Por
encima de las críticas, ¡la Unión!
Cándido
Quintana *
A
menos de tres meses de las próximas elecciones locales y autonómicas, el patio
está que arde, como viene siendo habitual en las previas de todas las
elecciones de los últimos años. Como también viene siendo habitual, los
partidos políticos que tradicionalmente han gobernado, cierran sus filas sin
demasiados problemas, algo que no logran conseguir el resto de los pequeños
partidos que también aspiran a cuotas de poder. Las causas, tradicionalmente
las mismas, pequeñas diferencias que a veces sólo se corresponden con una
simple coma en un acuerdo programático o exigencias de privilegios por parte de
algunos de ellos basados en bagajes, que, aún siendo ciertos, no deberían
constituir una barrera infranqueable, si es que de verdad su pretensión real es
la de gobernar y propiciar un cambio, ese cambio que muchos ciudadanos venimos
reclamando una y otra vez.
Ese sencillo cierre de filas de los partidos tradicionales, que muchos pensamos
que sólo gira en torno a la “pela”, ciertamente no debe constituir un espejo en
el que se miren esos otros, que se mueven con filosofías más cercanas a las
necesidades reales de los ciudadanos y por la conservación de nuestro Mundo
para futuras generaciones, pero sí el espejo de sus propios errores, que les
han impedido desde siempre constituir la necesaria unión que fuerce el añorado
cambio. Porque, claro, a estos errores que de por sí separan, se les suman
otros no menos negativos, como las habituales campañas de desacreditación
que se lanzan desde los partidos de primera fila, campañas que, sin entrar en
posibles costes del tipo que sea, a veces nacen desde escenarios que son muy
difícilmente digeribles.
Y
llegado a este punto, y dejando muy claro que personalmente me decanto por esos
otros partidos y que apuesto por la unión de “todos” ellos, porque lo estimo
vital para forzar el cambio, quiero referirme a unas recientes aseveraciones
que me han sorprendido y que parecen formar parte de esas campañas externas
orquestadas de desacreditación.
Me
estoy refiriendo a unas manifestaciones realizadas por Carlos Sosa, director
del digital Canarias Ahora, en el programa la trapera de Radio San Borondón, muy poco digeribles por venir de donde vienen y
dirigidas a las personas que las dirige. Siempre he estimado la labor de este
periódico digital, que me publica artículos con frecuencia y espero que después
de esto me los siga publicando, y de su director, pero no comparto en absoluto
las cosas que dijo ni los argumentos que utilizó, como si de un alto dirigente
del PSOE se tratara, contra personas honestas a carta cabal, como Odalys, y otras que se vieron obligadas a abandonar el PSC
y organizarse para continuar en política, porque desde allí se actuó, por mucho
que lo niegue Carlos Sosa, de forma injusta y rayana a lo deleznable.
Carlos,
sólo espero que tus palabras no desvíen a nadie, yo no pertenezco a Socialistas
por Tenerife, pero sí estoy convencido de la capacidad de trabajo y honestidad
de todos sus integrantes, algo extremadamente importante en los momentos de
degradación que vivimos. No creo que dudes, si eres justo, no mal intencionado
y no te mueves para beneficiar a terceros, de la capacidad y honestidad de Odalys Padrón, pues lo único que ella siembra es ilusión
entre los ciudadanos y miedo y preocupación dentro del equipo de gobierno del
Ayuntamiento de Santa Cruz, que ya sabe lo que es sufrir la oposición y el
control de esta transparente, trabajadora y persistente mujer. No deberías,
Carlos, con la aparente finalidad de justificar lo injustificable, me refiero
al rechazable golpe de mano al PSC en Tenerife, descalificar a personas de
valía, porque con ello sólo consigues descalificar a un Medio que muchos leemos
y admiramos.
Perdóname,
Carlos, si ves en este escrito un consejo, no lo pretendo, por favor tómalo
como algo que me sale del corazón y hago llegar a las personas que aprecio. Que
sean los políticos los que hagan estos malolientes enjuagues, porque huele muy
mal todo esto. Y aunque seas un ferviente seguidor del mismísimo José Miguel
Pérez y del Partido Socialista Canario, a quienes yo he defendido públicamente
en muchas ocasiones, y pueda ser normal que tú los ensalces hasta los niveles
que lo haces, no parece justo que lo hagas descalificando a terceros,
largamente conocidas como personas honestas y trabajadoras, como sucede en este
caso. Finalizo reiterando mi apuesta por la necesidad de un cambio político y
realizando un llamamiento a la unidad política de esos otros Partidos que están
convencidos, con la honestidad como bandera, de que otro Mundo es posible, de
que otra Canarias es posible. Ahora tiene que primar echar a la calle a los
malos gobernantes de siempre, aún estamos a tiempo y nos va el futuro en ello.
Aparquemos diferencias, merece la pena y todos juntos lo podremos conseguir,
¡ha llegado el momento!
(*) Presidente de la plataforma de defensa del Puerto de Santa Cruz
de Tenerife