COSAS DE LA POSGUERRA

«» Josefa Falcón *

Suelo escuchar decir a la gente mayor lo poco que valoramos las cosas: la comida, la ropa, el agua…, para ellos –niños o adolescentes en la época de la posguerra- es inconcebible que la ropa nueva se pueda tirar porque está pasada de moda, ellos la usaban hasta que estaba raída, y la comida era sagrada porque además había lo justo para comer y porque tampoco había dinero para comprarla, y el agua no se desperdiciaba haciéndola correr si no era necesario.

Viendo el panorama actual quizás deberíamos concienciarnos un poquito y querer un poco más lo que tenemos y aprovechar y no despilfarrar que muchas veces, quizás inconscientemente, lo hemos hecho. A mi mente vienen recuerdos de cosas que mi madre, muy jovencita aún en aquella época de la posguerra, me contaba, porque aquí, en estas canarias islas se vivió también el horror de esa guerra, las miserias, el dolor de ver salir a los suyos sin saber si se les volvería a ver, todas esas cosas me inspiraron a escribir esto:

COSAS DE LA POSGUERRA

A mí me contó mi madre
que en tiempos de la posguerra
la gente pasaba hambre,
miserias y más miserias.

Por no tener no tenían
ni angustia para sus penas,
ni lágrimas para el llanto,
ni mucho menos sonrisas
que dibujar en sus labios.

Que hombres, mujeres y niños
iban con los pies descalzos,
con pobres ropas vestidos,
que hasta en el invierno frío
carecían de un abrigo con que su cuerpo abrigar.

Que la carencia era tal
que con temor se esperaba la llegada de otro día,
que los ricos los pobres parecían
y los pobres…, los pobres ni sé cómo existían.

Que cuando empezó la guerra
ese país, que es España,
entonces se dividió en dos bandos enemigos,
enfrentándose en la lucha gentes de un mismo lugar
familiares y amigos,
olvidando sentimientos de amor y fraternidad
que cambiaron por las armas,
por lograr un ideal.

Que otros muchos españoles,
partieron hacia el exilio, a países extranjeros,
dejándose tras de si
toda una vida forjada
de sueños y de ilusiones,
llevándose solamente
todo el dolor que cabía dentro de sus corazones
y la esperanza de un día
poder volver y empezar
una vida nueva, en paz.

Fueron años de tristeza,
de muerte, de destrucción,
de represiones, torturas,
angustia y desolación,
de impotencias e injusticias
por una maldita guerra que
como todas las guerras
fue sangrienta, cruel e injusta.

Que se quedó en nuestra historia,
en esas páginas negras
de las que cuesta olvidarse.
Yo recuerdo como un día
esa historia, triste y cruel, 
a mí me contó mi madre.

Josefa Falcón-Assidd n Wayyur

 

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