CAPITALES CULTURALES EUROPEAS

 

Por Antonio Cubillo Ferreira

 

     El concurso continental del Consejo y Parlamento Europeo, para nombrar una ciudad como capital de la cultura, aparte de la nominada en Polonia, Wroclaw, ha suscitado miles de comentarios positivos y negativos que tenemos que comentar, ya que, por error o ignorancia manifiesta, se incluyó el nombre de una ciudad  africana y canaria dentro de esta lista de ciudades, es decir, Las Palmas, capital de la isla de Tamarant.

 

     El nombre de nuestra ciudad  canaria, la Guiniwada de los Guanches, sabemos que fue metido a la fuerza, por un ex alcalde socialista con el aplauso de los autonomistas y de los partidos españoles que pululan por estas tierras colonizadas, que ignoraban que los parlamentarios o participantes europeos de la comisión, tenían los mínimos conocimientos de geografía, que se exige a los estudiantes europeos, y que saben que Canarias es un archipiélago africano, colonizado por España, que se encuentra al sur de Marruecos.

 

     También los representantes europeos no españoles, a través de sus gobiernos, saben que el 20 de julio de 1968, la Organización de la Unidad Africana, OUA, en su sexta conferencia de jefes de estado, celebrada en Argel, hizo, a instancias del MPAIAC, una declaración solemne, la única hasta ahora, diciendo que Canarias forma parte de África y no de España y que su pueblo tiene derecho a la autodeterminación y a la independencia, como todos los pueblos colonizados del continente africano. Además, en los documentos oficiales de la UA, consta actualmente que los dos territorios que quedan por descolonizar en África, las dos últimas colonias, son las Islas Canarias y la Isla de la Reunión.

 

     Como es lógico, incluir o nominar a Canarias, hubiera sido un insulto y un ataque a nuestra Organización Internacional Africana, la UA, y esto no lo hubieran hecho nunca, pues hubiera sido una provocación. Y ahora pasamos a comentar las ciudades que  no fueron nominadas y la que  ganó, Donostia, que va a representar a la gran ciudad cultural de Euzkal Herria y las aspiraciones del Pueblo Vasco, al cual los Canarios estamos unidos por su lucha secular.

  

     En España existen dos ciudades que ya habían ostentado este título, Santiago de Compostela (2001) y Salamanca (2003), ahora venía el caso de una tercera a la que aspiraban otras ciudades en la metrópoli. La mayoría de los españoles pensaban que sería Córdoba la nominada, pues encierra un pasado cultural que nadie le niega, aunque no tiene el peso y la importancia de Donostia en los momentos actuales, que atrae a festivales internacionales música, cine y artes, como la ciudad vascuence.

 

     Córdoba llegó al máximo de su fama en el siglo X, cuando imperó el  racionalismo en aquella sociedad multiétnica y de convivencia pacífica de las tres grandes religiones, musulmana, cristiana y judía, lo que fue la cultura andaluza. Todos los grandes trabajos e investigaciones  ya olvidados, de los Griegos y de la Escuela de Alejandría, en un momento determinado de los siglos IX y X, florecieron en Andalucía y precisamente en Córdoba, que según los escritores antiguos, llegó a albergar una población de Un millón de habitantes, con sus vergeles donde se cultivaba la caña de azúcar, los naranjos, morales, limoneros, granados y toda clase de plantas y árboles del mediterráneo o de la lejana India, y por ende se obtenía seda y azúcar para exportar.

 

