En Canarias vivimos en un mundo que ya no existe (I)

 

Jorge Ancor Dorta

 

El eurocentrismo nos hace percibir un mundo dividido en dos; los países desarrollados y los países en vías de desarrollo. Pensamos en los primeros como aquellos donde existe estabilidad, una alta esperanza de vida, una baja natalidad y con dinero. Pensamos en los segundos como aquellos con una corta esperanza de vida, familias numerosas, inestables y sin dinero. El primer mundo y el resto, nosotros y “ellos”. Pero el mundo en el siglo XXI ya no es así.

 

Ese era el mundo que existía en 1950, pero los procesos de descolonización y la globalización han cambiado radicalmente la faz de la tierra. Durante las últimas décadas se ha producido un intenso proceso de convergencia pero la opinión pública todavía no se ha enterado. Hoy en día el mundo es muy diferente. En la mayoría de los países en vías de desarrollo la esperanza de vida es similar a la de los países occidentales, el tamaño de las familias se ha reducido y son ellos los que tienen el dinero. ¿Quiénes pensabas que han financiado en última instancia los rescates, los paquetes de ayuda y siguen financiando la deuda pública española y europea? ¿Quiénes financian el déficit público en España? Pues países asiáticos e Iberoamericanos cada vez en mayor proporción (aparte de los trabajadores con el dinero de sus cotizaciones a la Seguridad Social).

 

El estereotipo dice que los países en vías de desarrollo son países sujetos a inestabilidad y turbulencias financieras. Pero la mayor turbulencia financiera e inestabilidad se está produciendo en Europa con la crisis del Euro y de la deuda soberana de países que son insolventes, incluidos Grecia, Portugal y España. El timo piramidal del sistema público de pensiones también es insolvente, una bomba de relojería a punto de estallar. Por al contrario, los países mal llamados en “vías de desarrollo” tienen pirámides poblacionales mucho más sanas y están produciendo altas tasas de crecimiento económico y una reducción de las primas de riesgo. Son ellos los que tienen el dinero y las oportunidades.

 

Europa y España miran a los países en vías de desarrollo para su salvación y la de sus empresas. España es un barco que se hunde sin remedio en su propia miseria. Pero incomprensiblemente Canarias sigue mirando a España y a Europa  en lugar de posicionarse en la economía global mediante un proyecto de futuro. El precio que estamos pagando en términos de empleo, bienestar social y oportunidades de desarrollo para nuestra gente es insoportable. Debemos romper las barreras legales y psicológicas que nos atan. Son una pesada losa que nos hunde irremediablemente y genera graves desequilibrios sociales, económicos y ecológicos.

 

Debemos cambiar la mentalidad en lugar de seguir presos de mentiras y de dinámicas contraproducentes. Cuando los datos contradicen los estereotipos e ideas preconcebidas debemos “resetear” nuestra visión del mundo y de nosotros mismos. Pero en esta “democracia ultraperiférica” que padecemos el autoengaño, la dependencia y el miedo a tomar las riendas de nuestro propio destino nos impide cortar amarras y empezar a navegar librándonos de intereses foráneos que impiden nuestro desarrollo.

Les dejo dos videos del profesor sueco Hans Rostling en el que se ven de forma dinámica las tendencias macroeconómicas y demográficas de las que hemos hablado en este artículo.

Hans Rostling (I)

Hans Rostling (II)

Fuente: menceymacro.blogspot.com