Contenidos canarios en la Escuela

 

Esta entrevista quiere ser un reconocimiento público al trabajo realizado por Pablo Reyes Núñez como maestro en el Colegio Manuel de Falla, en Barroso (La Orotava) durante treinta y seis años

 

 

Desde la inquietud de conocer la situación en que se encuentran en la actualidad los contenidos canarios en los centros educativos de las Islas, hace algunas semanas le realicé una entrevista a Pablo Reyes, para conocer su experiencia y opinión acerca del desarrollo de estos contenidos en la escuela, a lo largo de su trayectoria como profesional y, además, sobre la creación del aula de etnografía del Museo Pajar. Un proyecto singular y de gran proyección en el entorno del Centro y de la comunidad educativa canaria.

 

Pablo Reyes Núñez lleva más de tres décadas dando clases de “sociales” en el CEO Manuel de Falla. Este Centro se ubica en la zona alta de La Orotava. Los niños y niñas que acuden a ese Colegio son principalmente de los barrios de Pinolere, Barroso, Aguamansa, Benijos, Cañeño, Bebedero, Chasna, etc. Es decir, todos los que configuran la zona alta y rural del municipio.

 

Este maestro es muy conocido en la zona, no sólo por los estudiantes que pasaron por sus clases, sino también por los vecinos y vecinas que han participado a lo largo de estos años en multitud de actividades que han tenido como objetivo acercar la escuela al entorno y el entorno a la escuela.

Ha formado parte de colectivos por la introducción de contenidos canarios en la escuela, participando muy activamente en las Escuelas de Verano de Canarias, desde sus orígenes, allá por los años 80 del pasado siglo.

 

Ha sido promotor del Aula de Etnografía del Museo Pajar, por el que han pasado muchos alumnos y alumnas para investigar, conservar y poner en valor la cultura popular y rural de la zona en la que se encuentra el Centro, siendo galardonada con, entre otras distinciones, el Premio Tenerife Rural del Cabildo Insular de Tenerife.

 

¿Cómo ha sido la evolución de los contenidos canarios en la escuela desde tu experiencia como docente y defensor de estos contenidos?

 

En los años setenta y ochenta durante la transición fue un momento socialmente especial, donde muchos colectivos luchaban por la democracia, dentro de un nuevo marco educativo que no tenía nada que ver con el centralismo de la Dictadura. Es en estos años cuando se crean las Escuelas de Verano, que podían reunir cerca de 400 docentes de todas las edades e Islas, principalmente de infantil y primaria, pero también del antiguo BUP.

 

En estas Escuelas se impartían cursos y debates por la mañana y talleres prácticos por la tarde. Se hicieron cosas espectaculares, se gestó la enseñanza compensatoria, muchas cuestiones relacionadas con los contenidos canarios como talleres de barro, deportes tradicionales, la lucha canaria, el calabazo, etc. Se empezó a generar todo un movimiento de colectivos que trabajarían lo canario.

 

Recuerdo participar en un colectivo llamado “Malpaís”, todos profesores de Sociales y el objetivo era profundizar en unidades de programación que llamábamos temas, por ejemplo los volcanes en Canarias. Todavía uso material de esa época. Todos esos colectivos dieron lugar a un conjunto de movimientos de renovación pedagógica que realizaron una intensa labor, altruista, para democratizar el sistema educativo y para introducir valores y conocimientos que nos acercaran a la realidad social canaria.

 

Posteriormente la Administración asume esa gestión, creando los Centros de Profesores, con unas nuevas líneas de ayudas y subvenciones que provoca la desaparición del carácter vocacional y espontáneo de los colectivos. En ese momento éstos pasaron a ser gestionados desde los Centros de Profesores.

 

Con la llegada de los recortes, gran parte de los CEP han desaparecido, quedando uno en el norte de la Isla y otro en La Laguna, cuando Tenerife llego a tener ocho.

 

La LOGSE establecía que un porcentaje del currículo educativo lo gestionen las Comunidades Autónomas. Un 25 % se destina a los contenidos canarios. Además, cada centro podía desarrollar alguna temática según su zona, yo por ejemplo desarrollé el tema sobre el origen volcánico de Canarias, al estar cerca del Parque Nacional del Teide, lo que me permitía profundizar en este tema.