     Los viajeros venían a Córdoba, no solo para admirar su famosa mezquita, sino sus palacios, como el de Madinat-al-Zahra, diseñado por el gran arquitecto Maslama-Ben Abd-Allah o la famosa biblioteca de Abd-er-Rahman II y las enseñanzas musicales del gran Ziryab, sabio kurdo que introdujo la sexta cuerda en la guitarra y enseñaba el arte del bien comer y vestir, o escuchar los poemas de Jéhuda Levia, el gran poeta judío. El pensamiento racionalista de los cordobeses de la época llegó al máximo, con los estudios sobre las religiones de jurisprudencia e historia. Ibn-Hazm, llegó a escribir una ¨Historia de las religiones, de las sectas y de las escuelas¨, sin que fuera perseguido. El escritor oriental, Ibn-Abia-Usabi, cuenta que Abd-er-Rahman III, recibió en 948-49, una embajada de Bizancio, que, entre otros presentes, le enviaba como regalo, dos manuscritos griegos: una copia del tratado de  botánica de Dioscoride y un ejemplar de Oron (ver, Histoire d´Espagne, de Ignacio Olague, pg. 137). El Califa pidió a Bizancio un traductor del antiguo griego y le enviaron un monje llamado Nicolás, que, ayudado por el sabio judío Hasday-ben-Shaprut, iniciaron la escuela de traductores, de obras como Platón y Aristóteles. Se desarrollaron las escuelas de matemáticas y astronomía, ciencias naturales y medicina. Surgen grande sabios como Ben Ismail, el Euclides andaluz o el naturalista Abu-Zacharias o sabios como El-Becri y El-Edrisi  y matemáticos de las ciencias y el cálculo.

  

     Debido al esplendor de la corte de Córdoba, el cálculo matemático tuvo un desarrollo como no podía imaginarse, con las cifras o números orientales, o números actuales provenientes de la India a través de los comerciantes árabes. Estos cálculos se ven favorecidos por la introducción de la cifra 0 (zero), que aún no se sabe como llegó a la península Ibérica. El primer texto donde aparece esta cifra, es un libro del matemático judío toledano, Aben-Esra (1092-1167) en su libro ¨Sepher-ha-Mispar¨, pero donde se desarrolla es en Córdoba, con lo que surgen los grandes conocimientos del álgebra, trigonometría, ecuaciones y aritmética y grandes pensadores como Averroes. La  escuela  y la ciencia andaluza, surgida en Córdoba, es la primera que  ataca la escuela de Aristóteles y Ptolomeo, que estaba impuesta por todo el Mediterráneo, donde se hacía de la Tierra el centro del Universo, lo que convenía a la Iglesia católica imperante. Algunos de los sabios griegos que se tradujeron en Córdoba y se discutieron, como Aristarque de Samos o Appolonio de Pérgamo no estaban de acuerdo con esta cosmografía aristotélica y de Ptolomeo, por lo que la atacaron, como Maimonides, Azarquiel, Alpetrege y otros, aunque no llegaron a establecer una teoría como la de Copérnico, el sabio polaco, y mas tarde Kepler. Todos esos conocimientos pasaron al mundo cristiano a través del rey  castellano, Alfonso X, El Sabio, -ver sus Tablas Astronómicas (1252) y  Los libros del saber y de la astronomía (1280).

 

     La ruina de Córdoba llega con los fanatismos de algunos jefes almorabides y almohades y en 1226, con la toma de la ciudad por el rey cristiano Fernando III y la destrucción y expurgación de sus bibliotecas, y con la llegada, siglos después, de los mal llamados reyes católicos, cuando expulsaron a los judíos españoles en 1492 y, posteriormente, cuando en 1609 a 1611, se expulsaron a los españoles moriscos. Todo el gran y revolucionario pensamiento andaluz fraguado en Córdoba, a pesar de las luchas religiosas y la llegada de los cristianos, no desapareció sino que se implantó, se desarrolló y echó semilla en Italia, dando lugar posteriormente al Renacimiento italiano y al Humanismo occidental. Pero todo esto sucedió hace muchos siglos, pues Córdoba fue la gran ciudad europea de la cultura de una gran época, hoy quedan los monumentos, mezquitas, una simpática población emprendedora, culta y llena de bellos recuerdos, pero ya no es el motor cultural que brilló en una época.

 

     Hacía falta buscar y nominar una ciudad actual en Europa occidental, que tuviera el peso y la influencia cultural internacional como tuvo Córdoba en los siglos IX a XI, y esta fue, Donostia, la gran capital del siglo XXI y ciudad reconocida internacionalmente del Pueblo Vasco, motor cultural  actual, que nadie le puede negar. No solo se ha premiado a la ciudad y sus valores culturales y emprendedores que atraen a miles de extranjeros y turistas todos los años, sino que se ha premiado al pueblo vasco, porque Donostia es, ante todo, una ciudad vasca, símbolo de un pueblo en lucha, ese pueblo Transpirenaico, divido entre dos países, Francia y España, al que Napoleón le quiso poner el nombre de Nueva Fenicia.

