Chovito,
uno de tantos motivos para la independencia
Isidro
Santana León
En momentos tan graves para los más débiles de nuestra
nación, la ley del colonialismo español continúa siendo implacable, despiadada,
abusiva y desproporcionada. Estas personas del poblado marinero de Chovito,
generalmente nativos canarios –que nada tiene que ver con ser residentes–, no
tenían una hipoteca ni un recibo pendiente con el banco, sino que es la maldad
usada desde las administraciones llamadas públicas quienes imponen el
autoritarismo sobre aquellos que no tienen medios para defenderse, tal y como
lo hacen los banqueros, los políticos y otros mafiosos que, en connivencia con
un aparato judicial cuestionado, eluden y evaden las responsabilidades penales
y administrativas a su antojo.
¿Para quién la ley?, ¿cómo que todos iguales bajo su
imperio? El que escribe sabe de lo que está hablando porque vivió en propias
carnes las expropiaciones en Guanarteme y Chile (barrios de la capital Gran
Canaria), componenda para la especulación urbanística amparada en un Plan
General Urbano hecho a espaldas y sin la participación del pueblo, previendo y
salvaguardando los intereses de los especuladores y consensuado por todos los
grupos políticos del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, la complicidad
de la Dirección General de Costas, la arbitrariedad y desafección para con los
desheredados, de la casta judicial y la cooperación de la mayoría de los medios
de “información” puestos al servicio del sistema y de la corrupción.
Aunque el caso de Guanarteme y Chile no es idéntico al
de Chovito, las resoluciones y actuaciones de las administraciones, entre ellas
la judicial, son idénticas: inclemencia, insensibilidad, fuerza, violencia y
desprecio a los más indefensos. ¡Qué casualidad que ahora las organizaciones de
jueces salten a la palestra con un discurso humanista –hipócrita– alegando los
agravios cometidos con los desahucios por parte de los bancos! ¿Es que estaban
ciegos –más bien, diría yo, acojonados o comprados por la caterva capitalista–
para no ver las injusticias y las estafas de los banqueros…? ¿O había que
esperar resultados aciagos en la población para sobresaltarse y decir que hay
que poner un bálsamo al asunto porque éste se les va de las manos? Si la ley
tiene una interpretación, ¿por qué se interpreta, casi siempre, beneficiando a
los poderosos…? O son cobardes o son corruptos, lo único cierto es que todos no
somos iguales ante la ley si no tenemos mucho dinero o influencia. ¿Cuántas
denuncias hay interpuestas por la ciudadanía contra las construcciones de
hoteles, zonas residenciales y hasta playas privadas levantadas en Dominio
Marítimo Terrestre? ¿Cuántas se han desestimado, se han archivado, se han
empolvado y, sobre todo, con cuántas se ha prevaricado, no sólo desde las
administraciones locales, sino también desde la judicial?
Recuerdo el deslinde hecho intencionadamente para
dejar en Dominio Marítimo a los vecinos de la calle Numancia, en la Barriada de
Guanarteme, y cómo con el mismo se hace un retranqueo para librar al edificio
Emperador, éste de alto standing y el último construido en esa línea; o la
parcela de la Cicer, a la que había que expropiarle un buen tramo que está en
Dominio Marítimo Terrestre, quitando espacio público a la Playa de Las Canteras
y sobre el que, a sabiendas, se han construido aparcamientos y otros
equipamientos privados; el caso Canódromo, que los tribunales de justicia se
lanzan de una instancia a otra para no meter en la cárcel a políticos prevaricadores
ni depurar las responsabilidades subsidiarias con sus patrimonios personales.
¿De qué coño ley ni justicia hablan? En esta colonia española en África no hay
justicia sino imposición del poder de la potencia que la administra. No podemos
seguir engañándonos con cambios de sistema para la solución del pueblo canario.
El único cambió de sistema y la solución del pueblo canarios está,
inexorablemente, en la consecución de la independencia y la soberanía nacional,
lo demás son remiendos para adornar una democracia que no existe y una
injusticia social manifiesta. Es una ignominia las declaraciones vertidas a
diferentes medio por el alcalde de La Candelarias, Gumersindo García, por una
parte exponiendo que su gobierno sólo cumple las ordenes de la metrópoli, de la
Dirección General de Costas y, por otra, que las familias arrancadas del
poblado de Chovito no tienen derecho a compensaciones ni a vivienda porque
estaban ilegalmente instalados en una zona pública. No se puede ser más esbirro
del poder colonialista y más insensible con las necesidades de las personas. En
vez de posicionarse, como “representante” de los vecinos, al lado de éstos,
connive con la inmoralidad y el abuso de un sistema ilegítimo en Canarias.
El único deslinde ilegal es el que aplica España fuera
de su frontera, a
Sigamos con la revolución virtual. Se acabó la fiesta
de la bandera y ahora esperemos a la peregrinación de Bentejuí y así pasan los
años eludiendo las responsabilidades anticolonialistas. Los vecinos de Chovito
se han quedado sin vivienda, por culpa del fascismo español y de sus capataces
ultramarinos, pero han conservado la dignidad, algo extinto por estos lares. Lo
vuelvo a repetir, la independencia de canarias es la única solución, lo demás
es una estafa.
18/11/12
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Guanche y en El Canario