La conquista armada no otorga derechos

 

 

Antonio Cubillo Ferreira *

 

[La conquista armada de un pueblo libre no otorga derechos, aunque hayan pasado el tiempo o los siglos. La monarquía española tiene que comprender esto, y, si no, es a nosotros hacérselo comprender. Si la mentalidad de muchos canarios se encuentra deformada por el paso de los siglos y por los libros de texto de las escuelas controladas por España, la verdad es otra y por esa verdad luchamos los patriotas independentistas.]

La cuestión canaria no puede tratarse como la de ciertos territorios autonómicos allá en la metrópoli que a lo largo de la historia se fusionaron al reino de Castilla mediante acuerdos o jurando los fueros de los mismos, fueros que, una vez jurados por los reyes españoles, los ignoraron y olvidaron, siguiendo la política preconizada por Maquiavelo en su obra "El Príncipe". Decía el gran politólogo y diplomático florentino Maquiavelo (1469-1527) que el príncipe jamás debe mantener la palabra dada "cuando ya han desaparecido los motivos que le hicieron prometer". Esto en la metrópoli lo han comprobado con tristeza vascos y catalanes.

En Canarias, el problema es diferente. Es un problema histórico de conquista armada de un ejército europeo que desembarca en unas islas libres en un continente diferente, donde hay un pueblo africano que resiste un siglo, y al final se impone por la fuerza de las armas. En Canarias los conquistadores pusieron en práctica el tráfico de esclavos guanches, les robaron todas sus tierras, mataron y asesinaron a los guanches alzados o bien los metían en navíos como ganado para poblar las tierras americanas conquistadas. Todos estos factores no se dieron en la metrópoli, ya que allí no se trataba de colonias africanas. Por ello, los estudios sobre lo que aquí sucede deben ser diferentes y no caer en la trampa de ahora, de hablar de autonomías, de provincias o de territorios ultraperiféricos, cuando somos una colonia.

Analicemos el texto de Maquiavelo y verán cómo fue puesto en práctica aquí por las monarquías españolas, que lo adoran. "Existen tres modos para conservar un Estado -de su conquista ya hemos hablado- habituado a vivir en libertad y con leyes propias: el primero, aniquilarlo; el segundo, residir en él, y el tercero, dejar que viva con sus leyes, obteniendo de él tributos y creando en su interior una oligarquía que haga perdurar su fidelidad".

Canarias, a la conquista, no era un Estado, sino unas islas libres que vivían en paz, con sus costumbres, sus leyes, su religión y sus territorios. Aniquilarlas hubiera sido un grave error, puesto que los españoles necesitaban pastores y esclavos para cultivar las tierras conquistadas, pues la carne humana siempre les era rentable cuando tenían deudas y podían llevarla a venderla en los mercados de Sevilla o Valencia. Por ello, en la primera fase se dedicaron a residir en las Islas, arrebatando todas las tierras a sus verdaderos dueños y después otorgándoselas a los conquistadores y pobladores europeos a través de los repartos de tierras.

Con el paso de los siglos fue surgiendo un nuevo pueblo a partir de la mezcla de autóctonos con europeos y africanos cazados en el continente para hacer nuevos esclavos, y de los hijos de los europeos no españoles que se sentían ya canarios, muchos de los cuales fueron a América y volvieron, después de haber combatido allá contra el colonialismo español en las independencias de aquellas repúblicas. Las monarquías españolas se creyeron eternas en Asia y América y no comprendieron los momentos históricos que estaban viviendo, como fue la rebelión de las trece colonias inglesas que se sublevaron para constituir los Estados Unidos. A la corona española hubo que echarla a tiros y a cañonazos de todo el continente en 1825, pero aún así no comprendió nada y aguantó casi dos tercios de siglo en las islas de Cuba y Filipinas, intentando mantenerse por todos los medios, sin comprender que había ya un pueblo cubano y filipino y no españoles. Al final, tuvo que salir con el rabo entre las piernas, dejando una huella de sangre por todas partes antes de escaparse.