 

     Hagamos un poco de historia, en 1793, la Francia de la Revolución Francesa, declaró la guerra a la monarquía española e invadió el país vasco, sin oposición ninguna de los vascos. Guipúzcoa, de hecho, se pasó entera a la Convención; en 1795, los navarros abandonaron en masa la frontera y las tropas del general francés Moncey llegaron tranquilamente a las murallas de Pamplona; las Cortes vascas negociaban con los franceses, que si reconocían los fueros alaveses y vizcaínos, era mejor ponerse al lado de la Convención y de Francia.

 

     Esto no se pudo llevar a cabo, porque la corona española firmó con Francia la Paz de Basilea, con lo que la monarquía española recuperaba los territorios vascos ocupados, a cambio de ceder a Francia, la isla de Santo Domingo. En uno de sus discursos, Cánovas del Castillo, al analizar aquellos hechos, decía de los vascos, ¨de corazón estaban más con los invasores republicanos que con los españoles monárquicos¨.

       

     Castilla siempre ha dominado con la corona todos los territorios que pudo, y aún conserva como Euzkadi y Catalunya en Europa, y en África, Canarias y las plazas españolas en Marruecos. Catalunya, declaró la independencia, el 7 de junio de 1640, pero fue aplastada al cabo de unos años y esto no lo olvidarán nunca los catalanes, como tampoco olvidamos los Canarios lo que hicieron los castellanos con los Guanches. Me gusta mucho un poeta como Antonio Machado que tiene versos magníficos, que pocos españoles conocen: ¨Castilla miserable/ayer dominadora/envuelta en sus andrajos/ desprecia cuanto ignora¨.

 

     Esta poesía del gran poeta español republicano, debería ser enseñada en las escuelas canarias, cosa imposible ahora, mientras sigan gobernando los colaboradores autonomistas que dirige el dictador alcalde,  Paulino Rivero, esta nueva oligarquía canaria, enemiga acérrima de la independencia, y sus compinches de los partidos españoles. Ahora muchos arrumacos de parte y parte, hasta que Madrid le interese dejar de cumplir  sus promesas. Maquiavelo, el gran escritor y politólogo italiano de la Edad Media decía: ¨Existen tres modos para conservar un estado -de su conquista ya hemos hablado- habituados a vivir en libertad y con leyes propias: el primero aniquilarlo; el segundo, residir en él; y el tercero, dejar que viva con sus leyes, obteniendo de él tributos y creando en su interior una oligarquía que haga perdurar su fidelidad ¨.

      

     Creemos que los delegados del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo, escogiendo la ciudad de Donostia, como ciudad de la cultura europea, premiaban la lucha de los vascones a través de los siglos, este viejo pueblo europeo, el más antiguo de todos los pueblos europeos, con la única lengua europea, ya que los otros hablan lenguas asiáticas, es decir indo-europeas descendientes del sanskrito o el uraloaltáico.

 

     Y para terminar, quiero citar a uno de los más grandes sabios vascos, figura universal de la literatura, quien mejor definió al fascismo y a sus generales como  Millán de Astray, Don Miguel de Unamuno, que era vasco, quien dijo, refiriéndose a los vascos:¨ Hace ya tiempo que murieron nuestras leyes; hace ya tiempo que, a cambio de la libertad de gobernarnos, nos dan otras libertades, que para nada nos hacen falta; hace ya tiempo que la fuerza se impuso a la razón; la barbarie civilizada, a la independencia primitiva…. Nosotros nos hemos gobernado, no nos pudo gobernar un tirano, no lo podría una recua de tiranuelos. No hagáis caso al que os hable de daros libertad, hay que entenderle, la libertad no se da, se toma. ¿De que me servirá poder nombrar quien me gobierna, si no puedo gobernarme dentro?

 

Fdo.: Antonio Cubillo, presidente del partido independentista canario, el Congreso Nacional de Canarias (CNC), brazo político del Movimiento de Liberación Africano, el MPAIAC.

 

E mails:   cnc@elguanche.net  y cubilloantonio@hotmail.com

 

* Publicado en la edición impresa del periódico El Día, Sección Canarias, sábado, 02-07-2011.