Nuestra
carente formación social
Francisco R. González Alonso
[Al sistema imperante de una falsa democracia bajo un
Gobierno autónomo cada día más dependiente del poder central español no le
interesa crear fuentes de trabajo sino que indirectamente siga dependiendo de
las migajas que recibe de ayudas, pues de esa manera impiden el progreso
individual que estimule su independencia… Ante este panorama de desolación que
vive el pueblo canario en su mayoría, solo una reacción social firme y
democrática es capaz de despertarlo políticamente, para así poder exigir con
énfasis y decisión que solo la independencia de la España colonizadora en
decadencia nos proporcionará el bienestar que nunca hemos tenido. Se están
llevando nuestras riquezas y siguen aplatanados como si nada ocurriera… El
único camino que nos librará del coloniaje es la independencia.]
El
arte de vivir bien empieza por el arte de educar. Esto hay que tomarlo en
cuenta seriamente para evitar que los niños y adolescentes se formen indebidamente,
y no se malogren, como está ocurriendo lamentablemente por la influencia de las
drogas en el seno de la sociedad canaria. Por lo tanto, la mejor inversión que
podemos agenciar es la buena educación y formación ciudadana para el trabajo
creador y remunerador de recursos para un buen vivir. Séneca nos dijo: "El
tiempo de juventud es idóneo para estimular la inteligencia con el estudio y
para ejercitar el cuerpo con los trabajos". En Canarias la educación para
el trabajo no es materia que se dicta con rigor en las aulas.
Siempre
ha existido y existe el peligro de sufrir una frustración por la falta de
justicia y fortaleza, pues la mayor parte de los hombres vivimos a merced de
las pasiones. Continuamente estamos buscando los placeres y huimos de los
dolores, desconociendo lo verdaderamente bello, hermoso y agradable. Las
debilidades humanas se controlan con la educación y a su debido tiempo. Esto
permite que la convivencia y respeto a las leyes que rigen el orden social nos
conduzca al desarrollo de un clima de libertades democráticas.
Lamentablemente,
en Canarias no se aplican los debidos principios docentes en el seno familiar.
En su mayoría carecen de una formación académica que les impide orientar a los
adolescentes hacia el ejercicio de un trabajo generador de bienestar. En el
seno familiar canario existe una sobredosis de protección familiar hacia los
hijos, que sin darse cuenta han contribuido a la inercia laboral de no hacer
nada.
A
esto se unen las políticas del ocio permanente, con insignificantes ayudas económicas
del régimen colonial, hacia la gente mayor que cumplió con su deber de generar
incentivos para superar sus status económico de vejez con su trabajo realizado.
Al sistema imperante de una falsa democracia bajo un Gobierno autónomo cada día
más dependiente del poder central español no le interesa crear fuentes de
trabajo sino que indirectamente siga dependiendo de las migajas que recibe de
ayudas, pues de esa manera impiden el progreso individual que estimule su
independencia.
Eso
no le conviene al todopoderoso poder central español. Le conviene que el pueblo
canario siga dependiendo de las miserables ayudas que recibe para así controlar
sus aspiraciones soberanas de autogestión. Esto, además de limitar las
aspiraciones del pueblo canario a unas mejores condiciones de vida, relaja su
espíritu de trabajo al no tener los incentivos de superación, sino siempre
estar dependiendo de dichas ayudas.
Apreciamos
desde el exterior que en cierto modo el canario permanece aletargado en sus
aspiraciones, al ver que no puede romper las estructuras del poder central,
impuesto con mucha sutileza política, y, sin querer queriendo, el canario no da
golpe que genere riqueza, sino solo que lo ayude a vegetar prematuramente. Por
eso se ven los campos abandonados sin producir lo mínimo que le permita vivir
más holgado fruto de su propio esfuerzo. También porque lo poco que pudiera
producir no puede competir con los precios de la libre importación que un
gobierno mal llamado nacionalista CC permite tan desleal competencia y no
protege al pueblo que lo eligió.
Es
una cadena de peros... que poco a poco han convertido a gran parte de los
canarios en un pueblo indolente consigo mismo, importándole muy poco el
apelativo que le dicen los godos acomodados en el poder, de que están "aplatanados",
sinónimo de flojera, holgazanería y de mantenidos, todos pendientes de la ayuda
oficial que reciben sus padres, demostrando así que han perdido el pundonor y
no reaccionan contra el mal social que los aflige, que no es otro que el de
tolerar el sistema colonial disfrazado, impuesto por el poder central desde que
fuimos conquistados por los castellanos. Tienen la visión como el avestruz que
ya les he manifestado: no quieren ver más allá de sus narices.
Ante
este panorama de desolación que vive el pueblo canario en su mayoría, solo una
reacción social firme y democrática es capaz de despertarlo políticamente, para
así poder exigir con énfasis y decisión que solo la independencia de la España
colonizadora en decadencia nos proporcionará el bienestar que nunca hemos
tenido. Se están llevando nuestras riquezas y siguen aplatanados como si nada
ocurriera.
He
llegado a pensar que nuestro pueblo (salvo excepciones) al parecer sufre una
epidemia similar a la producida por los efectos de la tripanosomiasis africana,
trasmitida por las moscas tsé-tsé.
Duerme el sueño de la indiferencia, o sufre de un avestrucismo
crónico de no querer ver la realidad de un futuro mejor. Esta conducta tiene
otros nombres más feos que no quiero pronunciar. Estimo, más bien, que es el
terror sembrado desde siglos el que ha infundido esa postración indolente en
gran parte de mi pueblo humilde y analfabeta políticamente, que no quiere ver
el futuro nacionalista que le ofrece vivir en libertad identificado con su
sentir canario.
Triste
realidad que apreciamos desde el exterior, donde el canario es muy apreciado
por su responsabilidad en el trabajo que realiza, y por la honradez de conducta
social que manifiesta a toda prueba. Estos valores humanos son los que nos
honran como pueblo trabajador y progresista, al luchar con la frente bien en
alto a pesar de los muchísimos inconvenientes que sufrimos al arribar como
emigrantes.
Tengan
el coraje democrático manifestándose continuamente en favor de la libertad de
Canarias, un paraíso que solo es para quienes nos explotan. El único camino que
nos librará del coloniaje es la independencia. ¡Despierta, canario! ¡Despierta!
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