La crisis es un sueño para ganar dinero

 

José Antonio Infante *

 

No es tan difícil de entender. Si no hay solidez en los etéreos mercados, ganan los que cobran intereses reforzados. Los que tienen posiciones fuertes. Los que especulan con derechos a corto, apostando a la baja. Los que pueden controlar mejor los riesgos. Los que invierten en deuda soberana cuestionada; si España atiende a una prima alguien se la beneficia.

La frase que lo explica bien es: "A río revuelto, ganancia de pescadores". Un proverbio que alude a los que medran aprovechando las movidas. La experiencia demuestra que los pescadores obtienen más capturas en el agua turbia que en la clara, tal vez porque cuando el mar está batido los animalitos no ven los peligros y caen en las trampas. De aquí nació el otro dicho: "Pescar en agua turbia", como sinónimo de hacer negocio y aprovecharse del desorden que quizás, e incluso, se ha promovido con dicho fin. Los griegos escribieron en el mismo sentido: "Enturbiar el agua del lado para pescar anguilas", modismo que Aristófanes aplica al mal ciudadano que provoca desórdenes a fin de enriquecerse a expensas de la plebe.

Pues igual. Es un proceder habitual en la vida cotidiana; tampoco nos podemos escandalizar. Es lo que hay. Suponga que usted está interesado en comprar un piso y el vendedor le pide 200.000 euros. Seguramente, si el hombre o la mujer están apurados usted jugará con el tiempo y a ofrecerle bastante menos. Me acuerdo de un empresario que hace muchos años me dijo: "Chico, te voy a enseñar una cosa: que sepas que es un magnífico negocio comprar mercancía a una empresa que lo esté pasando mal. Que tenga dificultades o que esté cerrando. Se consiguen prendas por debajo de costo y de paso les ayudo a plegar -era catalán-". Y me lo demostró en una fábrica comprando camisas de hombre a un euro, cuando a cinco euros a mí me hubieran servido. Cierto es que compró miles y miles, todas las que había, cuando yo hubiera comprado menos, pero también es cierto que ya después apareció un cartel en el edificio de "se vende".

De hecho, un alto porcentaje de las grandes fortunas del planeta han visto incrementados exponencialmente sus rendimientos. ¡Por algo será! Constituye el fundamento del gran capital. Los situados en la "cresta del murelio" tienen siempre más posibilidades y muchas veces explotan a los que creyéndose poderosos son tan solo pequeños ahorristas, versus "carne de cañón".

Alessio Rastani, un agente de bolsa independiente, se ha convertido en la voz sincera de los "mercados" con unas declaraciones que ofrecen claves para entender lo que sucede ahí arriba. Y es que, además, no es nada anormal; se sabía y se sabe que el egoísmo es lo que impera. No es un loco o un inmoral; es franco. Están cómodos con la crisis mundial y se benefician de ella. La desean y no quieren cambiarla por estabilidad. Hasta sueñan con una nueva recesión. Dice el ansioso Alessio: "He estado soñando con esto durante tres años. Me voy a la cama cada noche y sueño con otra recesión".

En una entrevista que ha dado la vuelta al mundo, el "trader" independiente muestra la sustancia de lo que es el "modus operandi" de los mercados. La codicia sin freno, y somos tan hipócritas que no queremos reconocerla.

El hombre apuesta a que el fondo de rescate no va a funcionar y el euro se va a estallar como una pita, "porque los mercados se rigen por el miedo". Aunque, lejos de preocuparle, Rastani asegura que una nueva recesión es el mejor escenario para conseguir el objetivo de enriquecerse. "Nuestro trabajo es hacer dinero con la situación". El agente bursátil va más allá y se atreve a ofrecer su particular receta del éxito: "Cuando el mercado se venga abajo, si sabe lo que hacer, si tiene el plan correcto, puede ganar mucha pasta". Y es lo mismo que me aconsejó el amigo catalán.

Rastani hace también una irresponsable previsión apocalíptica: "En menos de doce meses, los ahorros de millones de personas se desvanecerán" sin que los gobiernos ni los organismos internacionales puedan hacer nada para remediarlo. El "trader", con un arrebato de inmersión final en su verídica confesión, con colofón alucinante, pone sobre la mesa una realidad cada vez más difícil de esconder: "Los líderes políticos no gobiernan el mundo. Goldman Sachs gobierna el mundo".

infburg@yahoo.es

* Publicasdo en el periódico El Día, 02-10-2011