Corren
como locos
Isidro
Santana León
Una vez más,
Belicoso Soria y Soraya “la Santa María” acuden prestos a ultramar, al
enterarse de que el Presidente de China hace escala en nuestro archipiélago.
Siempre ávidos de meter sus hocicos rapiñeros y
colonialistas en los asuntos de Canarias, con el fin de dejar constancia de que
Las Islas son posesiones españolas, quebrantan nuestras posibilidades de
desarrollo, aplicando la supremacía racial que el reino de España ejerce sobre
nuestro pueblo, de forma abusadora, inclemente e ilegal.
No se entera la sociedad canaria y tampoco le informa
el gobierno esbirril de la Colonia, del interés que
suscita nuestra Nación para muchos países del mundo, incluyendo al Gigante
Asiático, por nuestra posición estratégica y logística para el desarrollo de
África y la actividad comercial que esto supone en el entorno. Hacia el
continente africano se van a derivar la mayor parte de las inversiones de
capitales internacionales, hasta los que se marchan de la vieja y depredadora
Europa, y Canarias, como estado independiente, podría jugar un papel decisivo
aprovechando la coyuntura para vertebrar su economía, diversificando
sensatamente los sectores productivos, desde el primario hasta el terciario,
adaptándolos a nuestra singularidad territorial y archipielágica.
Magnífica ocasión la que se nos presenta, para impulsar el sector industrial en
torno al ámbito naval, reparación y construcción de buques y otros, y
potenciar, para exportar al continente, el desarrollo de las energías limpias,
el de la desalación y potabilización del agua –materia en la que Canarias está
a la cabeza del mundo– y de las nuevas tecnologías,
cuyos especialistas formados en las universidades Canarias se van a otras
partes del Globo.
Las potencialidades de nuestra Nación son infinitas y
nuestro anquilosamiento y subdesarrollo provienen del colonialismo depredador
español. Para China, España es un país en banca rota, poco serio e
históricamente de gobernantes corruptos, donde ningún mercado se atreve a colocar
un dólar; motivo por el que, como tiburón hambriento, merodea más que nunca por
estas latitudes africanas en busca de carroña, que ni siquiera destinará al
pueblo español sino para seguir nutriendo borbones,
políticos, jueces, banqueros y militares que se pegan la vida hedónica mientras
la gente carece de lo primordial para subsistir. Lo peor de todo es que España
no tiene remedio. Nunca cambiará las formas porque su egoísmo es endémico e
irreversible y sus castas gobernantes son lo que son: una pila de mamones
ilustrados, parlanchines y tramposos al servicio de la codicia de unos
especuladores que le echan de comer en el cacharro. Razones que no ve el pueblo
canario, pero que sí valoran los países serios, por lo que su credibilidad para
participar en negocios de altura es nula.
Un compatriota nuestro así la ilustra: “España no
tiene historia sino antecedentes penales” Ciertamente. Al contrario, la nación
Canaria sí tiene solución, y ésta consiste en apostar por fórmulas no
coloniales, que sólo serán posibles alcanzando la Soberanía Nacional. Ya dije
en otra ocasión que muchos estados del mundo, más importantes que España y que
Europa, ven con buenos ojos una Canarias independiente,
porque el reino de España es sólo un obstáculo para la normalización de esta
región del Oeste de África y la buena salud de la creciente economía de la
zona. Una verdadera apuesta por invertir en I+D+I, orientando las materias de
nuestras universidades hacia las potencialidades de Canarias, es imprescindible
para hacer de nuestra Nación un estado competitivo y próspero. Las grandes
inversiones en infraestructuras que hasta ahora se han hecho en nuestras Islas
–y con el dinero llamado público– han sido
preferentemente en carreteras, para favorecer la construcción inmobiliaria y la
especulación, recalificando los mejores suelos de cultivo y vulnerando el
derecho de la “propiedad privada” de aquellos pobres que tenían una casita
donde a ellos se les antoja el gran pelotazo.
El silencio o la complicidad de los jueces y fiscales
es absoluta, firmando sentencias prevaricadoras que le dan la sinrazón a los
grupos de presión en contra de los más débiles y archivando las denuncias de
tantas organizaciones que señalan hechos delictivos en nuestra tierra, formando
esta gangrena un ingente dossier. Que exista esta putrefacción y que a la
cárcel vayan sólo los desgraciados, es lo normal en una colonia que, para más
depravación, está sometida por un país de pandereta; si los canarios no han
aprendido de todos estos acontecimientos nefastos, y no reaccionan ya, es que
han logrado pudrirle el alma. Por ello, haciendo un llamamiento a la decencia y
el honor, recurriendo al derecho legítimo a decidir nuestro futuro y
comprendiendo que las posibilidades de supervivencia de la Nación Canaria pasan
necesariamente por navegar al margen de España, una vez más, pido la
independencia.
20/06/12
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artículos de Isidro Santana León, publicados en El Guanche y en El Canario