Ahora viene la última colonia española en África, Canarias, exceptuando sus posesiones en las zonas ocupadas de Marruecos (Ceuta, Melilla, islas e islotes del norte marroquí). Aquí la corona española y quien la sostiene, los partidos políticos españoles, han puesto en práctica el tercer argumento de Maquiavelo: "Dejar que viva con sus leyes, obteniendo de él tributos y creando en su interior una oligarquía que haga perdurar su fidelidad". En realidad, no son las leyes de las que habla Maquiavelo, sino unas leyes específicas dictadas y redactadas en Madrid para favorecer una oligarquía canaria, digamos caciquismo, porque estamos en otro continente, y así estar seguros de su fidelidad. Por estar en África podríamos incluso decir reyezuelos, alcaldes de tribu, cabildos..., aunque vayan con corbata, coche oficial y chofer.

A principios del pasado siglo, en 1900, surge en Canarias todo un movimiento obrero que intenta organizarse, ya que el exceso de población no puede emigrar a las colonias americanas y entre los propios caciques canarios empezaban a surgir ideas republicanas y contra la dominación española. La corona empezó a preocuparse y no sabe cómo reforzar el sistema caciquil para que le siguiera siendo fiel y poder explotar su colonia con facilidad y con una pequeña burguesía segura y obediente. En este año se producirá el comienzo de las asociaciones obreras, que después en 1913 se transforma en las Federaciones Obreras Canarias. Esto comenzó a preocupar a la corona española. Además, en 1897, se había publicado en Caracas la segunda etapa del periódico "El Guanche", que dirigía el prócer Secundino Delgado, que hablaba de independencia de Canarias, y, aunque duró poco, con la independencia de Cuba se vuelve a hablar de ella, y en 1924 se crea en Cuba el Partido Nacionalista Canario, el PNC, creado por unos compañeros de Secundino Delgado, Gómez Wanguert y José Cabrera Díaz.

En 1870 empiezan las primeras asociaciones de trabajadores en Santa Cruz de Tenerife que más tarde se transcribieron a las asociaciones internacionales de trabajadores anarquistas. En 1900 empieza también el asociacionismo obrero canario, que se afianza en 1914 con la creación de federaciones obreras, surgiendo también una serie de periódicos republicanos de izquierda. En la prensa republicana y progresista, se pueden destacar periódicos como El Pueblo, El Trabajo, La República, El Imparcial, La Vanguardia, El Telégrafo, La Voz del Pueblo, El Telegrama, Iriarte, El Memorándum, La Luz, El Grito del Pueblo, etc. En 1904, teniendo conciencia los trabajadores con las creaciones de asociaciones y gremios con un carácter mutual de internacionalismo obrero, se organizan. Nace así la idea de creación de gremios por oficios, que se van federando de albañiles, tipógrafos, encuadernadores, tabaqueros, zapateros, barberos, carpinteros de ribera, calafates, toneleros, plateros, marineros, etc.

La historia del movimiento obrero canario es necesario conocerla aunque aquí no sea el momento de analizarlo, como el pueblo y las huelgas del siglo pasado, aunque haya autores que lo han estudiado perfectamente (ver "Historia del Movimiento Canario", de Oswaldo Brito, editorial Popular S.A., Madrid, 1980). Esto quiere decir que el movimiento obrero se ha ido consolidando y tomando conciencia, lo que trae una gran preocupación a la Corona española, porque además la propia burguesía canaria ha ido estructurando el espíritu republicano, lo que preocupa bastante a la Corona española, que no pensaba que en estas islas africanas pudiese surgir todo un movimiento reivindicativo.

La conquista armada de un pueblo libre no otorga derechos, aunque hayan pasado el tiempo o los siglos. La monarquía española tiene que comprender esto, y, si no, es a nosotros hacérselo comprender. Si la mentalidad de muchos canarios se encuentra deformada por el paso de los siglos y por los libros de texto de las escuelas controladas por España, la verdad es otra y por esa verdad luchamos los patriotas independentistas.

Madrid no tiene ya como antes esa burguesía caciquil, fiel a sus mandatos para explotar a los canarios, aunque ahora ha surgido otra de nuevo cuño, que es la de los enchufados bolsilleros, muchos de los cuales se han aburguesado sentados en los ayuntamientos, cabildos o el parlamento autónomo, sus coches de servicio, chofer y secretarios. La caduca corona no quiere perder esta colonia africana, de la cual saca pingües beneficios y ha encontrado personajillos de servicio, que por sacarse una foto al lado del rey están dispuestos a vender a su patria y a su madre si preciso fuera. Ha encontrado también partidos de servicio como el Centro Canario de Negocios, Coalición Canaria, las sucursales de los partidos políticos españoles y otros grupúsculos que sirven de rueda de repuesto del colonialismo y están dispuestos a todo con tal de conservar sus accidentales privilegios y un puesto donde puedan enriquecerse.

