Democracia colonial

 

Jorge Ancor Dorta

 

En el PSOE saben perfectamente quien es Casimiro y durante las últimas dos décadas lo han apoyado. Es el tipo de político que Madrid quiere en las instituciones canarias. Casimiro Curbelo (PSOE), lleva gobernando el Cabildo de la Gomera desde hace 20 años y siendo Senador por la isla ininterrumpidamente desde 1993. El aparato judicial dejó en su día las cosas atadas y bien atadas en La Gomera. 

 

Lo verdaderamente condenable no es que Casimiro se halla ido de "saunas" con su hijo a la metrópoli, sino el comportamiento caciquil que ha mostrado, creyéndose por encima del bien y del mal y por encima de la ley. Algo aceptable en la colonia pero inaceptable en la metrópoli.

 

Casimiro cometió un error, y es pensarse que en Madrid se podía comportar como en la Gomera. Los comportamientos que se toleran y alientan en las colonias no son aceptables allí. Por ello han forzado su dimisión como senador, pero se le permite seguir en el Cabildo de la Gomera. 

 

Ante esta situación el PSOE canario ha cerrado filas en torno a Casimiro, dejando al descubierto, una vez más, su carácter instrumental a la política colonial de Madrid y su vocación de medianeros de la finca.

Por su parte, los CoCaleros de Ana Oramas y Paulino, han premiado al ilustre ex alcalde de Sta. Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo, mandándolo de Senador autonómico a Madrid, a fin de que sea aforado y que el caso de Las Teresitas y otros pasen al Tribunal Supremo. Una vez más un uso torticero y partidista de la in-justicia

 

En anteriores artículos[1] he descrito como la actuación de la dirección del PNC de García Ramos y sus secuaces se han saltado todo los resortes democráticos y ha incumplido no solo los estatutos sino la Ley de Partidos y Asociaciones e incluso vulnerado derechos constitucionales básicos, todo ello con la complicidad del aparato judicial en Canarias. 

 

Caciques de izquierda como Casimiro, de derecha como el Marques de la Oliva, o Pseudo nacionalistas como Antonio Castro o Melchior, pueblan nuestras islas..., y es que el clientelismo, la corrupción y el caciquismo en Canarias no entienden de ideologías, solo de sumisión a Madrid.

 

¿Como pretendemos cambiar nuestra realidad dentro de España si España es la primera interesada en que las cosas sigan como están?

 

El pacto colonial hace que la justicia sea un cachondeo, que la mafia italiana no entre en Canarias porque ya están haciendo sus funciones, y que se pisoteen los más básicos derechos civiles de los ciudadanos. Pero como todo esto ocurre en una ultraperiférica colonia europea, no pasa absolutamente nada. Si pasase en Europa las reacciones serian muy distintas...


....  Y si no que se lo pregunten a Casimiro.

 

---» [1]Otroc artículos del mismo autor