores que pagan el derecho a la información con la oscuridad de la cárcel.

Tal y como refleja RSF, en 2016 la mayoría de los periodistas asesinados murieron en su propio Estado; cuatro periodistas fallecieron cuando se encontraban en un país extranjero. En abril, el sirio Mohammed Zaher al-Shurqat, opositor al grupo Estado Islámico (EI) y director de un programa religioso moderado del canal Aleppo Today, recibió un balazo en la cabeza cuando estaba en la calle, en la localidad turca de Gaziantep. El Estado Islámico reivindicó su asesinato horas después.

En junio pasado, el fotoperiodista estadounidense David Gilkey, que trabajaba para la radio pública NPR, perdió la vida en el sur de Afganistán, en una emboscada de los talibanes contra el convoy del ejército en el que viajaba. A principios de octubre, el fotoperiodista holandés Jeroen Oerlemans, que trabajaba para el semanario belga Knack, fue asesinado por un francotirador del grupo Estado Islámico en Sirte, Libia, cuando cubría los combates entre yihadistas y las fuerzas del Gobierno de Unidad Nacional.

En noviembre, el iraní Mohsen Khazai, periodista de la radiotelevisión estatal de la República Islámica de Irán, murió en Alepo a causa de un disparo de obús, cuando se encontraba junto a combatientes iraníes a favor del régimen de Bachar al Asad; tenía 44 años de edad. Mariam Ebrahimi, Mehri Azizi y Zainab Mirzaee, en Afganistán; Anabel Flores y Pedro Tamayo, en Méjico; y Osama Jumaa, en Siria, son otros de los profesionales que se han dejado la vida por darle la mano a la libertad.

Salman bin Abdulaziz, Ilham Aliev, Obiang, Bachar al Assad, Maduro o Erdogan, representan la cartelera de depredadores, aquellos que se codean con los líderes del mundo cínicamente desarrollados. Pese a todo, el periodismo será el encargado de acerca la realidad al mundo.

* Fuente: eldia.es/2016-12