El canguelo marroquí

 

Francisco R. González Alonso

 

Desde los primero años de nuestra vida consciente, la colonización hispánica nos ha impregnado con un temor que trasciende más allá de lo humanamente posible. Desde que somos arrullados en nuestra cuna, se inician las primeras manifestaciones para impregnarnos de un falso temor que nos induce a obedecer y acatar sin poder reaccionar. No obstante, en mi subconsciente yacen murmullos que me hacen recordar los cantos de folías que mi madre solía entonar para dormirme. También creo escuchar la canción de cuna del arrorró, tonada que plasmó en el pentagrama nuestro inmortal compositor Teobaldo Power, en su gran obra "Los cantos canarios".

Pero no es el miedo en sí el que me hace recordar nuestro impregnado temor infantil, es el empecinado temor de nuestra gente humilde a reaccionar para defender nuestra soberanía. En pleno siglo XXI, nuestra gente humilde, trabajadora y honrada sigue bajo la presión del colonialismo disfrazado, que cierta organización política comparte plenamente a nombre de un falso nacionalismo. Con desfachatez, persiste haciéndose eco de lo dictado por el poder central español, cuya finalidad es la de seguir insistiendo en infundir en nuestras mentes colonizadas el temor sin límite que haga efectos convincentes en ellos, para obnubilar sus mentes en contra de sí mismos.

Al leer uno de los tantos comentarios sobre las pretensiones de Marruecos sobre nuestras Islas Canarias, considero que tal acción sería repelida contundentemente por nuestro valeroso pueblo guanche, que aún persiste en nuestros genes. Ahora bien, no me extraña que el poder central español, que tiene grandes inversiones en Marruecos, permita tal aventura con tal de seguir disfrutando de los beneficios que recibe de sus grandes inversiones en dicho país. También sabemos que una vez llegado el momento de tales acciones, con tal de seguir faenando en el banco pesquero entre Canarias y nuestro vecino africano, y compartir los beneficios de la extracción petrolera existente en el subsuelo marino, la hispanidad que ostenta sobre nuestras Islas Canarias se esfumará, para dar paso a otros intereses en contra de nuestro destino como nación.

La historia es testigo de la conducta asumida por quienes nos han colonizado por más de cinco siglos. Cuando no puedan seguir explotándonos por ser una patria libre y soberana, buscarán otros subterfugios políticos para seguir en la conchupancia que siempre han sustentado, y es lo que les interesa, nada más.

Aunque considero que lo dicho por el ilustrísimo alcalde de la villa de la Orotava es fruto del terror colonizador; con esto no quiero decir que ese gran nacionalista esté aterrado, sino que es visionario del proceso histórico que está viviendo nuestra patria guanche. Todo es posible ante los intereses creados del colonialismo que hemos sufrido, pues a España no le interesa que se nos considere como súbditos, lo que le interesa es el usufructo de seguir explotándonos, seamos o no hispánicos.

Ahora bien, cuando las Canarias fueron conquistadas por los castellanos eran unas islas libres del dominio o vasallaje de otra nación. Por lo tanto, Marruecos, que logra su independencia en 1956, no puede pretender hoy adueñarse de nuestro paraíso insular. Sabemos que dicho país está en continuo movimiento político de expansión en el continente africano, pero Atlántico nos separa. El hecho de que haya comentarios de una posible invasión marroquí a nuestras Islas Canarias emanan del poder central español con la finalidad de atemorizarnos y permanecer plegados al colonialismo que nos ha impuesto desde que fuimos colonizados. Canarias como República Federal Democrática, al estar en el seno internacional como nación libre e independiente, será respetada en todos sus derechos. Esto lo contempla en sus fueros internacionales la Organización de las Naciones Unidas.

España, que no ha sabido conservar el fruto de su gran colonización por falta de visión política de quienes han regido su destino, hoy se encuentra pauperizada y minusválida, no así Inglaterra, que ha podido políticamente sortear su influencia en lo que fueron sus colonias conservando su statu quo y las mejores relaciones culturales, económicas, sociales y orientación política.

Marruecos, en los momentos actuales y por mucho tiempo, tiene que atender a sus problemas internos, que están convulsionándolo, y también a las manifestaciones soberanas de las naciones circunvecinas, que están alerta para defender sus territorios ante sus pretensiones expansivas. A Marruecos debe interesarle más una Canarias libre e independiente, aliada como buen vecino, que coquetear con un poder central español interesado sólo en explotar al máximo sus inversiones en Marruecos, como lo ha hecho y sigue haciéndolo en nuestras Islas Canarias.

El canguelo marroquí difundido en Canarias por los medios audiovisuales y escritos, que obedecen incondicionalmente al poder central español, es similar al de "duérmete, mi niño,/que viene el coco/y se lleva a los niños/que duermen poco".

 

franciscoteide@cantv.net

 

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