DESDE ESTA
ORILLA DEL GUINIGUADA
EN ESTA COLONIA DE ULTRAMAR
Félix M. Arencibia
Amigos-as y compatriotas
canarios tenemos que aceptar, aunque algunos les pese, que somos una colonia y
de ultramar. Sí, una colonia lejana [de
España y de Europa] donde el paro ronda el 30%, la pobreza va camino de
sobrepasar ese porcentaje, donde algunos de los pobres y hambrientos se mueren
en las calles de nuestras ciudades.
En la que nuestra soberanía alimenticia, con la falta de
apoyo a la agricultura, está cada vez más lejana del el tanto por ciento
razonable y necesario para un Archipiélago como el nuestro. Por tener unos
políticos de conductas caciquiles que politiquean y
son sumisos ante el Estado Español para conseguir ventajas fiscales y grandes
infraestructuras para algunos empresarios que resultan ser más especuladores
que creadores de riqueza. Porque la podredumbre de la corrupción se ha cebado
en esta posesión de ultramar más que en la metrópoli, lo cual resulta normal… En
la que los dirigentes poco les importan que para los trabajadores manuales o
intelectuales no haya mejores condiciones de vida con menos recortes para la
educación, la sanidad y los asuntos sociales. Todos estos datos y otros más
hacen de nuestro país canario una colonia explotada y dependiente.
Amigos-as el estado de
nuestra sociedad colonizada podríamos diagnosticarlo de grave. Esto que llaman
crisis nos ha dado la puntilla, los porcentajes de desocupados y la pobreza se
han disparado. Supera el paro en tres veces a EE.UU. y muchos estados de UE, de
Latinoamérica, diez puntos más que el Estado Español que duplica la media
europea… Cada vez existen más familias
que tienen a todos sus miembros parados. Entretanto, los gobernantes no hacen
nada por resolver el problema, solo les preocupa, repito, en mendigar megaobras, que apenas aportan puestos de trabajo y
destruyen nuestro medio, en carreteras, puertos, pistas de aeropuertos, etc.
Con ello sirven a los intereses de sus cómplices caciquiles,
de las trasnacionales metropolitanas y de las de otros países neocolonialistas
e imperialistas.
Relacionando con lo expuesto anteriormente podemos dar
algunos datos de gastos en las vías de las islas, gastos usados no precisamente
para mejorar el asfaltado sino para tramos nuevos, complementarios,
modificaciones de contractos que son de muchos millones, para obras que se
acaban de realizar o se están realizando. Para
no cansarles les damos solo unas pocas cifras gastadas en la red de
comunicaciones de las islas en millones de euros: 2,55; 2,64; 13,9; 22,1;
106,13… Total 147,32 millones de euros, esto supone alrededor de unos 24.545
millones de las antiguas pesetas. Estas obras apenas dan puestos de trabajo,
pues se utiliza maquinaria de alta tecnología. Estos casi veinticinco mil
millones de pesetas: ¿No ayudarían en algo a los que padecen pobreza, los
que agonizan en la calle, a la sanidad y educación pública, residencias para
mayores y otros gastos sociales? Y que no se justifiquen diciendo que
burocráticamente ese dinero no se puede emplear en otros conceptos, pues
sabemos que cuando quieren modificar las leyes en beneficios de los intereses
de los poderosos en esta colonia de ultramar, lo realizan.
Los recortes los
ejecutan aún en esta época que llaman de crisis donde se niega el dinero para
los que no tienen techo, ni alimentos, ni para la salud y la educación públicas
de nuestros compatriotas, pero sí para transferir a sus proveedores de
comisiones y prebendas. Lo siento amigos por los dirigentes que a pesar de todo se
mantienen en la honradez y la seriedad en que les educaron sus padres. Sin
embargo, existe una mayoría que se ha podrido y contaminado con el sistema, que
piensan que el ciudadano con su voto les da un cheque en blanco para manejar
sus impuestos y defender los intereses económicos de los poderosos antes que
los del bien común de la mayoría de los ciudadanos de a pie. Como les decía la
corrupción se ha convertido en algo habitual, la impunidad se ha alojado en la
clase política y la especuladora. Algunos no salen de un pelotazo para
organizar otro. Lo difícil es pillarles debido a la falta de voluntad política
de algunos que no apoyan ni dotan de medios suficientes a la justicia para que
sea rápida y eficaz.
Pocas dudas existen ya
de que este sistema capitalista neoliberal no nos sirve a la mayoría, que nos
margina, más aún nos quiere esclavizar. No sirve a la subsistencia, la libertad
y la justicia del
ser humano y menos en este dominio colonial. No nos valen estos gobernantes
sumisos al poder central a los que poco les importa los verdaderos problemas de
los compatriotas de nuestro País Canario. Para conquistar nuestra soberanía, en
el amplio sentido de la palabra, necesitamos de gente honrada y solidaria que
sepa crear una alternativa nueva, más autogestionada, a los caducos rescoldos
del capitalismo y el neocolonialismo. “La esperanza nos mantiene” decía nuestro
poeta Pedro García Cabrera, pero una
espera en la que aportemos además de ilusión, esfuerzos, inteligencia
solidaria, alternativas efectivas…
Les dejo amigos-as con
estos versos:
“Cuando los poderosos ven peligrar / sus fortunas y poderes,
/ corren ríos de sangres, / alimentan mares revueltos / en turbias
conciencias.”
“¡Mira la luna en el palmeral! / ¡Renace la esperanza en la
libertad! / ¡Miles de luchadores / renuevan su desafío / a la esquiva
injusticia!”