«» Juanjo
Triana *
En
Marruecos, donde se cultivan profusamente y se sirven pelados en la calle por
unos pocos dirham, llaman a los tunos o higos picos aknarin,
es decir “canarios”. Es evidente por tanto que los tunos llegaron a
Marruecos desde Canarias. No hubo tunos en Canarias con anterioridad a
principios del siglo XIX, en que se introdujo desde Mexico el cultivo de la
tunera Opuntia
ficus-indica para la
recolección de cochinilla, su insecto parásito, para extraer tintes. El
descubrimiento de la anilina en 1856 marcó el principio de los colorantes de síntesis
y el comienzo del fin del cultivo de la cochinilla a gran escala, pero de la época
relativamente reciente en que fue un próspero monocultivo nos queda un elemento
vegetal omnipresente en nuestro paisaje, perfectamente asimilado en nuestra
dieta tradicional y en nuestra etnoagronomía, y de cuya canariedad no hay duda
ninguna.
La Strelitzia
reginae no es canaria de
origen, sino que procede de Sudáfrica y se popularizó en Gran Bretaña porque
era la flor preferida de la reina Carlota de Mecklenburg-Strelitz, pero tan bien
se da y tanto se ha extendido que se ha convertido en un símbolo de Canarias,
ampliamente empleado en promoción turística, por lo menos hasta hace unos años.
La Acacia
Majorera Acacia cyclops no
es majorera, sino australiana, pero como planta del desierto se ha adaptado
perfectamente a las condiciones de Fuerteventura y de las zonas costeras del
archipiélago. En mi huerta de Candelaria un gigantesco ejemplar asilvestrado
desempeña el papel de rincón forestal.
La presencia de la
palmera canaria en el paisaje urbano de California (que ya mencionamos en otro
lugar), tiene su correspondencia en la de la Palmera
Californiana Washingtonia filifera y
la Palmera
Mexicana Washingtonia robusta
en el nuestro. También tengo otro ejemplar asilvestrado en mi huerta de
Candelaria, que nunca ha sido regado ni lo precisa.
Nada hay tan enraizado en la cultura canaria, en las tradiciones canarias, en la gastronomía canaria, como la papa canaria. La papa era originalmente americana, pero tan tempranamente (siglo XVI) se introdujo en Canarias como estación intermedia imprescindible para su aclimatación a latitudes más altas, tan bien se asoció con la viña, el gran monocultivo histórico de Canarias, tanto contribuyó a matar el hambre de los canarios, que con razón podemos recitar la Oda a la Papa de Neruda como un himno propio:
¿Y qué decir de
la Pimienta Palmera? Es el toque picón de la cocina canaria, pero no es
palmera, sino que procede de América, como todos los chiles, ajíes y
similares.
Dejo para el final
al más controvertido de los canarios nuevos: el plátano canario, que no es
introducido más que a finales del XIX, cuando los progresos en la navegación a
vapor permiten que puedan transportarse productos frescos por vía marítima a
larga distancia. Es cuando comerciantes británicos promueven las primeras
plantaciones comerciales de plátanos (y de tomates) en Canarias con el fin de
abastecer de esta fruta tropical el mercado europeo. Suele distinguirse entre plátanos,
que son canarios y corresponden a la variedad Pequeña Enana, y bananas, que son
americanos y corresponden a la variedad Gran Enana. No obstante la diferencia
entre unos y otros no es más que el plátano lleva 120 años cultivándose en
Canarias mientras la banana solo 20, pero ambas variedades cercanas no son ni
canarias ni americanas, sino del sudeste asiático, de donde se han extendido
por las zonas productoras de todo el mundo desde fecha más bien reciente.
Así como los
cultivos que dominan el paisaje agrario, así las personas que conforman el
paisanaje. A lo largo de la historia los canarios hemos asimilado los elementos
americanos y europeos que nos permitían prosperar en nuestro medio limitado y
pobre en recursos y en nuestras circunstancias sociales y políticas adversas; elementos
indisociables de nuestra identidad como grupo humano.
Santa
Cruz de Tenerife, 1962. Ingeniero Agrónomo por la Universidad Politécnica de
Valencia. Empleado público en la certificación de productos ecológicos.
Militante de Sí se Puede. Residente en Candelaria (Tenerife). Interesado en
muchas cosas. Escritor de panfletos lo más didácticos posible en su propio
blog.