Abstención no,
conscienciación
La
abstención no es otra cosa que una de las tácticas favoritas del colonialismo
en su estrategia global de mantenernos cautivos para perpetuarse en Canarias,
pues la misma disminuye la conscienciación política tal y como recoge
magistralmente el profesor Bravo de Laguna en su libro Las elecciones políticas
en Canarias: 1976-1986: “quien calla,
quien no vota, nada dice, se conforma, por definición, con lo que dicen los demás”.
El ejemplo más reciente e ilustrativo de cómo
la abstención beneficia al colonialismo lo tenemos en la últimas elecciones
celebradas en Galitzia el 21 de octubre de 2012, casi un año después de que el
Partido Popular (PP) ganase las elecciones generales y habiendo hecho ya famosos
los denominados “viernes de dolores” debido a los recortes de todo tipo
efectuados cada vez que se celebra un consejo de ministros, infringiendo
impunemente el programa electoral con el que se presentaron a las elecciones.
Los desencantados gallegos se abstuvieron masivamente, 832.638 para ser más
exactos, a lo que hay que añadir 37.472 votos nulos y 38.410 votos en blanco,
frente a los escasos 653.934 votos obtenidos por el PP, que, habiendo perdido
cientos de miles de votos, sin embargo aumentó su mayoría absoluta en tres
parlamentarios ¡Para eso sirve la abstención!
Para eso y para mucho más, pues la abstención
jamás ha supuesto un solo avance en la historia, muy al contrario, en la misma
son abundantes los dramáticos y sangrientos ejemplos provocados por
organizaciones totalitarias que se han alzado con el poder debido a la enorme
abstención producida por el desánimo de los electores, como es el caso de
Hitler en la Alemania nazi o el GIA que a punto estuvo de acabar con la República
Democrática Argelina.
Tanto el nacionalismo catalán como el vasco
y el gallego, en lo que al Estado español se refiere, han luchado denodadamente
por obtener representación política, opciones ampliamente respaldadas en las
urnas, lo que les ha permitido que en sus escuelas se enseñe su idioma, su
historia y su cultura, no como lamentablemente ocurre en Canarias, donde una
fracción minoritaria del nacionalismo aboga por la abstención, probablemente
por incapacidad, dicho sea respetuosamente, casualmente abanderado por personas
que se han presentado a elecciones convocadas por el colonialismo español, no
existiendo representación independentista en las instituciones, que por muy
coloniales que sean y lo son, son las únicas que hay, por lo que en vez de enseñar
en las escuelas nuestro idioma, historia, geografía así como nuestra cultura
pues se enseña “España, una, grande y libre”, una porque, como dice el
chiste, afortunadamente, no hay más, grande porque lo es y libre porque cada
semana puedes elegir entre el uno, el dos o la equis cuando pones la quiniela y
en vez de estudiar nuestros héroes nacionales, incluyendo nuestros escritores,
siguen con la matraquilla del Poema del Mío Cid o El cantar de los cantares y
por si fuera poco la ley Wert quiere españolizarnos a todos.
El colonialismo ha intentado exportar la
consigna abstencionista de un sector del independentismo canario al resto del
Estado, afortunadamente sin éxito, prohibiendo la participación electoral a
organizaciones independentistas, como fue el caso de Batasuna, probablemente
intentando que cayeran en la ingenuidad de la abstención
La lucha anticolonial tiene tres frenes
principales: la lucha política, la insurrección o ambas. Hasta donde llega
nuestro mejor conocimiento ninguno de los defensores de la abstención está por
la insurrección, al reconocer que no se reúnen las condiciones necesarias y
suficientes. Tampoco nuestra pacífica y pacifista organización. Sin embargo
una propuesta honesta de abstención como reivindicación de lucha anticolonial
lleva implícita el boicot total a las convocatorias electorales del
colonialismo, con destrucción de urnas y mesas electorales incluidas ¿O cree
alguien, sinceramente, que mediante una consigna abstencionista España procederá
a descolonizar Canarias, habiendo incrementado la población artificialmente en 625.128 personas durante los últimos 25 años con españoles
y otros extranjeros, más de la cuarta parte de los residentes? Entonces ¿Qué
anticolonialismo es ese que no sólo renuncia a la lucha política sino a todas
las formas de lucha anticolonial? Si la abstención condujera a la libertad hubiéramos
sido libres hace bastante tiempo.
Mientras te abstienes, el colonialismo,
representado por la obsoleta y medieval monarquía borbónica, su brazo político,
los partidos monárquicos PSOE y PP, y sus lacayos en Canarias se reparten
anualmente el fruto de nuestro trabajo, más de cuarenta y un mil millones de
euros ¿Oíste pariente?
Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario
Movimiento
UPC