Bentexui
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[En
realidad, en Canarias, los miedos inculcados por el colonialismo español son más
profundos de lo que pensamos, el miedo al hambre o al moro, son simples excusas
para no confesar que lo que realmente temen los canarios es a la violencia del
colonialismo español, que tenemos grabado a fuego en nuestros genes.]
El colonialismo cambia de aspecto, según épocas o lugares, pero nunca cambia el modo de sometimiento a un pueblo, porque a final el colonialismo es siempre colonialismo en Canarias y en el Congo.
A principios del siglo
XX el líder independentistas irlandés, Roger
Casement escribió un informe sobre la violencia
colonialista en el Congo y otro contra la violencia y represión a los indígenas
del Amazonas peruano, que trabajaban en la extracción del caucho, prácticamente
como esclavos. En ese informe se detallaban los actos de violencia contra los
congoleños, violencia extrema, eran tratado como animales y fallecieron 20
millones de congoleños víctimas del colonialismo Belga, durante el reinado de Leopoldo
II.
Una de las cosas que me
llamó la atención en el informe de Roger Casament, sobre el Congo, fue que a
los congoleños que se negaban a trabajar como esclavos o se escapaban, o se
levantaban contra los capataces, sus familias también lo pagaban, detenían a
todos los miembros de su familia, los torturaban y humillaban, para
hacerles confesar donde estaba el familiar huido o para que este mismo se
entregase.
Pues esto mismo pasaba en Canarias hasta no hace mucho, 30 o 40 años,
el caso que se me viene a la memoria, es el del “Rubio”, cuando el Rubio
estuvo huido de la justicia acusado de la desaparición y asesinato del cacique Eufemiano
Fuentes.
Su padre Juan Cabrera y su hermano José Juan Cabrera Batista, pasaron 6 años
en prisión como represalia a la huida de su hijo y
hermano,
el acto más atroz lo vivió su hermana Rosario Cabrera, la cual fue vilmente
violada por el policía español José Manuel Carballo que la custodiaba, sin
que dicho mal nacido sufriera ningún tipo de castigo por su salvaje aberración.
En un pasaje del libro, “El sueño del Celta”, escrito por el
premio novel de literatura Mario Vargas Llosa, relataban como hicieron
desaparecer a un periodista que escribía con pelos y señales la violencia
hacia los indígenas en el Amazona. Los caciques y autoridades políticas
y eclesiásticas del lugar, le decían a Roger Casament, cuando preguntó
por el periodista, le respondieron que se fue a Lima y hacía tiempo que no sabían
nada de el, pero en realidad sí que lo sabían, lo habían mandado a matar, y
atado de pies y manos fue tirado al río, para que lo devorasen las pirañas.
En Canarias, hasta bien entrado el siglo XX, pasaban cosas muy
parecidas, en Fuerteventura y Lanzarote cada vez que hacían desaparecer a un
paisano, por los caciques o la guardia civil del lugar, decían que se fueron a
hacer las Américas, cuando en realidad eran asesinados, metidos en sacos de
papas con piedras y tirados al mar. Esto no sólo pasaba en Lanzarote o
Fuerteventura, era así en todas las islas, pero con otro nombre. En realidad en
Canarias los miedos inculcados por el colonialismo español son más profundos
de lo que pensamos, el miedo al hambre o al moro, son simples excusas para no
confesar que lo que realmente temen los canarios es a la violencia del
colonialismo español, que tenemos grabado a fuego en nuestros genes.
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Publicado
en ‘otracanariasesposible’