Una de las causas de la crisis que hay en Europa en estos momentos ha sido la pérdida de las colonias africanas, de donde los países colonialistas sacaban sus materias primas y productos, como petróleo, fosfatos, hierro y gas. Ahora, esos productos hay que comprarlos a precio de mercado y ello desestabiliza sus economías y, además, han perdido sus mercados en las colonias, donde enviaban sus productos y estaban obligados a comprarlos. Hoy en día, España está en el fondo del pozo y su economía puede que acabe como la de Grecia por culpa, entre otros disparates, de los planes de Rodríguez Zapatero y del PSOE y de las falsificaciones de las cifras que publicaban.

Canarias no tiene mucho tiempo ni oportunidades para escaparse de la quema. 360.000 parados, 51% de la juventud sin trabajo ni futuro. Miles de hogares viviendo de ayudas o abocados al robo para dar de comer a sus hijos. Un jefe de gobierno autónomo, Paulino Rivero, exalcalde de El Sauzal, que pregona a los cuatro vientos a los jóvenes que la solución es emigrar como hacían los abuelos, mientras en las Islas aumenta el IGIC y suben los impuestos como solución. El próximo martes irá a Madrid a sacarse una foto con el Sr. Rajoy, al igual que ya se la sacó con el monarca español, el del elefante muerto. Esta es la ideología de Coalición Canaria, aunque últimamente han surgido divergencias contra esta política de sometimiento mostrada por sus dirigentes, es decir, canarios de servicio declarados; ya va siendo hora de cambiarlos...

Con gente así, la Corona cree que va a seguir dominando estas islas por muchos años, pues se cree que su permanencia de seis siglos es ya un derecho internacional; la conquista armada y violenta crea un derecho, según los políticos monárquicos, y no se puede permitir que los colonizados protesten. Claro que en las Islas cada día surge más la protesta en diferentes niveles y hay un periódico independiente centenario, EL DÍA, que defiende la soberanía del pueblo canario y preconiza la independencia. En las fiestas y verbenas se ve por todas partes la bandera de la independencia, la de las siete estrellas verdes, y en las parrandas se oyen también canciones patrióticas para despertar al pueblo: "Siete vacas hermosas tiene Canarias, / siete vacas gordas tiene mi patria; / aquí los canarios las ordeñamos / y toda la lecha va pa' Madrid".

Madrid no se ha enterado todavía de que en 1945 se aprobó la Carta Fundacional de las Naciones Unidas, que en su artículo 1.2 proclama el principio de la autodeterminación de los pueblos con el fin de "desarrollar entre las naciones relaciones amistosas fundadas en el respeto al principio de igualdad de derechos de los pueblos, y de su derecho a disponer de sí mismos". Tres años más tarde, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero muchas potencias coloniales europeas lo ignoraron e hizo falta que los pueblos colonizados se levantaran en armas para exigir sus derechos.

A este respecto volvemos a repetir, y con esto finalizo, el artículo 263 del anteproyecto de Constitución o Carta Magna publicado durante seis meses en este periódico independiente, EL DÍA: "Art. 263).-[1] El fin último de nuestra Carta Magna es construir una gran nación, poderosa y democrática. Por ello, ante todo, debemos imbuirnos del nuevo espíritu republicano, donde mande el imperio de la ley republicana y no el de los hombres; debemos, pues, abandonar el espíritu de sometimiento y envilecimiento a que nos ha sometido durante seis siglos la déspota monarquía colonial. Los nuevos ciudadanos y ciudadanas deben saber que somos y seremos siempre ciudadanos de una nación soberana republicana y no súbditos de una lejana monarquía que entró en nuestra patria matando y destruyendo a un pueblo libre que vivía en paz con nuestras costumbres, sus instituciones y en la tierra de nuestros antepasados. Pueblo nuevo que vive hoy aquí y nace en este siglo XXI, con esta Constitución, y que ha cerrado por fin el ciclo del colonialismo".

* Presidente del partido Congreso Nacional de Canarias (CNC), brazo político del Movimiento de Liberación Africano de Canarias, el MPAIAC

cnc@elguanche.net  cubilloantonio@hotmail.com

[1] Anteproyecto de la Constitución de la República Federal Canaria

Publicado en el periódico El Día, sección Criterios, 19-05-2012