 

En esta época Canarias tiene uno de los mayores índices de inversión en materia educativa, en comparación con otras comunidades autónomas del Estado. Se invierte mucho dinero en programas de igualdad, en medio ambiente y contenidos canarios. De hecho, en ese momento un profesor que hiciera las oposiciones en Canarias tenía que realizar unos cursos específicos sobre contenidos canarios. Yo recuerdo impartir sesiones de trabajo a los CEP de toda Canarias, a compañeros que iban a presentarse o ya habían sacado las oposiciones.

 

Desaparece la LOGSE y aparece la LOMCE, que el Partido Popular nos impone de forma obligada, sin debates ni consensos con los representantes de la comunidad educativa. Canarias intenta mantener el tipo ante esta imposición, pero lo hace de forma muy testimonial.

 

Hoy en la mayoría de los libros no se muestran contenidos canarios y parece hasta pecado trabajarlos. Lo que queda en estos momentos está en la vía digital. Desde mi punto de vista, hay un retroceso evidente en este aspecto.

 

Teniendo en cuenta lo importante que es para los pueblos conocer sus orígenes, su cultura y su historia, desde tu punto de vista, ¿qué repercusión tiene el que desaparezcan los contenidos canarios en la escuela?

 

Al final se conoce Canarias por la pandereta, el gofio, el queso y las romerías. Y cuando llega el 30 de mayo, Día de Canarias, no nos cuestionamos otros temas como puede ser la inmigración, la sostenibilidad… Se ha centrado todo en que el abuelo haga la pelota de gofio, la degustación de comidas típicas, etc., y ni siquiera esto ha calado suficientemente entre la gente joven que va a las romerías mal vestidos y hacen un mal uso de nuestras tradiciones.

 

Pero claro, prima el tema del contenido curricular marcado por la LOMCE y como éste es, por ejemplo, el reinado de Felipe II y hay que cumplirlo obligatoriamente y si queremos hacerlo desde la óptica de Canarias ya no hay tiempo suficiente para abordarlo desde nuestra realidad histórica diferenciada del resto del Estado.

 

La Ley Canaria de Educación dice que hay que conocer el patrimonio cultural y medioambiental de las Islas y claro que hay que hacerlo, pero con medios. Dándole una formación determinada al profesorado, fomentando actividades sobre el conocimiento de Canarias, como aquellos programas “Escuela Viaja”, un programa que creaba comunidad. Un grupo de alumnos iba a Lanzarote por ejemplo y la conocían, eran programas de actuación patrimonial. Todo eso ha desaparecido.

 

Tampoco creo que haya que ser ombliguistas, ni estar continuamente mirándonos a nosotros, tenemos que tener una perspectiva global.

 

Es importante que conozcamos cuales son nuestros orígenes, nuestra historia, nuestras posibilidades, nuestro entorno natural, pero también aprender a ser solidarios y tolerantes.

Conociendo nuestra historia podemos conocer más sobre Hispanoamérica, o las relaciones de Canarias con Europa, incluso nuestro lenguaje. Hay que conocer lo nuestro porque nos ayuda a entender otras cosas.

 

Hablando de pajares ¿Cómo surgió la idea de hacer un aula de etnografía en el Centro? ¿Quiénes participaron en su gestación?

 

Recuerdo salir del trabajo para La Laguna, donde resido, un viernes y por el camino ver pajares que el lunes cuando volvía al Colegio ya no estaban, o estaban caídos. En aquella época la gente no les daba valor y no los cuidaban.

 

En el año ochenta y cuatro llega un grupo de profesores a la Escuela, muchos procedían del colectivo Freinet y otros colectivos de renovación pedagógica. Todos pensamos que teníamos que hacer algo y comenzamos con un proyecto que se llamaba Islas, se trataba de investigación del medio, talleres y autogestión. Esto sirvió para hacer una escuela más lúdica.

 

Una vez a la semana cada uno de los que formábamos el claustro dábamos un taller a un determinado número de alumnos durante un tiempo, que podía ser por ejemplo dos meses y a los dos meses se elegía otro taller. Yo recuerdo por ejemplo dar un taller de manualidades. También había madres que colaboraban con nosotros que daban macramé y se creaba un ambiente de trabajo práctico y divertido. La gente venía a la escuela a aprender otras cosas diferentes de sumar y restar. También había un taller de periódico escolar, otros más instrumentales.

