¿Centralismo encubierto?
Ramón
Moreno Castilla
El presidente del
Gobierno español, Mariano Rajoy, ha dicho con la sorna gallega que le
caracteriza que "todos los viernes habrá recortes y el que viene
también"; y así sucesivamente hasta que, cabe esperar, España cumpla los
deberes impuestos por "el clan de la triple A" más Francia. En ese
contexto de recesión de España y de posible intervenciones de CCAA que no hayan
cumplido el objetivo de déficit, habría que inscribir las declaraciones de la presidenta
de la franquicia del Partido Popular en Tenerife, Cristina Tavío,
publicadas en el periódico El Día el pasado lunes[30-04-2012] y que tanta controversia han despertado a tenor de la
naturaleza de sus oportunistas propuestas.
Unas declaraciones
cuyo contenido habrá pasado desapercibido para la mayoría de la población, pero
no para cualquier analista político que se precie, dado que las palabras de la
señora Tavío no son pura casualidad ni se le habrán
ocurrido a ella sola; y no es que, en este caso, yo dude de la inteligencia
innata de la señora Tavío, no. Quiero decir que la
presidenta del PP tinerfeño ha actuado, en mi opinión, como correa de
transmisión de lo que su partido está tramando allá en Madrid, capital de la
metrópoli.
Dice esta señora,
"miembra" de ese antro político que es el
llamado Parlamento de Canarias, que sigue sin bajarles el sueldazo a "sus
señorías" con la que está cayendo, que "urge la creación de un
Gobierno de transición en los tres años que restan de legislatura que evite
hacer más recortes". Ese pretendido Ejecutivo provisional estaría
integrado, según Tavío, por los cabildos insulares y
un equipo técnico, y contaría con los mismos recursos humanos y económicos del
Gobierno regional. Añade la "dirigenta" popular que su propuesta va
en clave regeneracionista de las instituciones canarias; una
"redefinición", dice, de la organización político-administrativa de
Canarias, y defiende que "la única forma de acabar con la maraña
administrativa que ahoga a los canarios es renunciar a un peldaño
institucional, antes de que Europa nos lo imponga".
Dando por sentado que
todo eso que propone Cristina Tavío entraría dentro
de las competencias legislativas de la futura República Federal Canaria que
tanto anhelamos los verdaderos canarios no asilvestrados, no seamos incautos,
queridos compatriotas; en las palabras de Tavío,
aunque Soria diga que son "una opinión muy personal", hay algo más
que una mera y simple reconstrucción de la administración autonómica canaria.
Ahora que ya ha entrado en vigor la nueva ley de estabilidad presupuestaria, y
pese a que la Hacienda española descarta intervenir, de momento, alguna
Autonomía, Canarias sería el escenario perfecto para iniciar una "recentralización", que es lo que parece que subyace en
la iniciativa de la presidenta pepera; porque aquí,
no nos dejemos embaucar, nadie da puntada sin hilo. Todo apunta a que el
fundamentalista PP, partido nacionalista español, estaría por la labor de
"recentralizar" Canarias; y la recesión económica y las exigencias
europeas de convergencia vienen como anillo al dedo. Máxime con el cada vez más
emergente soberanismo que se respira en las Islas gracias a la inconmensurable
labor proselitista del periódico EL DÍA. Pese a ello, el Partido Popular sabe
que con su mayoría absoluta en Canarias lo tiene relativamente fácil y
conseguiría dos claros objetivos: uno, ahorrarse la inversión que le
corresponde al Archipiélago, y dos, acentuar más si cabe la "españolidad
de Canarias", tan ficticia, por otra parte. Así que un renovado
"toque de centralismo" no viene nada mal para los espurios intereses
coloniales españoles. No se olvide, porque en esta tierra la memoria histórica
es muy frágil, que en la descentralización española con el llamado proceso
autonómico se nos metió de cabeza por el Artículo 149 de la Constitución
española de 1978 y la correspondiente LOTRACA (Ley Orgánica de Transferencias
Canarias), dado el pánico que le entró al Gobierno de UCD de entonces ante el
posible resultado del referéndum que implicaba la vía del Artículo 151, por el
que accedieron los llamados territorios históricos y la misma Andalucía.
Recuérdese que por esa época las Islas estaban en plena efervescencia
independentista ante las alocuciones de "La Voz de Canarias Libre"
desde Radio Argel, que dio lugar al execrable acto de terrorismo de Estado
contra Cubillo, con las secuelas y los resultados de todos conocidos.
Con el problema
añadido de que las famosas transferencias de la infernal LOTRACA venían
repletas de personal pero sin ninguna asignación presupuestaria. O sea, España
nos inundó de funcionarios godos que han hecho y siguen haciendo el papel de
colonos, y ¡ni un duro! Y ese fue uno de los episodios más canallescos de
nuestro periodo colonial, ya que, a partir de ahí, fue aumentando
paulatinamente la población del Archipiélago, lo que ha significado una carga
demográfica sobre el territorio absolutamente imposible de soportar. Y así
hasta hoy en día, en que España nos ha metido un auténtico lumpen de españoles
y europeos en general, así como un enorme contingente de indígenas
sudamericanos, magrebíes, etcétera, y, en definitiva, un sinfín de
nacionalidades que han ido diluyendo progresivamente las señas de identidad del
pueblo canario, que es a fin de cuentas de lo que se trataba.
¿Cómo va entonces España
a justificar ante la ONU la no descolonización de Canarias si antes esgrimía
como falaz argumento que Canarias tenía su autonomía dentro del Estado español?
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