Un crimen atroz
Roger
*
[Hemos tenido que soportar la actuación
de bandas de albano-kosovares que robaban en empresas
del Sur de Tenerife; que aguantar a rumanos trileros
que roban y estafan a los turistas y crean un clima de timo en unas islas que
viven de esta industria; y ahora un búlgaro incontrolado acaba con la vida de
una pacífica ciudadana que compraba en un supermercado; y, además, la decapita.
Hombre, ya está bien.]
No hace falta decir, a
la vista de lo que sucedió el viernes, que aquí podemos tener un problema grave
de seguridad. Aunque este crimen atroz se trate de un hecho aislado, nadie
puede ignorar que la decapitación de una mujer británica de 60 años, a manos de
un búlgaro loco, con antecedentes, es un mal síntoma; los ciudadanos no estamos
a salvo. Un hombre que vivía en la indigencia, con antecedentes policiales y
psiquiátricos graves, campa por sus respetos en una zona turística y termina
decapitando a una mujer en un supermercado. Tremendo.
A nosotros no nos
extraña que haya países que se quieran proteger de estos delincuentes
extranjeros que perturban la paz y la seguridad. Shengen
ha sido bueno para la unidad del continente europeo, pero malo para controlar a
tanto indeseable que sortea los escasos filtros que existen ahora, sobre todo
tras la incorporación a Europa de algunos países del Este. Sencillamente, aquí
entra todo el mundo.
Hemos tenido que
soportar la actuación de bandas de albano-kosovares
que robaban en empresas del Sur de Tenerife; que aguantar a rumanos trileros que roban y estafan a los turistas y crean un
clima de timo en unas islas que viven de esta industria; y ahora un búlgaro
incontrolado acaba con la vida de una pacífica ciudadana que compraba en un
supermercado; y, además, la decapita. Hombre, ya está bien.
Ocurre que cuando
abordamos el tema, sin generalizar, por supuesto, se nos tacha de racistas y de
xenófobos. ¿Es que lo políticamente correcto va a acabar con nuestras vidas?
¿Es xenófoba Dinamarca por vigilar sus fronteras para que no se metan en su
territorio delincuentes y candidatos a percibir el seguro de desempleo o a
vagar por sus calles? Miren, o despertamos de esta mamarrachada disfrazada de
progresismo o los delincuentes se apoderarán de nuestros pueblos y ciudades y
los que tengamos que huir vamos a ser los honrados ciudadanos que cumplimos las
normas. Porque, ¿quién protegerá a estos últimos?
Lo de este viernes en Arona ha sido muy grave y repercutirá en la imagen de
nuestras islas en el mundo, al margen del drama de la muerte de una inocente. Sencillamente,
tenemos que extremar las precauciones para que aquí, en nuestras pacíficas
islas, no resida cualquiera. Los que sobran se tienen que marchar: los que no
se comportan, los que intentan burlar la ley, los que perturban la convivencia
y los que dañan la imagen de una de las pocas cosas que en Canarias va bien: el
turismo.
Imaginen el alcance y
la repercusión de esta noticia en las redes sociales y en los periódicos de los
lugares que rivalizan con Canarias en la recepción de turistas. Con hechos como
estos nos hundiremos.
La noticia:
Un hombre de nacionalidad búlgara decapita a una mujer en Arona