Santiago Martínez-Caro (nacido en Nueva York, en 1957) ha estado
casi toda su vida mirando a África. Ingresó en la carrera diplomática en 1984 y
desde entonces ha sido jefe de la Oficina Comercial de la Embajada de España en
Rabat, embajador en Zimbabwe y subdirector general de África Subsahariana en
2003 y 2004. Su nombramiento como director general de Casa África fue el último
de una serie de cambios diplomáticos que impulsó el Ministerio de Asuntos
Exteriores y que tuvieron como consecuencia la renovación de la jefatura de
Casa América, Casa Asia, Casa Árabe, el centro Sefarad-Israel
y Casa Mediterráneo.
-Su nombramiento se inscribe dentro de los cambios diplomáticos
que impulsó el PP. Es un comportamiento que se repite
independientemente de quien gobierne. ¿Cree que es un síntoma de que en España
no se hace política exterior de Estado, sino de partido?
“Yo no he sido nombrado por el PP, sino por un consorcio del que
forman parte el Gobierno de Canarias, el Ministerio de Asuntos Exteriores, la
Agencia Española de Cooperación Internacional y el Ayuntamiento de Las
Palmas de Gran Canaria. Supongo que se me nombra porque llevo treinta años en
la carrera diplomática, la inmensa mayoría de ellos sirviendo al Estado. Creo
que no tiene nada que ver. Además, el PP ganó las elecciones en noviembre y mi
nombramiento se produjo el 11 del mes de abril. Es esperar mucho tiempo para
que sea un nombramiento político”.
-El ministro García-Margallo dijo hace
unos meses que instituciones como Casa África y Casa Asia deberían seguir el
modelo de Casa América, que tiene un 40% de financiación privada. ¿Es su
objetivo?
“No. Nosotros quisiéramos superar el 40% de financiación
privada. Lo vamos a intentar, pero no es fácil. Nos encontramos en un proceso
para reconfigurar los órganos de la casa, entre ellos el alto patronato, del
que entrarán a formar parte todas aquellas empresas y entidades que quieran
participar en la financiación de las actividades de Casa África. Hemos
contactado, con una respuesta positiva en todos los casos, con firmas canarias
y nacionales”.
-La apuesta de España por África se ha notado bastante desde
principios de este siglo con las dos ediciones del Plan África. ¿Qué ha
aportado España al continente con estos planes?
“El primer Plan África fue doble: había un Plan África político
y otro de cooperación. Eso se hizo en 2001-2002. Hay una cierta teoría que apunta
a que el primer plan se hace partiendo de Casa África, pero se hace en 2001. Yo
participo en su elaboración, pero el Plan África es un documento de la política
exterior del Estado. Nosotros somos una parte de esa política, pero nada más.
No tenemos que hacer el Plan África ni que estar necesariamente sometidos a él.
Nuestra programación y nuestras líneas de actuación las marca el Consejo
Rector”.
-¿Considera que las empresas canarias están bien posicionadas en
África?
“Por supuesto que lo considero. ¿Que se puede mejorar? También.
A mediados de los años 90 yo era el jefe de la Oficina Económica y Comercial de
España en Marruecos. Entonces ya tuve mucho contacto con empresas canarias y
tuve ocasión de ver las enormes posibilidades de las empresas canarias en el contienente. Y ahora, que he retomado ese contacto, me he
quedado muy impresionado, porque las empresas son muy pujantes, están presentes
en sectores de gran valor añadido, conocen muy bien África. Pero por supuesto
que se puede mejorar, y nosotros queremos dedicarnos, como otras muchas
instituciones, a aportar valor añadido a esas actividades que ya se están haciendo”.
-¿Qué aspectos de la conectividad tendría que mejorar el
Archipiélago para favorecer a esas empresas?
“La conectividad marítima cubre la demanda, pero la conectividad
aérea no es suficiente por muchas cuestiones. En primer lugar, no existen
conexiones de largo radio con el África austral. Desde Tenerife solo hay vuelos
al Caribe y Sudamérica, pero no más allá. Eso hay que fomentarlo. Y, desde
luego, lo que no existe es suficiente conectividad de las Islas Canarias con el
entorno africano. Esto es sin duda evidente”.
-¿Cree que puede volver a producirse en el futuro una crisis de
inmigración?
“Ahora mismo tenemos dos problemas. Hay un importante número de
canarios que se están yendo a África, donde hay proyectos muy interesantes, en
agricultura, por ejemplo. Estamos hablando de empresas y profesionales que se
están instalando allí, por ejemplo en Cabo Verde, donde hay 56 empresas
canarias, la mayoría medianas y pequeñas. El otro problema es la inmigración
ilegal que puede venir: mientras sigan existiendo diferencias de desarrollo y
de nivel de vida que hagan atractivo emigrar, el problema siempre estará
presente. Canarias no está ahora en la primera línea,
como hace unos años; leemos en los periódicos todos los días que el problema
está más centrado en Melilla. La reflexión que hacer es que lo dramático para África
es que los que emigran suelen ser los mejores, aunque aquí tengamos la
impresión de que no lo son. Son los que de verdad podrían invertir su tiempo y
su esfuerzo en levantar sus países. Debemos hacer una reflexión conjunta.
También es cierto que África Subsahariana es el continente del mundo que crece
más rápidamente. Es superior al 5% y en ocho de los diez últimos años ha sido
la región del mundo que más ha crecido en términos económicos. Eso quiere decir
que cada vez es más atractivo quedarse en África, trabajar allí y para los que
no somos africanos invertir en África y vender allí nuestros productos.
Esperemos que el problema se solucione de la única forma lógica: que la gente
se pueda quedar en sus países y satisfacer en ellos sus necesidades de vida”.
-No dejamos de escuchar que puede haber una intervención militar
en Malí. ¿Es un problema de seguridad para Canarias el auge terrorista?
“No, en absoluto. Se está hablando de una intervención en Malí,
pero está sancionada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en
aplicación del capítulo siete; es decir, se necesita una autorización expresa
de la ONU para el uso de la fuerza. Se ha dado un plazo de 45 días a la
organización regional -que termina a finales del presente mes- para hacer un
plan. Pero en cualquier caso la seguridad en Canarias no está amenazada. Eso
está lejísimos”.
-La cooperación al desarrollo está cambiando. Algunos países
africanos están empezando a pagar la cooperación al desarrollo. Por ejemplo, la
Universidad de La Laguna antes costeaba estancias a estudiantes africanos y
está dejando de hacerlo. ¿Es justo?
“Si se lo pueden pagar que lo paguen. Si no pueden, es bueno que
se estudien vías alternativas. La financiación pública ha descendido, para
empezar la de Casa África y otras instituciones. Los países africanos están en
una mejor situación económica que hace tiempo, cuentan con algunos recursos
para formación de sus cuadros nacionales y además están muy orgullosos de poder
financiarse. El ejemplo clásico es Guinea Ecuatorial. Vamos a recibir a cuatro
diplomáticos de este país para que puedan ver cómo funciona la diplomacia
pública.
-El problema de algunos países africanos radica en que, aunque
han crecido, no se está repartiendo bien esa riqueza entre la población…
“Evidentemente. Pero no es monopolio africano”.
Saray Encinoso | Santa Cruz de Tenerife
*