 

La autogestión era para que la gente se sintiera participe de lo que hacía. Todo se gestionaba desde la asamblea del aula, que elegía al consejo de alumnos, que eran todos sus representantes y, a su vez, teníamos el Consejo Escolar del Centro. Estuvimos más de diez años en los que parte de lo que cobrábamos, por labores directivas, lo poníamos en un fondo común, que administraba la comunidad educativa. Con ese dinero podíamos comprar una multicopista o comernos un cochino al final de curso. Se decidía entre todos. Esto duró hasta que el Colegio se reconvirtió en un Centro de Enseñanza Obligatoria.

 

Comenzamos por aquel entonces a hacer investigación del medio con los alumnos. Partiendo del propio entorno se planteaban una serie de hipótesis sobre las que trabajar. Todos los pasos se sustentaban en la tradición oral, porque la historia de Canarias está escrita desde las urbes y en las zonas rurales, como nadie sabía leer ni escribir, había muy poco escrito, en nuestro caso sobre la vida y la historia de la zona alta de La Orotava.

 

Hicimos una investigación sobre los pajares y cuando la terminamos había que exponerla y divulgarla en el periódico escolar y en folletos. Un alumno, en la asamblea del curso, planteó la idea de porqué no hacíamos un pajar. A partir de ahí comenzamos a debatir en el Claustro cómo conseguíamos un poco de dinero, en qué lugar hacerlo, si dentro o fuera del Colegio, y una vez que se decidió que iba a ser dentro, en qué emplazamiento.

 

En la construcción del pajar colaboraron los abuelos y los padres de los alumnos y, sobre todo, nos ayudó mucho el Área de Medio Ambiente del Cabildo.

 

Entonces se hizo el pajar y después nos preguntamos, ¿y ahora? Entre todos decidimos que podíamos hacer la reproducción de una vivienda tradicional y popular, al igual que las que existieron en la zona alta del Valle.

 

Dentro de la investigación habíamos llegado a la conclusión de que los pajares no eran sólo construcciones tradicionales posteriores a la Conquista que se encontraban en las medianías de la Isla, si no que los sectores más pobres vivían ahí. En La Orotava se mantuvieron porque la gente era pobre y siguieron viviendo en ellas hasta los años ochenta. Yo llegué a conocer familias que vivían en pajares.

 

Para rellenar el pajar con lo necesario para recrear una vivienda, cada familia aportó alguna pieza. En un mes los niños y niñas trajeron diferentes cosas, como una cuartilla, una cafetera, etc., cosas que para ellos no tenían valor pero que una vez en el museo lo adquiría.

 

Seguimos investigando, las eras, el gofio, y alguien dijo por qué no hacemos una era y la hicimos y luego un chorro, y luego las cruces y así seguimos investigando.


Teníamos toda la infraestructura y organizamos un taller de museo. Era un taller con el objetivo de arreglar las piezas y ese taller se convirtió en el Aula de Etnografía, que pertenecía al departamento de Geografía e Historia y que reunía a los alumnos que de forma voluntaria querían participar para investigar, mantener las instalaciones y ser los guías de las visitas al Museo.

 

Desde el aula de etnografía celebramos todos los años un encuentro-comida con los Maestros de la Tierra, personas del entorno que han aportado sus conocimientos para el desarrollo de este proyecto. A lo largo de la historia del Aula han sido más de veinte los que han fallecido, desde el Guarda de Chasna, de Juan el Morro, Balbino, Roberto, Los Albarderos, Saturio, Pepe Fariña, Edelmiro,…

 

Y ahora que te jubilas, ¿Cómo ves el futuro del Aula de Etnografía?

 

Historia del aula de Etnografía… esto tiene futuro, me imagino que sí… el aula de etnografía, el centro lo ve, hay profesorado que lo ve clarísimo. Tengo esperanza de que llegue un profesor….

 

Entrevista de Fátima Cubas/Creando Canarias.

 


Fuente: tamaimos.com/2016/03/18