La cortina de humo de Gibraltar

 

Carolina Martín

 

Insisten en la tesitura de querer desvirtuar algunos sucesos escabrosos que afean la fachada de algunas personas que no desean abandonar su "fuerte". Personajes públicos que siguen en el tapete de algunos juzgados

 

Agosto es un impasse en la vida política del país. Época estival de vacaciones, de desestresarse de las presiones y “angustias” que la cúpula del gobierno viene padeciendo desde hace ya mucho tiempo. Tampoco ha hecho mucho para acabar con ella y acallarla con hechos verdaderos y reales.

Dadas las circunstancias, la mejor estrategia es seguir utilizando diferentes recursos que permitan ir apagando las brasas del fuego que amenaza seriamente con arrasarlos y consumirlos.

Si volvemos la vista atrás, dentro de la historia contemporánea, llegaremos hasta un personaje destacado entre los años 1979 a 1990, cuya fuerte personalidad y temple escribió un antes y después en la vida de su país.

Es una personalidad política que se hizo muy célebre en el mundo entero, e impopular en su tierra, y a unos pocos kilómetros de España. Sin duda estoy refiriéndome a la llamada “Dama de hierro”, la señora Margaret Thatcher. Q.E.P.D.  Notoriamente famosa por su mano enérgica y su política intransigente para gobernar durante una de las crisis más profundas que vivió el Reino Unido.

 Una estadista que ignoró a la clase obrera sumida en el desempleo y en la más profunda miseria, favoreciendo a los más encumbrados como todo partido de derechas y que dado su talante férreo hizo participar al país en una guerra innecesaria, donde se perdieron muchas jóvenes vidas tanto del Reino Unido como de la Argentina, en la guerra de las Malvinas. Parecería que estuviéramos repitiendo la historia pero a otra escala.

Se ha dejado atrás el caso  Bárcenas debido a las vacaciones, se han debilitados los titulares del desgraciado accidente de Renfe, por lo cual  es primordial encontrar otro punto de mira, algo que ocupe la atención de los medios y del país entero. Un hecho destacado que acapare los titulares, un nuevo chivo espiratorio, y  “Gibraltar” es perfecto para ello.

 En un gobierno anterior del partido gobernante nos  involucró en una guerra que no era nuestra, que era ilegal y que la población rechazó categóricamente. Si bien las manifestaciones populares no fueron siquiera consideradas. Era menester en ese momento acompañar a Busch, seguirle el juego a pesar de que se sabía cuáles eran los verdaderos fines en su cruzada Quijotesca.

En la actualidad el caso se presenta diferente. Desde que asumieron el mando se ha puesto sobre el tapete a Gibraltar, que es una cuenta pendiente aún sin resolver. Con el transcurso de los meses este intrincado tema ha ido cobrando notoriedad, hasta llegar al presente donde las conversaciones están tomando altura y de seguir canalizadas por donde van podrían involucrarnos en otro hecho bélico innecesario.

Digo innecesario porque creo que no es el momento oportuno, ni el adecuado para hacer alardes y arrojar el guante. Padecemos una crisis insondable y abismal; los presupuestos han sido “recortados” a efectos de hacer frente a la penosa situación económica. Los salarios han enmagrecido tornándose anoréxicos y pretenden seguir “ajustándolos”. Las “reformas” laborales han sido deplorables, lastimosas y patéticas y  el CEOE pretende que lo sean aún más denigrando al trabajador y a sus condiciones laborales. Por todo ello es inviable solo pensar en una ofensiva.

Estos hechos en si constituyen algo similar a lo sucedido en el Reino Unido en épocas de la señora Thatcher. Para blindar esta operativa es imprescindible hacer emerger una nueva “temática” que fluctúe y cobre vigor de forma inmediata, para así dar un acertado giro a la caótica situación en la que se encuentra la cúpula política.

Lo que no debemos olvidar en ningún momento, es que si “no” hay dinero para la salud, ni para las ayudas, ni para la educación, tampoco debe haberlo para malgastarlo en ofensivas bélicas  innecesarias. El dialogo debe prevalecer en todo momento y también la buena voluntad de los involucrados, que en este caso sería la población del peñón, quien definiera democráticamente sus propios intereses.

Los colonialismos pertenecen al pasado, las cruzadas están vigentes solo en los gruesos libros de historia.

Las guerras “todas” son inútiles y pueriles, llevan consigo el estigma de los ríos de sangre inocente anegada a la tierra, pero constituyen muchas veces el salvoconducto ideal para conquistar determinados fines. Se ha convertido asimismo en una gran industria que prolifera en muchos puntos terrestres, a pesar de truncar y mutilar muchas vidas y familias.

Las guerras mueven muchos hilos que proporcionan “ganancias” insospechadas a unos pocos. Armamentos, alimentos, ropas, comunicación y transporte, sanidad, y podría seguir enumerando una larguísima lista de servicios a las tres fuerzas armadas. Todo ello demanda un costosísimo presupuesto que se amortiza con los impuestos que pagamos los ciudadanos. Dadas las circunstancias cualquier movimiento que se realice en este sentido, así sea el simple traslado de un buque, implica un gasto extra a nuestra  consumida economía.

Pero en este caso el principal objetivo de esta recreación no lo es en sí resolver este controvertido litigio, sino crear una cortina de humo que por sí sola enmascare  la fatídica imagen de un partido político cuya reputación está en entredicho.

Gibraltar es ahora la noticia, la atención de todos está dirigida hacia este punto del mapamundi, ocupando titulares en la prensa, en la televisión, en la radio, solo con el fin de distraernos y de lavar la desprestigiada imagen que ciertamente se han ganado. Lo realmente cierto es que somos España no Gran Bretaña, y la señora Theatcher dejo su legado pero no heredero. Esperemos que no se repita la guerra de las Malvinas por el bien de todos, y que las guerras dejen de ser una fuente de ingresos, y una estratagema beneficiosa  para otros fines.

Fuente: globedia.com/cortina-humo-gibraltar