Cómo criar a una/un hijø en la
canariedad y no morir en el intento
[…, mientras más de 550 millones de
personas utilizan el “ustedes” aquí, seguimos con nuestro síndrome del
colonizado, y preferimos nadar contracorriente utilizando cada vez más la misma
conjugación, que sólo utilizan poco menos de 40 millones de personas que
hablan el español en el mundo…, en
primaria no existe ninguna asignatura que enseñe a nuestras niñas y niños la
historia de nuestro pueblo…, salvo
contadas excepciones, de maestros y maestras comprometidøs, apenas enseñan a
nuestrøs chicøs cosas de nuestros antepasados, o costumbres de nuestros
abuelos... ]
No
sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero mi hija habla raro. Hay veces que me
cuesta entenderla, dice palabras que no utilizamos a diario y que nunca le hemos
enseñado en casa y hace que me pase el día corrigiéndola.
No sé de quién es la culpa, pero me da que debe ser algún virus raro
de estos que viene de fuera, que cada vez oigo a más personas que hablan como
mi hija, y me empieza a preocupar si podría ser contagioso.
Ya
poniéndonos un poco más serios, porque el tema considero que lo es, el
problema del desarraigo y de la identidad canaria, cada vez es más preocupante.
No vamos a descubrir que estamos a años luz del respeto hacia su identidad que
tienen los vascos o catalanes, por citar dos ejemplos, pero es que en las últimas
décadas, hemos pasado de no respetar nuestra propia identidad, a ir más allá
no sólo ningunearla, sino yo diría que hasta avergonzarnos de ella.
Sobre
el uso de la segunda persona del plural, se ha escrito mucho, y resulta triste oír
cómo cada vez es más difícil escuchar a un niño decir “ustedes” ahora
les enseñan en los colegios a decir “vosotros”, acompañado de la conjugación
del verbo correspondiente. Parece que mientras más de 550 millones de personas
utilizan el “ustedes” aquí, seguimos con nuestro síndrome del colonizado,
y preferimos nadar contracorriente utilizando cada vez más la misma conjugación,
que sólo utilizan poco menos de 40 millones de personas que hablan el español
en el mundo. Quizás esas personas que utilizan el “vosotros” consideren erróneamente
que así parecen más cultas, porque no encuentro otra explicación. A este uso,
podríamos añadir la pérdida de palabras que siempre hemos utilizado y que ya
es casi imposible oír a los más pequeños. Palabras como arveja, cotufa,
chochos, fogalera, folelé, fonil, guataca o tajea, casi han desaparecido de
nuestro lenguaje diario.
La
pérdida de identidad no se queda ahí, hace unos años se suprimía la
asignatura “Historia de Canarias” de las universidades, pero es que en
primaria no existe ninguna asignatura que enseñe a nuestras niñas y niños la
historia de nuestro pueblo. En los años
80, nos teníamos que aprender todos los ríos de la península ibérica, pero
al menos se nos enseñaba también un mínimo de nuestra historia. Hoy se enseñan
los ríos, pero salvo contadas excepciones, de maestros y maestras
comprometidas, apenas enseñan a nuestras pequeñas cosas de nuestros
antepasados, o costumbres de nuestros abuelos.
La
pregunta que nos podemos hacer de todo esto es la siguiente: ¿qué ha hecho
Coalición Canaria en estos 23 años que lleva gobernando de forma
ininterrumpida por favorecer la canariedad en la educación? El partido que
adoptó como propia la bandera de las siete estrellas verdes, que se le llena la
boca hablando de nacionalismo canario, pero que luego se postula como garantía
de la unidad del Estado, ¿dónde se refleja ese supuesto nacionalismo a la hora
de la verdad? ¿qué ha hecho para fomentar el sentimiento canario más allá
del folklorismo de pandereta?
No quiero acabar sin reconocer a ese puñado de maestras y maestros comprometidos, que los hay, que sí que se preocupan, y que por su cuenta, intentan enseñarle al alumnado cosas de sus orígenes. Para todas esas personas, valga todo mi reconocimiento. A las padres y madres, nos toca el trabajo de que nuestras hijas e hijos, conserven nuestro idioma el canario, siga persistiendo y que nuestras tradiciones y nuestros orígenes no se pierdan, mientras luchamos para que en las escuelas los niños y niñas al igual que aprenden los nombres de las mesetas españolas, puedan aprender el nombre y la historia de las montañas de nuestras islas. Esa debe ser ahora nuestra tarea.
Nota:
el signo
ø
se obtiene pulsando a la vez
Alt y 155, significa femenino/masculino y sustituye al signo @ que da lugar a
confusión…