Cubillo, terrorismo y votos

 

Ángel Llanos Castro

 

Otorgarle honores a Antonio Cubillo (que en paz descanse) requiere un doble análisis sentimental y político. Desde la óptica de los sentimientos, no extraña que Hilario Rodríguez presentara esta moción, pues el jubilado concejal nunca ha tenido complejo alguno en defender sus ideas, entre las que destaca la independencia de Canarias del resto del Estado español (propuesta que siempre ha planteado democráticamente). Presentó una moción para el reconocimiento público del líder del Mpaiac (organización terrorista que creó la bandera blanca, azul y amarilla, de las siete estrellas verdes), sin que los muertos o heridos que causó Cubillo le hayan supuesto un obstáculo, lo que demuestra hasta qué punto lamenta la pérdida del último bastión del independentismo canario. Desde la óptica política, cabe a su vez realizar tres reflexiones. Primero, Hilario, además de buena persona, representa a un electorado radical cuyos votos también suman y a los que Coalición Canaria no está dispuesto a renunciar; eso, y la influencia interna de Zerolo, lo llevaron a ocupar una plaza en la candidatura de un moderado como Bermúdez, responsable final de la presencia de un independentista en el Ayuntamiento de Santa Cruz. Segundo, la acción política del resto de los partidos durante los días posteriores a la presentación de la moción se caracterizó por un continuum que iba de la tibieza al apoyo, ante el asombro de los ciudadanos decentes, lo que animó a los nacionalistas a mirar hacia otro lado. Pero un puñado de periodistas decidieron recordar lo que todo el mundo sabe pero pocos decían: Cubillo fue un terrorista que puso u ordenó poner más de 200 bombas. Antonio Herrero (La Opinión), José Carlos Alberto (Cope) y Bernardo Sagastume (ABC), entre otros, comenzaron a agitar las conciencias de los demócratas recordando la historia, lo que generó la primera reacción de rechazo abierto de un político, que tuvo nombre de mujer: Patricia Hernández, en nombre del PSOE (que no de su grupo municipal, que, al parecer, había apoyado a Hilario inicialmente), afirmó que “cualquier tipo de terrorismo es inaceptable”. Finalmente, Hilario perdió apoyos porque CC se dio cuenta de que respaldar públicamente a un terrorista no le permite captar votos moderados de posibles ciudadanos descontentos con los partidos nacionales, y sí sendas querellas por enaltecimiento del terrorismo, tal y como anunciaron el sindicato de policía y la asociación de víctimas del terrorismo (lo que quizás animó a que la votación fuera secreta). ¡Viva Canarias libre!, gritó Hilario al finalizar su intervención en el pleno. Sí, libre de terroristas.

Ángel Llanos Castro, EXPORTAVOZ DEL PP EN EL CABILDO Y EN EL AYUNTAMIENTO DE SANTA CRUZ

Fuente: Publicado en el periódico Diario de Avisos, 2013/06