Ensañamiento criminal en Garafía

 

René Acosta *

 

Como en el resto de Canarias, todo fue un ensañamiento de unos mercenarios por unas pocas de monedas se vendían entre ellos, como en Garafía, una matanza muy grande y descontrolada, casualidad que las mejores personas eran perseguidas como conejos y dándole caza, como si de un juego de roll fuese pero en realidad. Se aprovecharon de un camión de la marca Dodge americano, pero como no había carretera para llegar a Santo Domingo de Garafía, lo desarmaron en Barlovento y trajeron el chasis a hombros con 12 personas, el volquete igual, el resto de las piezas en bestias, y lo rearmaron en Santo Domingo en la finca en la que está hoy el taller del ayuntamiento de Garafía. Un poco tiempo más tarde, como dos años, los Castro también trajeron un camión, según los comentarios un Ford8, lo desarmaron en Punta Gorda y lo rearmaron en donde mismo el otro. Pero el camión que les sirvió a los mercenarios fue el Dodge, venían a Santo Domingo todos desagallados, como fieras fuera de su tino, parece que le gustaba dejar familias solas sin cabezas de familias.

 

El municipal de aquella época comenzó a realizar los trabajos de guardia municipal en marzo del año 1928. Don Delfín Rodríguez Brito, solo pudo ejercer 8 años de guardia municipal porque aquellos falangistas de la época se encargaron de retirarlo de su trabajo, sacándolo de su casa en una noche de agosto de 1936 a las 2 de la madrugada a punta de fusil, en presencia de su esposa, doña Epifanía e hijo de poco tiempo de nacido, Don Indalecio, hoy está fallecido, pero en la memoria de este hijo que tuvo que crecer sin padre, porque unos mercenarios se lo quitaron. Aquí no había guerra, toda la guerra fue en el imperio godo. Esa noche de agosto de 1936 lo metieron en el camión, a él y cuatro más, cuando iban de Santo Domingo con dirección a Biestra barranco, el camión en un bache de un salto grande y don Delfín calló a la carretera, y el jefe de la falange, que era natural de Hoya Grande, o al menos así me comentaron, le gritó al chófer del camión “para, que ese cabrón se nos escapa”, y sacó un cuchillo y se lo clavó en el pecho. Lo botaron sobre el camión y le comentó a los demás que llevaban: “y el próximo que lo intente le pasara igual”. Y de esa manera se lo llevaron hasta el barranco de Biestra, donde se comenta que están enterrados, e incluso un joven de 13 años que les llevaba el pan a varios de los que estaban escondidos.

 

        Don Delfín Rodríguez Brito

 

Unos asesinos son escrúpulos, solo maldad y venganza de asesinos. En algunos documentos que su nieta, Doña Sandra Rodríguez, me ha enviado, se comenta como a su abuela doña Epifanía la solicitaban cada media hora al cuartel de la guardia civil, donde la maltrataban e incluso le arrancaron los pelos de sus partes intimas, le arrastraban por el suelo, así hasta que se cansaron de ella y se olvidaron, pero a este guardia municipal, Don Delfín, lo llevaron porque él decía que no se llevaran a nadie que no había gente mala, solo gente trabajadoras y ¿con qué orden venían a llevarse a las gente por cumplir con su trabajo? Lo mataron y de sus terrenos que tenía, nada se sabe de ellos, quien los cogió o donde están. Quizás se lo repartieron entre los mercenarios de la época, sobre lo que se comentaba que el Cojo de la Liria estaba enterrado con don Delfín y algunas personas más, es falso porque el Cojo de la Liria murió en su casa a los 81 años, nació en 1861 y murió en 1942 fue enterrado en cementerio del Paso donde hoy esta aparcamiento de súper San Martín. Confirmado por sus nietas, Doña Nena y Doña Montserrat, en 1902 fue el primer palmero que intentó volar y su nombre es don José Antonio Toledo Pino y era un gran inventor y prevenía muchas cosas, una persona muy inteligente y no sabía leer ni escribir.

 

En la zona de San Antonio del Monte, se comenta que muchas personas hay enterradas, por eso en algunas noches se comenta como se ven luces y se entras al monte oirás lamentos de las personas que fueron asesinadas, aquellas personas que vieron algo callaron por miedo, pero se debería de hacer un monumento por aquellas personas que fueron matadas injustamente, gente trabajadoras honradas, que simplemente no querían saber de la guerra, solo trabajar y alimentar a su familia. Solo por eso fueron maltratadas, matadas y burladas e incluso obligándoles a abrir el hoyo mientras los mercenarios con los fusiles en mano se burlaban mientras estas gente abrían el foso.

 

Don Delfín era un guardia municipal que no tenia hora, estaba al servicio de los vecinos, muy amable, solo tenían por la noche que tocarle la puerta y estaba al servicio. Quien lo conoció sabe que nunca puso mala cara, siempre de buena gracia, pero el destino le jugó una mala pasada. Se comenta que una noche salió en busca de una medicina hasta Tijarafe para una persona mayor toda la noche caminando y parte del día para llegar con la medicina para la persona que tenía ataque de meningite, y muchas cosas así.

 

Este Artículo no es para hacer venganza ni buscar culpables, solo que sirva de espejo y para que jamás ocurra semejante ensañamiento, y tenemos que fijarnos bien toda la sangre que se derramó y las muertes que hubo de poco ha servido, estamos como antes, todas las muertes quedaron en vano. ¿De qué sirvió la guerra?; de nada, solo para llenarse los bolsillos quien vende las armas y quien de pícaro vende la comida 10 veces su valor.  

* Reportero del periódico digital El Canario

 

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