El colonialismo, nuestro adversario político  

En cualquier diccionario colonia se define como territorio habitado que está ocupado y administrado por un país situado fuera de sus fronteras y del que depende en los planos político, económico y cultural, es decir un territorio habitado que está sometido militarmente, expoliado económicamente y esterilizado culturalmente.

 

Por eso Canarias, guste o no, es llana y crudamente una colonia y lo que ahora dan en llamar, interesadamente, autonomía no puede ser otra realidad que una doble tiranía colonial, doble tiranía colonial la ejercida por los amos metropolitanos y la ejercida por la casta intermediaria de los políticos locales, que actúan como amos, y no puede ser de otra manera, pues jamás, por simple contradicción e imposibilidad natural, una colonia puede ser autonómica. Por eso, en cualquier colonia sólo se puede ser independentista-soberanista o dependentista.

 

Nosotros, los integrantes del Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario (Movimiento UPC) tenemos como finalidad inmediata y urgente ir aglutinando, de forma pacífica y pacifista, a los canarios y canarias que hayan asumido y asuman lo más grande que se puede ser en patria colonizada, es decir ser soberanista, ser independentista. No sobra nadie en esta lucha por la dignificante liberación, y aún estamos, compatriotas, a tiempo de liberarnos y de liberarnos con ella. Mas, esta liberación sólo será posible desde la soberanía y nunca desde esta doble tiranía colonial, llamada autonomía, a la que estamos sometidos y que nos tiene al borde de desaparecer, de extinguirnos como pueblo distintivo, heredero en gran parte de los nativos precoloniales.

 

Secundino Delgado nos instaba a que luchemos, no contra nuestros paisanos, no importa la ideología de estos paisanos, sino entre ellos y para ellos, para nuestros compatriotas.

 

El Archipiélago canario está padeciendo en estos momentos un deterioro social, económico y cultural que viene causado por el agravamiento de la crisis crónica que sufrimos desde la cruenta invasión y colonización española y por la falta de poder de decisión de sus habitantes sobre cómo organizar y desarrollar nuestro futuro. El Estado español ejerce en la actualidad la soberanía sobre nuestro territorio, al que administra en función de sus mezquinos intereses, que no son los nuestros. Esa es la raíz del conflicto político que mantenemos con éste. Nuestro adversario político es por ello el Estado español, no los hermanos pueblos del Estado español, y contra él debemos luchar unidos.

 

La única forma de empezar a frenar las consecuencias de ese deterioro es trabajar por la descolonización y recuperar para el pueblo canario la Independencia, como antesala de la República Federal Democrática Canaria. Esto no será posible sin la unidad de acción de todos los anticolonialistas, canarios o no, que luchamos por la descolonización del Archipiélago Canario para recuperar su Independencia.

 

De nada sirve discutir sobre modelos de estado, estatus sociales, teorías políticas supranacionales, derecha e izquierda y sus cantos de sirena. Hay que concentrar nuestros esfuerzos en el inicio del camino hacia la recuperación de la Independencia señalando hitos y etapas a ir superando desde la unidad, desde el convencimiento de que su consecución no es en si mismo el fin sino el camino hacia la deseada recuperación de la Independencia, solución psicológica al esbirrismo y sometimiento colonial. Los anticolonialistas tenemos nuestra propia agenda y ni el colonialismo ni los esbirros a su servicio marcarán la misma.

 

Independentistas sí porque queremos ser más independentistas que dependentistas. La bestia del colonialismo ha demonizado, interesadamente, el independentismo político, que sin embargo es un concepto muy apreciado mundialmente. Todos los pueblos colonizados pasan por el proceso independentista, que incluye una cadena de eslabones: conseguir la descolonización e independencia para ser libres y decidir, así como para constituir un Estado nacional reconocido internacionalmente. Ese es el camino que han hecho más de cien países que fueron colonizados por los europeos desde el siglo XIV. Nosotros vamos a hacer ese mismo recorrido.

 

Se trata de un derecho reconocido por las Naciones Unidas y suscrito por España (Resolución 1514 (XV) de 14 de Diciembre de 1960 sobre la concesión de la Independencia a los países y pueblos colonizados [1]  y Resolución 55/146 de 8 de diciembre de 2000 mediante la cual se declaró el periodo 2001-2010 la Segunda Década Internacional para la erradiciación del Colonialismo, finalizada el 31 de diciembre de 2010 y ampliada al 2020, [2]  por lo que suscribimos la Declaración de Independencia de Canarias de 1 de enero de 2011)[3].

 

No necesitamos ganar ningunas elecciones para exigir la descolonización e independencia de Canarias por dos razones poderosas y fáciles de entender: la primera es que Canarias fue vilmente colonizada por España de forma violenta y cruel, y la segunda nuestra victoria en el glorioso referéndum del 12 de marzo de 1986 en el que el pueblo canario se manifestó, democráticamente, en contra de la OTAN, de la que forma parte España.

 

Resumiendo, los anticolonialistas sólo asumimos como única consigna libertaria la lucha por la descolonización e independencia.

 

[1] Resolución1514 (XV) de 14 de Diciembre de 1960

[2] Resolución [A/RES/55/146] período 2011-2020

[3] Declaración de independencia

 

 

Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario

Movimiento UPC