El cuestionamiento de la Policía Canaria

 

Juan Jesús Ayala *

La controvertida y discutida Policía canaria sigue dando que hablar no solo a los detractores de la misma sino aunque suene a paradoja, a dirigentes nacionalistas que cuestionan su viabilidad y necesidad sin asumir que la seguridad es la base para que cualquier actividad humana sea posible, sobre todo, en lo referente a la convivencia y al mutuo respeto de las leyes y reglamentos.

La Policía Canaria, cuando se crea se justifica por una serie de razones y circunstancias diferenciales del Archipiélago canario en lo que respecta a la orografía, organización territorial y social diferenciada, dispersión geográfica de los núcleos de población y la llegada de más de diez millones de turistas al año que si perciben inseguridad paulatinamente irán abandonando las Islas como destino turístico, con todo lo negativo que traerá consigo la merma del mismo.

El modelo de Policía Canaria, aparte de ser un símbolo identitario nacionalista, y que hay que apoyar y defender desde el espacio del nacionalismo, está estructurado en la Ley del Sistema Canario de Seguridad y Emergencias, y se concibe como una policía de seguridad integral, que asume las competencias del artículo 38 de la Ley Orgánica de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de ser la complementariedad y sirviendo de apoyo a unas plantillas estatales que sufren déficit crónico, escasa tasa de reposición y vacantes sin cubrir.

La misión que desarrolla CGPCC es proteger a las personas y bienes, garantizar el libre ejercicio de las libertades y derechos, velar por la seguridad ciudadana y contribuir a la consecución del bienestar social. Para ello colabora con el resto de los cuerpos de seguridad estatales, así como con otros servicios públicos y privados en los ámbitos de la prevención, cohesión social, asistencia al ciudadano y reinserción social.

La implantación de la Policía Canaria se propuso desarrollarla por fases, de manera que cuando llegara 2020 se tuviera un cuerpo que contara con 1.700 agentes. En la actualidad se encuentra en un momento de estancamiento dada la desfavorable coyuntura económica y la falta de interés por el Gobierno del Estado, que continúa con su idea recentralizadora y todo aquello que suene a favorecer y apuntalar territorios no es de su agrado .Y desde aquí lo que se pide es tener al menos las mismas cuantías que se vienen manteniendo con Cataluña, País Vasco y Navarra para fortalecer sus policías propias. Y es esa la pelea que hay que mantener desde posiciones nacionalistas, y no minimizarla, como residual, y exigirle al Estado los mismos compromisos que mantiene con los territorios antes mencionados ya que invertir en seguridad nunca es suficiente y cada día es más necesaria.

La Policía Canaria, a pesar de sus limitaciones en el despliegue, puesto que consta solamente de cien agentes, ha realizado una enorme labor en el mantenimiento y seguridad ciudadana, erradicación de la violencia, tutela de menores, colaboración en el salvamento marítimo, prevención en comisión de delitos y faltas, prevención y tutela de inmigrantes , así como la mejora en seguridad escolar. Colaboró asimismo, con la campaña de prevención de incendios informando a conductores y ciudadanos sobre el peligro de fuego en los montes. Participó en el dispositivo de seguridad del Pevolca, en El Hierro, en la última crisis sísmica. Y también significar que durante el año 2012 ha verificado 623 actuaciones con menores a instancias de la Fiscalía de Menores.

La Policía Canaria debe ser defendida en su implantación, su desarrollo y así está refrendado en el pacto de gobierno firmado por CC-PSOE.-PNC y CCN. La coyuntura económica no es favorable, pero las cuestiones de seguridad tienen que estar dentro del marco de lo prioritario; los turistas muchos llegan a las Islas por la inseguridad que hay en otros países concretamente en el norte de África, donde la prevención de su seguridad está bajo mínimos lo que motiva que nuestro territorio siga siendo preferido.

La Policía Canaria (incluyendo a las policías locales) vale la pena y hay que apostar decididamente por ella y los nacionalistas tenemos en su consecución una de la exigencias históricas perentorias, y una vez que se ha logrado su andadura no podemos, de ninguna de las maneras, ponerle, y menos desde dentro, piedras a sus ruedas con la intención de atascarla.

*Presidente insular y vicepresidente nacional del Partido Nacionalista Canario (PNC)