Colonialismo
2.0.
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Juan Márquez Fandiño
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Antiguas mañas para nuevos tiempos que dan viejos resultados. Basta con echar
un vistazo a la ZEC. Por mucho que estrujen las cifras, sus beneficios económicos
y laborales son menos que anecdóticos para Canarias…]
Pasan los siglos y nada cambia. En esencia no, apenas en
apariencia. Junto al indiscutible y loable papel de Canarias como plataforma
intercontinental de encuentro de culturas, este archipiélago ha asumido históricamente
otras funciones menos glamurosas, derivadas de su posición estratégica y, en
la mayoría de las ocasiones, al servicio de intereses económicos foráneos y
particulares.
Estas
Islas han servido de parada obligada y avituallamiento necesario a la conquista
de otros continentes y al mantenimiento de sistemas coloniales de las grandes
potencias en terceros países. Las prácticas han cambiado de nombre, las
tecnologías y las modas han hecho evolucionar también su modus operandi, pero
no ha modificado ni un ápice sus objetivos reales: el enriquecimiento desmedido
de las grandes potencias económicas internacionales.
El
Archipiélago ha sido utilizado para estos fines a través de sus élites económicas
locales, que no han dudado en poner los recursos humanos y naturales de Canarias
al servicio de intereses extranjeros a cambio de una pequeña tajada del pastel.
Economías dependientes. Y de poco sirve entrar en debates de nomenclaturas:
colonialismo, neocolonialismo, globalización, internacionalización de la
economía… La práctica es la que es y sus consecuencias, las mismas.
Que
la cosa no ha cambiado lo demuestran las políticas y declaraciones del
presidente Clavijo esta misma semana. Básicamente, porque hablar de Canarias
como plataforma estratégica no es en absoluto novedoso: Canarias es desde el
siglo XV una estación de la inmensa autopista azul y, con la expansión
colonial europea del XVIII, llave maestra del océano, como dijera Viera y
Clavijo.
Pero
no es José de Viera sino Fernando de ATI quien esta semana y ante el Pleno del
Parlamento nos sorprendía con su prosa. Sin titubeos, admitió que trabaja para
el empresariado, excusándose en que son ellos quienes crean empleo. Empleo
precario, dicho sea de paso, pues su propio gobierno utiliza los bajos salarios,
los más bajos del Estado español y de la Unión Europea (UE), como reclamo de
capitales extranjeros. Lo hace en la web del proyecto Canary Islands Hub, donde
también alardea que aquí soportarán las menores cargas fiscales de la UE, un
4%.
Clavijo
practica esta connivencia preferente con el empresariado desde el minuto 1 de su
proclamación como candidato a la Presidencia, no en balde fue con sus
asociaciones con quienes primero se reunió para elaborar su programa. Como
también ahora son ellos quienes primero conocen un proyecto legislativo tan
crucial para el archipiélago como la Ley del Suelo, incluso antes que su propio
socio de Gobierno.
Antiguas
mañas para nuevos tiempos que dan viejos resultados. Basta con echar un vistazo
a la ZEC. Por mucho que estrujen las cifras, sus beneficios económicos y
laborales son menos que anecdóticos para Canarias.
Igual
de anacrónico resulta el enfoque empresarial de Casa África asumiendo el mando
de la “internacionalización”, para el “desembarco” de empresas canarias
en el continente. Prueba de ello es que su director es exsecretario general de
la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Gran Canaria. En esta
línea, recientemente conocíamos que Casa África ha firmado convenios con la
EOI y la Escuela Diplomática para reforzar su apuesta por la formación sobre líderes
africanos. Un momento, ¿líderes africanos? Ya saben, el juego de las
nomenclaturas, aunque las palabras les sigan delatando. Más de lo mismo.
Colonialismo 2.0.
Fuente:
www.eldiario.es/canariasahora/